La orientación académica, profesional y personal forma parte de un mismo proceso que difícilmente puede ser separado, puesto que desde un enfoque sistemático (Bertalanffy) el ser humano orienta sus necesidades e intereses de forma global.Rafael Bisquerra, catedrático de la Universidad de Barcelona, define la orientación desde este sentido globalizador, o en otras palabras, define la orientación psicopedagógica como un proceso de ayuda continua a todas las personas en todos sus aspectos, con una finalidad de prevención y desarrollo, mediante programas de intervención educativa y social basados en principios científicos y filosóficos.
La orientación académica, como proceso de ayuda al estudiante, debe comenzar en las primeras etapas de la formación reglada, haciendo un mayor esfuerzo en aquellos momentos en los que el individuo se enfrenta a decisiones que afectan a su itinerario y objetivos profesionales y personales. Por tanto, se encuentra muy ligada a la orientación en estos otros dos aspectos.
Pero no debemos olvidar que la orientación tiene como finalidad lograr el equilibrio personal a través del logro de objetivos académicos y profesionales.
En situaciones laboralmente complicadas, como la que la crisis económica está provocando, el entorno puede contribuir a la modificación de los objetivos personales, más centrados en la supervivencia, alterando así el itinerario profesional y, por tanto, académico de las personas.
En este sentido, parece más apropiado no limitar la orientación a la información y valoración de las posibilidades profesionales, a modo de guía, y sin tener en cuenta el entorno y los objetivos personales.
Desde este enfoque perdemos mucha información de valor para lograr un equilibrio personal y con el entorno inmediato. Por ello, optar por un modelo de orientación más humanista, nos abre un mayor número de posibilidades y de opciones innovadoras para afrontar la vida profesional.
Este modelo, más cercano al counseling, aumenta su efectividad debido principalmente a dos motivos:
- Promueve el equilibrio personal y profesional, tomando medidas provisionales o permanentes orientadas a la mejora personal y no sólo profesional.
- El objetivo es contribuir a la construcción o modificación del propio proyecto vital, por lo que la implicación en el cambio y la motivación para emprender y lograr las metas establecidas aumentan significativamente.
Para lograr dicho equilibrio, es necesario definir las funciones que toda orientación debe cumplir a nivel profesional:
- Definición de objetivos profesionales y personales.
- Estudio de la trayectoria académica y profesional.
- Contraste del perfil y objetivos profesionales y personales con los requerimientos del mercado laboral.
- Creación de un plan de desarrollo profesional adecuado a los objetivos personales y al entorno.
- Creación de un itinerario formativo personalizado y acorde al plan de desarrollo.
- Información y asesoramiento sobre fuentes de búsqueda de empleo y de servicios sociales relacionados para garantizar la integración sociolaboral (servicios sociales, prácticas laborales y no laborales, opciones de emprendimiento, etc.)
- Seguimiento, apoyo y revisión y, en caso necesario, modificación del plan de desarrollo personal.
La innovación en metodologías pedagógicas unida a la de metodologías de orientación puede optimizar los resultados de los procesos implicados en la cadena de valor de la inserción laboral.
En todo caso, invertir en calidad de la formación no implica sólo desarrollar metodologías didácticas innovadoras. Las entidades especializadas en formación somos responsables también de proveer de los medios necesarios para que cada uno de los alumnos optimice los resultados de todas las herramientas que la formación pone a su disposición.
