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¿Cómo mejorar la participación de las familias en la escuela?

Artículo de opinión

En este monográfico hemos recopilado opiniones de expertos en dos líneas diferenciadas: por un lado, nos interesa saber en qué posición se encuentran las familias respecto a la educación, desde la perspectiva de padres, docentes y gestores; y por otro lado, queremos conocer cuáles son los retos de las AMPAS en la actualidad.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
No estamos descubriendo nada nuevo cuando afirmamos que la implicación de los padres en la educación y el contexto escolar de los hijos es fundamental para su formación y desarrollo. Desde hace años, las AMPAS y otro tipo de asociaciones de padres y madres trabajan para mejorar la participación de las familias en la escuela, a través de la presencia en los Consejos Escolares y otros órganos de representatividad, ofreciendo formación e información, etc. Pero, ¿es suficiente? ¿Cómo percibe la comunidad educativa la intervención por parte de los padres?

En el monográfico sobre Familia y Escuela de 2012 hemos recopilado opiniones de expertos en dos líneas diferenciadas: por un lado, nos interesa saber si los padres, docentes y gestores consideran que las familias se encuentran en una posición de "debilidad" respecto a la educación; y por otro lado, queremos descubrir cuáles son los retos de las AMPAS en la actualidad.

Participación activa de los padres en la educación: Corresponsabilidad

Los expertos coinciden en señalar que la participación activa de los padres y madres en el entorno educativo favorece una mayor autoestima de los niños y jóvenes, un mejor rendimiento escolar, mejores relaciones entre progenitores e hijos y sobre todo, una actitud más positiva de los padres hacia la escuela. La familia y la escuela deben trabajar de forma coordinada desarrollando habilidades, competencias básicas, transmisión de normas y responsabilidades, enseñanza de valores, normas y costumbres.

El problema es que la implicación de las familias en el entorno educativo de sus hijos es diferente según la familia y la etapa educativa. Aunque las AMPAS consideran que es totalmente falso que las familias se desentiendan de la educación de sus hijos, los expertos coinciden en destacar que la participación de los padres y madres en el contexto escolar disminuye a medida que los hijos crecen. Así, en la Educación Infantil y Primaria, las familias suelen participar en el Consejo escolar o la Asociación de Padres y Madres y asisten a reuniones más o menos periódicas con el tutor.

Insistimos: no se puede generalizar, pero, a medida que los hijos van creciendo, en algunos casos la implicación disminuye y las familias delegan la responsabilidad de la educación al centro educativo, siendo menor el número de padres y madres que acuden a las tutorías o que buscan información personalizada en los tutores u orientadores.

Entonces, ¿cómo logramos que esta coordinación entre familia y escuela se mantenga a lo largo del tiempo? La clave es la corresponsabilidad, entendida como el esfuerzo conjunto y la participación en el proceso educativo de todos los agentes implicados (familias, docentes, gestores, administración…)

La corresponsabilidad supone conocer las responsabilidades de cada uno, respetarse mutuamente y facilitar los puentes de colaboración para lograr el éxito educativo. Según Ana Mª Vega, "no se trata de cambiar los papeles y las responsabilidades que corresponden a cada uno de los miembros de la comunidad educativa", porque cada uno tiene el suyo y todos son complementarios.

Pero, si pensamos qué puede hacer cada uno, por un lado, las familias deben involucrarse más y mejor en la educación de sus hijos, ya que no lo hacen, en ocasiones, por su pasividad y, en otras, por su desacierto en el modo en el que quieren participar. Por el otro, los centros, deben favorecer la participación real y efectiva de las familias ofreciendo información clara y transparente, además de escuchar y tomar decisiones contando con la opinión de los padres.

¿Cómo mejorar la participación de las familias?

Como ya hemos visto, aunque hay muchos padres y madres que se esfuerzan por ayudar a sus hijos en el proceso de aprendizaje y se implican en el contexto académico, los expertos consideran que sería deseable una mayor participación y colaboración entre la familia y la escuela, coordinándose para educar.

Si bien es cierto que existen canales tradicionales de participación de las familias en la escuela como el Consejo Escolar, también debemos tener en cuenta las dificultades que frenan la implicación de la familia, como por ejemplo las rutinas familiares, la motivación o los valores; las trabas para conciliar la vida profesional y las actividades escolares; el funcionamiento del centro o una actitud de los docentes que no fomente la interacción con las familias, etc.

Para solucionar estos problemas hemos seleccionado una serie de consejos que pueden contribuir a mejorar la participación de las familias en la escuela:
  • Papel de las AMPAS: Según Juan Ballarín Forcada. Presidente de FAPAR, las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos adquieren un valor relevante en los centros educativos como canalizadoras de la necesaria participación colectiva de las familias. Tradicionalmente se ha considerado a las AMPAS como meras organizadoras de actividades extraescolares y, muchas veces también, de compensadoras de los recursos e infraestructuras educativas que las administraciones no satisfacen. Es necesario centrarse más en su labor como copartícipes del proceso global de formación de nuestros hijos en los centros escolares.
  • El profesorado: Para CEAPA, algunas actitudes o experiencias negativas en el centro ha llevado a veces a los padres y madres a rehuir el contacto con el personal de la escuela y viceversa. Además, existe la tendencia a responsabilizar al otro del fracaso del alumnado (las familias a docentes y centro, y el profesorado a la familia y al propio alumno). Para mejorar estas situaciones, los expertos aconsejan que los docentes tengan en cuenta a las familias más concienciadas para desarrollar acciones que fomenten la participación. La implicación es algo que se construye colectivamente y poco a poco.
  • Los centros: Los centros no deben limitarse a proporcionar información a las familias, deben brindar nuevas y variadas oportunidades de comunicación, ampliar las estructuras de participación adaptándolas a las necesidades y problemáticas concretas, promover la formación de familias y profesorado para favorecer el trabajo colaborativo, etc.
  • Las TIC: Es imprescindible aprovechar los nuevos canales de comunicación que nos ofrecen las nuevas tecnologías (correos electrónicos, blogs, páginas web, mensajería instantánea, redes sociales, etc.) para intercambiar información, recibir orientación, organizarse y gestionar, etc. Para Miriam Pastor Muñoz, muchas familias son modernas, actuales, acostumbradas al entorno digital y las nuevas tecnologías, entonces ¿por qué no impulsar su participación a través de herramientas digitales?
Por último, recordamos que los padres deben empezar por reconocer y asumir el grado de responsabilidad que tienen en la educación de sus hijos. Los centros deben facilitar la participación de las familias y los docentes han de propiciar la colaboración en la medida de lo posible. El éxito escolar es de todos, y la responsabilidad de conseguirlo también es de todos.

Webgrafía y Bibliografía:

Educaweb (2009). Monográfico 199 sobre Escuelas de Padres y Madres

Ortega Galvín, Verónica (2009): La educación es corresponsabilidad de todos/as. Monográfico 199 sobre Escuelas de Padres y Madres. Educaweb

Ramírez Fernández, Santiago; García Guzmán, Antonio; Sánchez Núñez, Christian Alexis. (2011) El éxito escolar. ¿Cómo pueden contribuir las familias del alumnado? Edita: CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos)

 
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