Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

Cómo nos comportamos ante las TIC

Artículo de opinión


  • Deja tu comentario
  • Valora


Jordi Roca i Carles. Director del Cibernàrium de Barcelona Activa
Des de hace ya un tiempo, nuestro sistema educativo vive una transformación importante fruto de las sacudidas de los programas gubernamentales de implementación de las TIC en las escuelas. Mucho se ha hablado del tema, y muchos han sido los comentarios sobre cómo esta implementación no debe limitarse solamente a las herramientas, sino que debe representar también un cambio de modelo pedagógico. La coyuntura económica actual quizás ralentizará un poco todo esto proceso, pero nadie duda que es un escenario imprescindible en nuestro sistema educativo. Cuando todavía los contenidos están en una fase incipiente, y la incorporación de los equipos informáticos se impone en las escuelas, a los profesionales de la enseñanza les ha tocado hacer un sobresfuerzo para formarse y adaptarse a esta nueva realidad.

A menudo la formación y adaptación de estos profesionales han incidido en gran medida, en las herramientas tecnológicas, más que en las metodologías. Las herramientas no dejan de ser efímeras, instrumentales. Lo que no es efímero es cómo nuestros alumnos se comportan digitalmente. Hay un evidente cambio de hábitos, de lenguaje, de maneras de buscar, de informarse, de relacionarse… En general, todo ello conlleva a un nuevo paradigma que marca indefectiblemente, tanto des de un punto de vista social como profesional, a una amplia generación de alumnos. Pero  ¿cuáles son los ejes de comportamiento de estos alumnos ante el entorno digital? Me permito exponerles los que creo que son los más destacados, teniendo en cuenta que el orden no implica ninguna importancia: 1) la portabilidad: la información que necesito, la llevo encima. No es necesario que me traslade a un sitio concreto para buscarla. 2) la inmediatez: aquello que busco, lo encuentro ya; aquello que quiero decir o expresar, lo expongo al momento, lo hago público; aquello que quiero retener, lo capturo (una imagen, una fotografía, por ejemplo); 3) la comunicación permanente: comparto aquello que hago, lo que sé, dónde estoy; 4) la participación: remito información de otros, emito opiniones abiertamente, divulgo noticias (el poder no es de los que tienen la información, sino de los que la comparten); 5) la capacidad multimedia: ya no me conformo solamente con texto, quiero imágenes, sonido y sobretodo, quiere interactuar. 6) el grado de customización: quiero escoger lo que quiero, cuando lo quiero y cómo quiero verlo y consumirlo. 7) la no secuencialidad: el orden no es de izquierda a derecha y de arriba abajo, sino que es aparentemente caótico, pero realmente, en la mayoría de los casos, mucho más eficiente. 8) …

Podríamos añadir más vectores de comportamiento, pues estoy seguro que muchos docentes podrían destacar otros que no he citado, y que son igual o más importantes que los expuestos. Estos y otros factores de comportamiento frente la información y el aprendizaje son el reto de las nuevas metodologías. Cómo utilizar una pizarra digital, cómo evaluar a través de plataformas Moodle, o la utilización de redes sociales cómo instrumento pedagógico, etc., de todo esto bien seguro que podemos convertirnos en grandes expertos. Pero entender los comportamientos descritos es hacia dónde debemos enfocar los esfuerzos de formación de los profesionales de la enseñanza.

Desde Cibernarium, el programa de Capacitación Tecnológica del Ayuntamiento de Barcelona, hemos desarrollado una línea de actividades en TIC y Educación, con un doble objetivo: de un lado, la capacitación en las herramientas, y del otro, la capacitación en las metodologías. Este segundo objetivo no siempre es fácil, ya que se debe partir de la experiencia en las aulas, del día a día con los nuevos comportamientos digitales. Deben ser los propios docentes quiénes transmitan a sus colegas, el cómo, el cuándo, la manera con la cual afrontamos la presencia de la tecnología en los entornos de estudio y docencia. Cibernarium intenta combinar esta doble vertiente, con la participación de docentes cómo formadores, y con una visión global de la oferta de formación. Desde el inicio de esta línea de actividades, en febrero de 2011, se han realizado 88 actividades distintas, y más de 1.300 profesionales de la educación han pasado por nuestras aulas. El reto es seguir orientando a los docentes y hacerlo al mismo ritmo que evolucionan y mutan los comportamientos digitales de nuestros jóvenes.
Deja tu comentario