No entraré a comentar el ya conocido bajo nivel de los españoles en el conocimiento de otros idiomas, con respecto a otros países europeos. Pero sí al menos a remarcar que este dato negativo, se agrava si hablamos en términos de comunicación oral, de entender y hacernos entender.
Una parte de mi trabajo es visitar institutos y colegios de Extremadura y reunirme con alumnos de 2º de Bachillerato para darles a conocer nuestros Grados Internacionales en ADE y Marketing en los que se estudia en cada uno de sus 3 cursos de duración, Inglés y Portugués. ¡Se sorprenden de que sean asignaturas obligatorias!
En estas visitas intento hacerles ver la necesidad que tienen, ahora más que nunca, de hablar otros idiomas. Y cuando les pregunto qué les parece no tener que hacer la prueba oral de selectividad, la respuesta unánime es "genial" o en ocasiones "menos mal". Y se sonríen, sin darse de cuenta del perjuicio que ello significa. Porque desafortunadamente a una inmensa mayoría de los estudiantes, lo que les preocupa en sus años de bachillerato es ir aprobando y pasar la prueba de selectividad, por encima de aprender o a prepararse para la universidad.
Creo en definitiva, que estos alumnos, no son conscientes de cuánto puede beneficiarles saber comunicarse en otros idiomas, y como a veces les digo, no sólo por su futuro laboral, que ya es una razón de peso, sino aunque sea por poder viajar, moverse, conocer mundo. Y si para conseguir que se le preste más atención a la comunicación oral en los centros de enseñanza, hay que incluir la prueba oral en selectividad, bienvenida sea la idea. Sin duda, considero que es una de las medidas más acertadas que se han tomado en materia de educación en los últimos tiempos.
¿Qué consejos le darías a un alumno para que se prepare para este tipo de prueba?
Lo más importante para empezar es quitarse ese incómodo sentido del ridículo que habitualmente tenemos los españoles.
Y les daría dos consejos:
1. No pensar en la prueba. El objetivo debe ser el de comunicarse en cualquier situación. Comenzar a hablar sin prestar excesiva atención a si lo hacemos bien o mal hasta que se convierta algo natural y no forzado. Si estamos pendientes de pronunciar todo perfecto, utilizar el tiempo verbal adecuado etc. nunca conseguiremos soltura. La preparación gramatical, sintáctica, de vocabulario adquirida en todos los años previos está en nuestra mente e iremos tirando de ella a medida que la necesitemos. Así, pasaremos de ir traduciendo palabra a palabra mentalmente antes de pronunciar una frase, a que nuestras palabras fluyan directamente sin necesidad de ir traduciendo.
2. Utilizar todos los medios de los que disponen. Los jóvenes hoy deben sentirse muy afortunados de tener a su alcance metodologías y herramientas de todo tipo para mejorar en idiomas: escuchar radio, música, ver películas en versión original, CDs, programas interactivos…. Tienen todo a su alrededor, sólo es cuestión de utilizarlo. Escuchar un programa en inglés mientras se hace deporte, oír fados, poner cadenas de televisión de otros países, jugar con consolas…. Y aprovechar cada oportunidad que tengan para practicar y hablar.
2. Utilizar todos los medios de los que disponen. Los jóvenes hoy deben sentirse muy afortunados de tener a su alcance metodologías y herramientas de todo tipo para mejorar en idiomas: escuchar radio, música, ver películas en versión original, CDs, programas interactivos…. Tienen todo a su alrededor, sólo es cuestión de utilizarlo. Escuchar un programa en inglés mientras se hace deporte, oír fados, poner cadenas de televisión de otros países, jugar con consolas…. Y aprovechar cada oportunidad que tengan para practicar y hablar.
En este proceso de cambio el papel de los docentes es esencial. También es un cambio de mentalidad para ellos, un auténtico cambio de metodología. Y tendrán que hacer muy bien su papel para vencer la barrera psicológica habitual de los estudiantes a hablar delante de otros compañeros en otro idioma y para que no estén sólo pendientes de la escritura, de apuntar el significado o la pronunciación de una nueva palabra. Una práctica que a mí me ha funcionado muy bien en mis clases es cambiar de aula y llevarles a otro sitio en el que no tienen ni ordenador, ni bolígrafo ni papel para apuntar. Sólo ellos y yo (o a veces un balón que nos vamos lanzando unos a otros para que todos participemos en las conversaciones). No les queda más remedio que hablar.
Good luck. Bonne chance.Boa sorte. Viel Glück. Buena suerte a todos.