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"Un desembolso económico en prevención no es un gasto sino una inversión"

Entrevista


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Entrevista a Lidia Asensio Rodríguez. Secretaria de Salud Laboral y Medio ambiente de FETE-UGT
Según su estudio "Estrés en el sector de la enseñanza secundaria", entre los factores de estrés de primer nivel figura el de la falta de apoyo de los padres a la hora de impartir disciplina al alumnado. ¿Cree que un mayor respaldo a la labor docente por parte de las familias contribuiría a reducir los niveles de estrés?

Lamentablemente, es constatable la falta de apoyo de muchas familias a la labor docente del profesorado en general, y en el aspecto disciplinario en particular. Cuando el profesorado informa a las familias sobre las conductas de sus hijos, muchas de ellas niegan o disculpan los hechos, siendo reticentes a asumir las acciones disciplinarias propuestas por el profesorado para corregir esta conducta. Esta circunstancia resta autoridad moral del profesorado ante sus alumnos que  sienten que sus padres les disculpan en todos sus comportamientos. Esta circunstancia dificulta enormemente la labor del profesor en el aula y le genera elevados niveles de estrés. De hecho en la encuesta que hemos realizado indica que el 29% de los docentes consideran que la falta de apoyo de los padres en los problemas disciplinarios les produce una fuente de tensión en su vida laboral máxima (8-10 en la escala de percepción).

¿Qué acciones deberían llevar a cabo los centros y las familias para prevenir esta situación?

Toda acción que se realice debe ir encaminada a fomentar la colaboración y coordinación entre las familias y el profesorado. Las familias deben entender la importancia que tiene trabajar, de forma conjunta y sin fisuras, junto con el profesorado para así establecer una estrategia común que revierta en el bien de sus hijos e hijas. Es importante que las familias no desautoricen la labor del docente y sean conscientes de, que cuando lo hacen, perjudican seriamente a la educación de sus hijos.

Para ello, como medida inicial, se deben reunir a principio de curso profesorado y familias para  establecer las líneas maestras a seguir y consensuar y asumir los objetivos comunes a realizar. Después, como medidas concretas que se pueden utilizar para evitar diferencias en materia disciplinaria entre familias y profesorado están: la  creación de escuelas de padres, donde se forme a las familias en aspectos pedagógicos sobre cómo educar a los hijos; la creación de un régimen de disciplina interno consensuado con todos los miembros de la comunidad educativa, ampliamente difundido y asumido por todos los implicados donde se expliciten qué comportamientos no son apropiados o la realización de actividades conjuntas entre el profesorado y familias que fomenten la participación y cohesión de ambos miembros de la comunidad educativa. En todas estas medidas las AMPAS pueden jugar un papel importante.

Otro dato que apunta el estudio es la ansiedad causada por dar clase a grupos elevados de alumnos, ya que un 47% de los encuestados afirma que impartir docencia a muchos jóvenes les genera mucho estrés. ¿Cree que esta respuesta puede estar motivada por la perspectiva del aumento de las ratios previsto por el Ministerio de Educación?

No, ya que las respuestas fueron realizadas durante el año 2010 cuando todavía no se había aprobado el aumento de ratio por el actual gobierno. La respuesta que dieron se debe a la percepción que tenía el profesorado en ese momento, y que era referida a que el número de alumnos por clase era excesivo. Imaginemos la respuesta que darían si esa misma pregunta se realiza el próximo curso escolar que van a ver incrementado sustancialmente el número de alumnos por aula…A mayor número de alumnos por clase mayor es la incidencia de la disrupción en el aula. Hay que puntualizar que la disrupción es todo el conjunto de malos comportamientos del alumnado (bromas, risas, falta de silencio, contestaciones, faltas de respeto, etc.) que impiden el correcto desarrollo de la clase. En estas aulas tan masificadas, donde los comportamientos disruptivos del alumnado son tan frecuentes, no sólo se reduce considerablemente la calidad de enseñanza (pues el profesorado pasa la mayor parte del tiempo intentando tener una clase con los niveles de silencio y atención necesarios para la enseñanza) sino que el profesorado está expuesto a unas condiciones psicosociales perjudiciales para su salud, pues está expuesto a continuas situaciones de enfrentamiento con el alumnado que le  genera elevados niveles de estrés.

¿Cómo pueden los docentes prevenir el estrés en situaciones inevitables como esta?

No deberíamos partir de la premisa de que la situación que tenemos en nuestra escuela es inevitable. Todos los aspectos negativos que pudieran existir se pueden cambiar. Para ello "sólo" es necesario querer cambiarlo y tener recursos para poder realizarlo. Una parte de las medidas que se pueden poner en práctica para reducir los elevados niveles de estrés del profesorado suponen un esfuerzo económico, sin el cual, se hacen inviables, por ejemplo: reducción del nº de alumnos, aumento de profesores de refuerzo, formación del profesorado y familias, medidas de atención a la diversidad del alumnado, etc.

Pero siendo cierto todo lo anterior, los docentes y el resto de miembros de la comunidad educativa pueden organizar mejor sus recursos y utilizar mejor y más eficientemente todo el conjunto de herramientas que hay disponibles de forma gratuita, como pueden ser:  utilización de distintos protocolos de actuación (planes de convivencia, acoso escolar o contra situaciones de violencia en los centros), realización de evaluaciones de riesgos psicosociales y propuesta de medidas de actuación, mejora de formación del profesorado en resolución de conflictos, etc.

