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Competencias más demandadas por el mercado laboral
Artículo de opinión
Aunque siguen existiendo estudios con mejores salidas profesionales que otros, las tendencias cambian constantemente y surgen nuevas necesidades en el mercado laboral, especialmente en cuanto a formación continua y competencias. En este contexto, ¿debemos buscar la formación con mejores perspectivas de empleo o tener en cuenta las competencias más demandadas por el mercado laboral?
En otras ocasiones ya hemos hablado de los sectores profesionales emergentes y de la formación con mejores salidas en el mercado laboral, por eso, en este monográfico sobre estudios más demandados por el mercado laboral hemos en las competencias necesarias para desempeñar un puesto de trabajo y las ventajas competitivas que supone dominarlas para un candidato a un empleo. Por supuesto, no debemos olvidar que la formación es fundamental: los conocimientos teóricos y prácticos que nos ofrecen las titulaciones universitarias y la FP son imprescindibles para cualquier trabajo.
¿Qué significa ser competente?
Las competencias son la capacidad de saber utilizar los conocimientos, habilidades y aptitudes en las diferentes interacciones que nos encontramos en el contexto personal, social y laboral. Si nos centramos en el ámbito laboral, podemos definirlas como la capacidad efectiva para llevar a cabo un trabajo con éxito.
Según Sofia Isus Barado, Directora del Grup de recerca en Competències, Educació, Tecnologia i Societat (COMPETECS) y profesora del Departamento de Pedagogía y Psicología de la Universitat de Lleida, ser competente en el campo profesional consiste en saber resolver problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma. No basta con saber, se precisa movilizar las habilidades, conocimientos y actitudes adquiridas para desempeñar las tareas propias de una profesión.
¿Cómo se logra tener ciertas competencias? La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo tiene claro: competencias se adquieren a través de la formación, y también mediante el aprendizaje por experiencia en situaciones concretas de trabajo.
De todas formas, la adquisición y el buen uso de las competencias no debe ser nuestro único objetivo. Los conocimientos sobre un tema concreto, relacionados con la profesión a desempeñar siguen siendo básicos. Para Balbina López de la Torre, Profesora de Instituto de Directivos de Empresa - IDE-CESEM, la selección de personas se hace en función de un perfil previo: este perfil se basa, en primer lugar en estudios, conocimientos y experiencia, en diferentes porciones en función de si necesitas un júnior o un sénior, pero aderezadas con aquellas competencias que marcamos estratégicas.
Tal y como muestra Balbina López de la Torre, las competencias van cobrando importancia a medida que pasan los años y se suma experiencia, así, cuando se opta a puestos de mayor responsabilidad, los estudios formales y conocimientos teóricos van perdiendo peso frente a determinadas competencias como liderazgo, capacidad de toma de decisiones, influencia o comunicación, adquiridas, todas ellas, a lo largo de años de experiencia.
Queda claro que el mercado laboral requiere personas tituladas y competentes. Los expertos coinciden en señalar que la formación sirve para conseguir un trabajo y las competencias permitirán al empleado conservarlo y progresar.
Competencias más demandadas por el mercado laboral
En igualdad de condiciones formativas, el valor añadido de un candidato son sus competencias transversales. Las empresas multinacionales consideran que los cinco aspectos más importantes a la hora de seleccionar un universitario recién titulado son: conocimiento de idiomas, perfil internacional, relaciones públicas y habilidades interpersonales, educación/presencia/actitud, y emprendedurismo (entendido como la creación de proyectos individuales o colectivos), dejando en segundo lugar, conocimiento técnico, dotes comerciales y capacidad de negociación. Esta es una de las principales conclusiones del I Informe "Los perfiles universitarios más demandados por las empresas en España", elaborado por el IE University y la consultora de comunicación Kreab Gavin Anderson en 2011, que analiza la opinión de los responsables en recursos humanos de las principales multinacionales en España.
"Las empresas valoran más la formación en soft skills que la técnica, les importa más formar a personas que a técnicos", afirma Francisco Mata, coordinador del informe y decano de estudios de grado de IE University. En este sentido, las empresas valoran la proactividad, autoexigencia, capacidad de trabajo y de sacrificio, movilidad geográfica y automotivación, como las cinco aptitudes que más deben mejorar los recién titulados. Sin embargo, aptitudes como la puntualidad, sinceridad, capacidad de aprendizaje y movilidad funcional están superadas por los universitarios que se incorporan a las empresas.
Estos datos reflejan algunas de las competencias más demandadas por las organizaciones con un gran volumen de negocio, aunque coinciden con la opinión de la mayoría de expertos en que son las aptitudes que los candidatos deben mejorar. Mercè Gómez Ubiergo, directora del Posgrado de Experto/a en Inserción Laboral de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social de la Fundación Pere Tarrés y Directora de Nau Desenvolupament Professional, nos da las pistas para lograr las competencias que nos serán útiles en diferentes entornos laborales y en diferentes puestos: ser adaptable (gestionar bien los cambios), ser emprendedor, proactivo, interactuar de forma positiva con los demás, trabajar en equipo, liderar grupos, afrontar y resolver diversas situaciones, gestionar la información y mostrar disposición al aprendizaje continuo.
Cabe destacar que estas competencias nos acompañarán a lo largo de la vida y el joven que elige estudios o profesión debe tenerlas presentes. De hecho, Mercè Gómez Ubiergo considera que una buena manera de orientarse en esta vorágine del mercado laboral actual es asegurar que disponemos de aquellas competencias transversales más demandadas en general en el mercado (las citadas anteriormente), pasar luego a analizar o descubrir cuáles son nuestros intereses y las competencias que aportamos, para dirigir la mirada a aquellos empleos que las requieran, y apostar entonces, si es necesario, por la formación que nos dé la titulación requerida.
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