Las universidades francesas han experimentado varias reformas en una larga historia de ocho siglos. Actualmente, la política de modernización de nuestro sistema universitario que llevamos a cabo universitario desde el año 2007 responde a un objetivo: la excelencia en formación e investigación. Estoy convencido que la educación superior y la investigación son la clave para nuestro futuro. La excelencia debe estar en todas partes, en todo nuestro territorio y debe ser para todos.En este contexto, hemos llevado a cabo una importante reforma que ha modificado profundamente el cuerpo de nuestras universidades con la ley sobre las libertades y responsabilidades de las universidades, que ha otorgado la autonomía de nuestras instituciones. Esta ley representa un gran avance, ya que permite ahora a las universidades establecer sus propias prioridades, a la altura de su entorno socio-económico y responder eficazmente a las necesidades económicas de su territorio.
La autonomía también ha permitido abrir las universidades al mundo empresarial. Los acuerdos económicos se desarrollan y 41 fundaciones entre la educación superior y las empresas, redes bancarias y las administraciones locales permiten a las universidades generar recursos propios. Estos acuerdos son esenciales porque nos permitirán hacer de la investigación un catalizador de nuestro crecimiento. Finalmente y porque la excelencia pasa por el éxito de nuestros estudiantes, tenemos que poner fin a la selección por fracaso y reafirmar la inserción como una misión de las universidades con esta ley.
Por otro lado, hemos querido favorecer el reagrupamiento de nuestros centros en polos. La cuestión es importante ya que no solo se refiere a la calidad de la enseñanza impartida y la investigación, sino también al posicionamiento internacional de nuestras instituciones y su capacidad de atracción. Por ello, el Estado ha acompañado a las universidades autónomas en el establecimiento de Polos de Investigación y Educación Superior (PRES) y ha alentado la fusión entre las instituciones. Actualmente contamos con 21 PRES, que competirán con las mejores universidades del mundo, y este movimiento de reagrupamiento va a continuar.
La excelencia de nuestra educación superior está vinculada a la excelencia de nuestra investigación. Hemos apostado por la inversión masiva y centrada en el desarrollo de la riqueza de la cual dispone nuestro país. Con el programa de "inversiones para el futuro", ponemos 22 mil millones de euros sobre la mesa para desplegar un acelerador de la competitividad de la investigación francesa al más alto nivel mundial. Nunca un gobierno habrá tanto dinero invertido en educación superior e investigación. Y nunca ha vacilado, incluso en tiempos difíciles ya que estas inversiones son ahora nuestra mejor arma para la lucha contra la crisis y preparar el empleo y el crecimiento del futuro. Todos los proyectos financiados por las "inversiones para el futuro" se desarrollan en acuerdo con las empresas para impulsar las pymes, apoyar el crecimiento de nuevas empresas y la creación de empleo: esto no es más que una parte de la investigación pública y de la otra, la investigación privada. Una vez más nos centramos en esta cooperación para dinamizar la innovación.
La reforma está en marcha y se adaptará a las nuevas exigencias del mundo de la educación superior e investigación. Hoy creamos las universidades del siglo XXI que nos permitirán afrontar los retos del mañana.