Concretamente desde FETE-UGT hemos realizado una página llamada "Herramientas de gestión del estrés en centros educativos" www.prl-sectoreducativo.es  en la que se proponen distintos instrumentos como: test de salud total, test de medida de burnout o síndrome del quemado, un test de evaluación de riesgos psicosociales o un protocolo de actuación frente al acoso laboral y al acoso escolar.

En el informe también se muestran diferencias entre los factores que causan estrés en los centros públicos y en los concertados. ¿Cuáles son estos factores? ¿A qué cree que es debido?

En el informe se muestran que los factores que causan el estrés son los mismos, sólo existen alguna variación en el porcentaje de respuesta de algunos items. Concretamente donde existía mayor diferencia era en el estrés sufrido por el profesorado ante situaciones del comportamiento del alumnado.

Por último, ¿Qué acciones preventivas se pueden realizar para evitar que se produzca el estrés laboral en el sector educativo desde el punto de vista del docente, el centro, la administración, las asociaciones profesionales, los sindicatos…?

Si durante el desempeño del trabajo se sufren situaciones de estrés que puedan afectar a la salud de las personas, teniendo en cuenta la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es competencia de las Administraciones Educativas -para el caso de los centros de titularidad pública- y los empresarios para el caso de los centros privados aplicar las medidas necesarias para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores.

No obstante, la Administración Educativa tiene una responsabilidad general por encima de quien ostente la titularidad de los centros, pues en la aplicación de sus competencias educativas toma ciertas medidas, o las deja de tomar, que pueden favorecer o disminuir la incidencia del estrés en los centros.

Dado que los mayores niveles de estrés del profesorado se deben principalmente por el tipo de relaciones humanas que se producen, la Administración debe hacer los esfuerzos necesarios para favorecer el clima de convivencia en los centros. Para dar una adecuada respuesta a las necesidades educativas y pedagógicas del alumnado es necesario un adecuado número de alumnos por aula, un determinado  número de profesores de refuerzo, una adecuada  formación del profesorado y familias o unas medidas adecuadas de atención a la diversidad del alumnado. Además la Administración debe impulsar medidas específicas como la creación de protocolos de actuación vinculantes ante situaciones como violencia, bulling, mobbing, planes de convivencia, etc.

El centro educativo debe potenciar todas las medidas que ayuden a reducir el estrés y minimizar todas las que generen estrés, es decir tomar todas las medidas que mejoren la convivencia en los centros escolares. Así debe favorecer planes de convivencia, y aplicarlos, utilizar protocolos de actuación (los vinculantes por parte de las CCAA que los hayan desarrollado o utilizar algunos de los que existen), favorecer las relaciones profesorado-familias: a través de escuelas de padres, cuidar la notificación a las familias de las acciones disciplinarias (pues se producen situaciones de conflicto con los padres), utilizar el régimen disciplinario con coherencia y efectividad (utilizarlo de forma homogénea por todo el centro), homogeneizar las estrategias pedagógicas del centro, favorecer la formación de su profesorado, etc.

Finalmente está la actitud personal del profesorado y resto de los trabajadores de los centros. Y digo finalmente porque, desde el punto de vista preventivo, la acción sobre el trabajador debe ser la última barrera de protección, no la primera (que deben ser las medidas organizativas de las que hemos hablado anteriormente). Así el estrés es una reacción fisiológica y psicológica del organismo que reacciona ante una situación de amenaza. Por lo tanto existe un conjunto de estrategias individuales para enfrentarse a estas situaciones estresantes.

Es recomendable tener estrategias pedagógicas para afrontar el estrés que genera la relación diaria con los alumnos. Conocer técnicas de resolución de conflictos y técnicas de asertividad, que le ayudarán a  gestionar y solventar los posibles problemas  con el alumnado de manera más efectiva y con menor riesgo para su salud psicológica.

Como consejos personales para afrontar situaciones estresantes: no permitir que las emociones bloqueen respuestas más inteligentes, tratar de ver los problemas como retos que nos permitan la superación personal, aprender a ver la vida de forma positiva, formándose en técnicas de relajación, autocontrol y asertividad,  fomentar el apoyo social, las relaciones interpersonales, y pedir ayuda a los demás para atajar los problemas lo antes posible. Es conveniente adoptar buenos hábitos como hacer ejercicio físico regularmente, mantener una dieta equilibrada, no abusar de alcohol, no consumir drogas, ni tabaco, respetar el tiempo de ocio, descansar lo suficiente, etc.

¿Considera que las acciones preventivas del estrés deberían cambiar para adaptarse a las nuevas políticas educativas y a la situación socio-económica?

Una peor situación socio-económica no exime del imperativo legal de la administración educativa de garantizar la salud de sus  trabajadores, aspecto recogido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. De todas formas hay que remarcar que un desembolso económico en prevención no es un gasto sino una inversión, bastante menor que el gasto económico que suponen las bajas laborales, los tratamientos psicológicos paliativos, u otros costes que se generan debido al estrés.
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