Retomando la pregunta que da origen a este escrito ¿Es necesario mejorar los criterios de evaluación (externa, interna, docente..) en los centros educativos para la calidad educativa?Mi experiencia pionera a nivel nacional como docente-coach en centros públicos de la consejería de educación y cultura de la junta de Andalucía en diferentes niveles educativos y habiendo vivido experiencias diversas en lo cotidiano de dar clase, en el papel de dirigir un centro y actualmente como orientadora educativa, me aporta la perspectiva que el enfoque (para la calidad educativa) parte de una premisa débil porque el valor principal que tiene el sistema educativo son las personas que lo integramos.
La calidad educativa pasaría por favorecer, reconocer e incrementar la calidad del alumnado, docente, familias…
Por consiguiente -¿Qué acciones favorecemos para reconocer, valorar y ayudar a las personas que conforman el centro educativo?
-¿Cómo le estamos dando respuesta reales a sus necesidades docentes?
La realidad docente se perfila por encontrar a maestro/as saturados, estresados con la presión de terminar unos contenidos a veces sin sentido para él y los alumnos/as.
No se considera que en el espacio del aula pasan muchas cosas mientras se intentan a veces inútilmente seguir dando los contenidos establecidos, aparecen nueva información, papeles, documentos, estamos en la era de la información…
¿y las personas dónde quedan?
¿Desde donde se relaciona el maestro con el alumno/a y viceversa? ¿Qué relaciones se establecen en el aula para favorecer un clima de aprendizaje?
¿Cómo se siente el maestro cuando día a día intenta enseñar a leer a un alumno/a y no pasa de la "Pa"?
¿Cómo se siente el alumno/a ante la frustración de no pasar de la "Pa"? ¿Cómo entrenamos a nuestros docentes y alumnos/as para que disfruten del acto de aprender, con sus éxitos y fracasos responsabilizándose con conciencia de sus logros y resultados?
Desde el coaching se prioriza las relaciones humanas, unos y otros nos afectamos mutuamente y seguimos explicando contenidos, somos más consciente y responsables de los sistemas que establecemos y que inciden en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la neurociencia nos habla de la importancia de crear un clima de confianza y disfrute por lo que se vive dentro del aprendizaje de cada una de las asignaturas o materias.
Es más importante crear el contexto de aprendizaje que los contenidos que se vayan a desarrollar en el mismo.
El cerebro cognitivo en situaciones de tensión y estrés le cuesta pensar, tiene menos capacidad para dar respuestas creativas, adecuadas, la emoción sube y la inteligencia baja, tanto en el maestro/a como el alumno/a ambos, están al efecto de esto, siendo en estas situaciones donde se producen en el aula la mayoría de los conflictos.
Podemos interminablemente establecer criterios de evaluación en los diferente ámbito y es perfecto, ahora bien, se hace necesario crear espacios de relación, despertar, autodescubrimiento, comunicación, donde el alumnado y los docentes puedan parar, verse, escucharse así mismo, establecer valores, dirección y una visión de quien son y quien quieren ser en su rol de docente y discente para sentirse en este proceso de enseñanza-aprendizaje plenos y felices.
La nueva filosofía del coaching y la neurociencia que practico, aporta nuevas mentalidades, pensamientos, emociones, actitudes acciones y resultados.
Una herramienta útil y práctica, aunque no la única, ni para todos, que mejora la calidad humana y transciende a la calidad educativa.
