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Empresario y/o chiflado

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Mª Antonia Rivilla. Directora de Planificación y Desarrollo de Negocio de CESMA Escuela de Negocios (Madrid)
¿Quién quiere convertirse hoy en empresario? Los negocios cierran, las ventas caen, el consumo cada vez es menor, el futuro cuanto menos parece incierto y, sin embargo, hay personas que crean negocios. Ahora entenderás el porqué del título. Muchos pensaréis que para emprender hoy en día hay que estar un poco loco y, efectivamente, eso es así. Es más, yo siempre he pensado que todo emprendedor que se precie tiene que tener una importante dosis de locura. Piénsalo bien, ¿no te gustaría dejar la armadura y sacar tu potencial?, ¿no te estarás perdiendo algo importante y haciéndoselo perder a la sociedad? La excusa suele ser: "ya me gustaría poder ser mi propio jefe, pero no tengo dinero", ¿estás seguro?, ¿no es mejor poder criticar a otro?

Hace unos meses lancé una pregunta en LinkedIn: ¿se puede crear una empresa sin capital? Lo cierto es que me sorprendió el amplio abanico de respuestas que obtuve; desde las posiciones más racionales hasta las más creativas. La diversidad nos inunda y eso es maravilloso. La conclusión que pude obtener fue que, si bien los recursos económicos son muy importantes (como muchos de vosotros indicasteis, sin una aportación inicial ni siquiera se puede constituir una empresa), no lo son todo en un negocio. No debemos olvidar lo que apuntó uno de los compañeros del debate, Germán: "... si hacemos una fiesta con mucho dinero, será una fiesta muy suntuosa, pero nadie nos garantiza que sea la más divertida...". Creo que su punto de vista refleja perfectamente el espíritu de la pregunta; pues nuestros conocimientos, nuestra ilusión, nuestra perseverancia y nuestros contactos son un gran potencial y no debemos dejarlos en segundo lugar a la hora de emprender un negocio. Porque si no, y siguiendo con el ejemplo de Germán, nuestra fiesta puede quedar deslucida por falta de invitados.

Creo que la mayoría nos hemos olvidado de que una empresa se crea para hacer algo, en muchos casos para cumplir una ilusión, un sueño. Efectivamente hacen falta unos recursos, pero no tienen por qué ser sólo económicos. Bajo mi punto de vista el talento atrae dinero, pero el dinero no siempre atrae talento. El que tiene talento y se sabe rodear de él, seguro que acabará teniendo dinero, y si no, quizás tampoco le importe, si ha logrado hacer realidad su sueño.

No olvidemos que hasta hace relativamente poco tiempo nadie pensaba que podía montar una empresa sin un local, una oficina o una gran inversión en publicidad, pero hoy en día esto ha cambiado. No podemos olvidar que muchos de los negocios que hoy triunfan, hace 10 años no existían y ni siquiera se nos pasaban por la imaginación. Pensemos en las ventajas que las nuevas tecnologías nos han traído. Internet ha supuesto una gran ayuda, nos ha abierto un mundo de posibilidades. Le podemos mostrar al mundo nuestra diferenciación con un solo clic. La solución está en nosotros mismos.

No olvidemos las crisis de 1929 ni de 1992. Esta última si me tocó vivirla, además en el sector de la construcción. ¿Os habéis preguntado qué poco hemos aprendido? La avaricia, la codicia y el cortoplacismo son los puntos comunes de todas ellas. Vamos a dejar de repartir pobreza y empezar a crear riqueza. Como dice mi buena amiga Pilar Gómez-Acebo, vamos a aumentar el diámetro de la tarta, y esto es un derecho y una obligación de todos.

Nos quejamos de que somos la sociedad más preparada de la historia y, sin embargo, los resultados no nos acompañan. ¿Pero realmente es así? ¿Estamos tan bien preparados como pensamos? Nos han educado en el tener, en lugar de en el ser; en acumular bienes que tememos perder, y no sabemos muy bien por qué. ¿No eres de los que te dedicas a hacer acopio de cosas superficiales?, ¿realmente las necesitas?, ¿no te gustaría hacer otras cosas? Estamos formados en conocimientos, ¿pero realmente sabemos qué hacer con ellos?, ¿somos tan duros psíquicamente como creemos?, ¿sabemos afrontar el fracaso? Se acabó el esquema racional del siglo XX, estamos en el siglo XXI y tenemos que convivir con esta transición, que no es fácil, pero sí estimulante. Como he comentado antes, la diversidad es un gran valor y hoy en día es posible, sólo lo diferente nos hace crecer.

