Francia ha establecido un proceso de selección llamado "iniciativas de excelencia" en el marco de las "inversiones de futuro" (un programa de 35 mil millones de euros en total de los cuales 22 mil millones van a estar destinados a la educación superior y la investigación. De estos 22, 7,7 mil millones de euros se distribuyen entre las universidades de excelencia designados por un jurado internacional (en el cual se encuentra por ejemplo, Manuel García Velarde de la Universidad Complutense de Madrid).La Universidad de Burdeos, la Universidad de Estrasburgo y la Universidad de Investigación París Ciencias y Letras han sido las primeras candidatas retenidas por el jurado el pasado mes de julio. Una segunda oleada de candidaturas está siendo examinada: el proceso se terminará el próximo mes de febrero cuando entre 3 o 4 proyectos serán etiquetados. De aquí a pocos meses habrá una "Liga Sorbona", podríamos decir por analogía con la Ivy League de Estados Unidos.
Se trata de una verdadera revolución en Francia donde se había vivido durante varias décadas con la idea que todas las universidades son valor; lo que ha tenido el efecto perverso de crear una jerarquía entre universidades no selectivas (y casi gratuitas) y grandes écoles reclutando a través de concursos y exigiendo cuotas de inscripción elevadas. Ahora se acepta que haya una jerarquía entre las universidades y un financiamiento acorde a sus actuaciones reales en términos de innovación pedagógica, de calidad de la investigación, de la inserción laboral de los graduados, de capacidad de mejorar la activada de la educación o investigación.
Los criterios utilizados para hacer emerger las verdaderas universidades de clase mundial en el territorio francés son de dos clases:
- En primer lugar, las universidades candidatas deben concentrar la investigación de alto nivel; siguiendo toda la cadena, desde la investigación básica al desarrollo y transferencia de tecnología,
- En segundo lugar, deben presentar un gobierno flexible, reactivo, eficaz: se trata de gestionar un fondo de 1 billón de euros.
La puesta en marcha de una gobierno moderno representa el obstáculo más difícil de superar: Lo vimos en la primera sesión cuando a candidatos de prestigio se les negó la marca de calidad al no convencer al jurado en este punto.
La selección de las iniciativas de excelencia corona un proceso de reforma profunda de la educación superior francesa, después de cuatro años: las universidades integran progresivamente las grandes escuelas (negocios, administración, ingeniería), a raíz de la ley de autonomía en 2007 que les autoriza a gestionar por sí mismas el dinero público que reciben, negociar en igualdad de con los organismos de investigación (CNRS, INSERM) y definir así su propia estrategia. Y es esencial de entender, que por primera vez en la historia de este país el proceso de reforma de las universidades es llevada a cabo bottom/up. El Estado no ha dicho a las universidades con que grandes escuelas pueden aliarse para tener una oportunidad de tener éxito.
Tomemos el ejemplo de Gran París (proyecto urbanístico entorno los alrededores de la ciudad) en construcción: la aparición de universidades integrales que tienen un potencial de campeón internacional es decisiva para la nueva estructura de la metrópolis. Sin embargo, está en gran parte controlada por la elección de los actores. Allí donde había 17 universidades mono o bi-disciplinarias y una cincuentena de grandes écoles, no habrá más que siete o ocho universidades integrales acogiendo en su seno la mayoría de grandes écoles.
Francia ve progresivamente constituir tres grupos de universidades absolutamente necesarias en la dinamización de su educación superior: universidades de excelencia que son campeonas internacionales, grandes universidades regionales que juegan un papel en el territorio, y universidades centradas en la licenciatura indispensables para acabar con el paro juvenil, anormalmente alto en este país.
