Las necesidades educativas especiales aparecen cuando un alumno presenta un ritmo de aprendizaje distinto al de sus compañeros y los recursos disponibles en su escuela son insuficientes para apoyarlo en la adquisición de los contenidos establecidos en los planes y programas de estudio; por tanto requiere mayores o diferentes recursos, ya sean humanos, materiales, curriculares o arquitectónicos.Pero las diferencias no sólo se plantean en el contexto educativo. En una época como la actual, en la que la necesidad de la orientación académica y, especialmente la profesional, es fundamental a lo largo de la trayectoria vital y profesional de las personas. ¿Cuál es la situación de la orientación académica y profesional dirigida a personas con necesidades educativas especiales (altas capacidades, dislexia, deficiencias visuales y auditivas, etc.)?
En el monográfico 239 sobre Orientación y Necesidades Educativas Especiales nos hemos planteado cómo se enfoca esta orientación.
Necesidades Educativas Especiales
Antes de profundizar en las características de la orientación y su importancia para las personas con necesidades educativas especiales es fundamental definir a qué nos estamos refiriendo.
Según el Art. 1, Decreto 217/2000, B.O.A. 27 de Diciembre de 2000, el alumno/a con necesidades educativas especiales es aquel que "requiere durante su escolarización o parte de ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidades físicas, psíquicas o sensoriales, de sobredotación intelectual, de trastornos graves de conducta o por hallarse en situación desfavorecida como consecuencia de factores sociales, económicos, culturales, de salud y otras semejantes."
Así pues, el término necesidades educativas especiales tiene una vocación normalizadora y no discriminatoria y pone el acento en los recursos que se utilizan para dar respuesta a estas necesidades. En un contexto de la escuela o instituto ordinarios, los expertos reconocen la importancia de la preparación del profesorado, las adaptaciones curriculares, el trabajo en equipo, etc., para dar respuesta a estas necesidades, pero también es crucial la adecuación de las infraestructuras, los recursos materiales y el apoyo institucional cuando se quiere dar una respuesta adecuada.
En general, las intervenciones a las necesidades educativas especiales suelen ir orientadas a primaria y ESO. En la enseñanza postobligatoria nos encontramos con que ciertas organizaciones apoyan discapacidades concretas, como las auditivas o visuales y en algunos centros se posibilita la accesibilidad a los espacios para los jóvenes con discapacidad motora. Aún así, los expertos reclaman que hay una serie de aspectos no cubiertos, especialmente en alumnado con altas capacidades y otras "necesidades educativas" para las cuales resulta menos evidente que hace falta apoyo.
Tal y como dice Mª del Carmen Rodríguez Zafra, a medida que ascendemos en el sistema educativo y accedemos a una etapa educativa superior, las medidas de atención a la diversidad se van reduciendo o se van dirigiendo a un colectivo más restringido, como por ejemplo, las adaptaciones curriculares en Bachillerato y Ciclos Formativos.
En este sentido, los expertos señalan que el departamento de orientación debe tener un papel relevante a la hora de conocer las necesidades educativas específicas del alumnado, coordinar las intervenciones necesarias, conocer el marco legal existente, coordinar el profesorado implicado y sobre todo, proponer nuevas líneas de intervención cuando sea necesario. Así pues, parece evidente que la intervención desde este departamento no puede limitarse a facilitar información y asesorar para la toma de decisiones o dar apoyo y herramientas para el autoconocimiento.
La orientación para personas con necesidades educativas especiales
Para Àngels Morillo Maymón y Ma. Pilar Roca Uriol, la orientación es necesaria en todo el alumnado pero resulta imprescindible para los que tienen necesidades educativas especiales, porque se crean una imagen, identidad propia y analizan el entorno educativo desde una perspectiva que no es real.
Los profesionales de la educación que trabajan la orientación en el contexto educativo, reconocen que la orientación favorece la autoaceptación y autoestima del alumnado con necesidades educativas especiales, les facilita la planificación de objetivos factibles y contribuye a salir de la "espiral de la inferioridad". Por eso, se plantean una serie de objetivos partiendo del principio de igualdad de oportunidades1:
- Informar sobre las diferentes alternativas que ofrece el sistema educativo
- Desarrollar en el alumnado el autoconocimiento de aptitudes e intereses.
- Contribuir a su desarrollo para que puedan tomar decisiones y elegir a lo largo de su vida de forma responsable
- Favorecer el acercamiento del alumnado con necesidades educativas especiales al mercado laboral y preparar su inserción.
- Fomentar el uso de los diferentes recursos para la búsqueda de empleo
- Dar a conocer los recursos y entidades de formación y empleo que pueden ayudarle en su futuro.
Para Ana Isabel Ruiz López, Directora de Educación, Empleo y Promoción Cultural de la ONCE, la orientación laboral para las personas con discapacidad es básicamente la misma que para las personas sin discapacidad. A partir de su experiencia, han observado que ante la situación económica actual y los cambios tecnológicos, la solución es ofrecer a los jóvenes los recursos necesarios para analizar, a lo largo de la vida, el problema de la elección de unos estudios o profesión y poder reorientar la situación cuantas veces sea necesario.
Notas al pie:
1.- Objetivos extraídos del artículo "Programa de orientación académica y profesional para el alumnado con necesidades educativas especiales" de Mª Ángeles Bonilla Castro. Publicado por FETE-UGT Sevilla. http://www.ellapicero.net/node/3762