Yo trabajo en CESMA Escuela de Negocios y la verdad es que es apasionante. Los que nos dedicamos a la formación tenemos en estos momentos el gran reto, la gran oportunidad y la obligación de formar a nuestros jóvenes de una forma distinta. No podemos seguir formando con esquemas del pasado. El modo de trabajo tal y como lo conocemos está llamado a desaparecer. Vamos a trabajar más por proyectos, por lo que, de una u otra manera, todos estamos llamados a ser emprendedores. Pero no debemos confundir ser emprendedor, que es una actitud proactiva, con ser empresario. El empresario nace, es un arte como la pintura, la escritura o el canto. Las escuelas de negocios podemos ayudar a avanzar de forma efectiva a los que tienen ese don. En España tenemos poca tradición de ser empresarios, pues tememos y castigamos demasiado el fracaso. En este sentido las escuelas de negocios somos las primeras que tenemos que adaptarnos a estos cambios, se acabo en formar solo en conocimientos, Google nos ganó la partida.

En CESMA pretendemos formar a nuestros alumnos en las habilidades necesarias para afrontar el actual contexto de incertidumbre. No nos olvidamos de los conocimientos, pero no nos conformamos en la mera transmisión de los mismos. Como ya he dicho, hay canales más eficaces para ello. Nuestro valor añadido pasa por enseñar a utilizarlos de forma eficaz. Es una realidad frecuente con la que me he encontrado en las clases de master para los titulados con poca experiencia: gratitud de los alumnos al mostrarles como aplicar "en un mundo real" los conocimientos que otros les habían proporcionado. Por fin el puzzle cobra sentido para ellos.

La formación es muy importante, y necesitamos que sea integral y que abarque todas las  áreas de conocimiento de la empresa: finanzas, marketing, comunicación,… Sin olvidar, como ya hemos indicado anteriormente, la preparación en habilidades: autoconocimiento, autoestima, capacidad de motivación, tolerancia a la frustración, automotivación, aceptación del riesgo, capacidad de reinventarse y la capacidad para generar y aprovechar el networking. Tenemos que formarnos en una institución que cuente con profesionales fuertemente vinculados al mundo empresarial; de modo que nos puedan transmitir no sólo sus conocimientos sino, lo que es más importante, sus experiencias del día a día. Sin olvidar un espacio para la puesta en común de experiencias con emprendedores de éxito y de fracaso.

En resumen, me gustaría decirte que te atrevieses a ser tu mismo. Sé que esto puede parecer duro, en especial para aquellos de vosotros que estáis ahora en el desempleo, pero pensad que quizás sea una oportunidad, la oportunidad de hacer aquello que nunca os hubieseis planteado.

Para terminar me gustaría invitaros a un grupo que tenemos en LinkedIn, denominado Antena del Emprendimiento/Empleo – CESMA. Se trata de un grupo solidario donde los integrantes se ayudan a encontrar empleo y a poner en común sus experiencias y dificultades para crear y mantener una empresa. Al mismo tiempo, quiero informaros de que en estos momentos estamos preparando el día 12 de Septiembre (en colaboración con Monster.es) un seminario para ayudaros a reconocer vuestro espíritu emprendedor. Se trata de que descubráis cuál es vuestra autentica pasión, si valéis para ser empresarios, si realmente queréis serlo, y, si es así, a que luchéis por ello.

Tenemos que darnos cuenta que sólo los verdaderos empresarios podrán sacarnos de la situación económica en la que nos encontramos, pero para ello todos debemos aportar nuestro valor diferencial como emprendedores. Vivimos en un momento en el cual lo único seguro es el cambio. Es un tiempo apasionante si sabemos buscar el lado positivo, incluso para ser ese empresario que siempre hemos deseado ser y al que la comodidad de un buen empleo tenía aletargado. ¡Más que nunca es el momento de aprovechar la oportunidad!
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