Así lo asumió el ámbito de la Educación Superior (L.O.U., 2001; L.O.M.L.O.U., 2007) y, más concretamente, la Universidad de Zaragoza. En la última década, la atención y orientación a los estudiantes con discapacidad ha sido en nuestra institución manifiestamente creciente. Los estatutos aprobados en 2004 ya contemplaron el establecimiento con carácter permanente de un programa de atención a estudiantes con discapacidad, que se concretó con la creación en 2006 de la Oficina Universitaria de Atención a la Discapacidad (O.U.A.D.) La pretensión era clara: facilitar la integración y máxima normalización de estos estudiantes en la vida universitaria. A través de la O.U.A.D., incardinada en el Área de Proyección Social del Vicerrectorado de Proyección Cultural y Social, la Universidad de Zaragoza asesora y orienta individualmente a los estudiantes con necesidades educativas especiales, con el objetivo de favorecer el éxito académico, pero también tratando de optimizar otras dimensiones incluidas en el modelo conceptual denominado "calidad de vida", como es el desarrollo personal, el bienestar emocional, las relaciones interpersonales y la autodeterminación.
El estudiante con una necesidad educativa específica puede recibir información y asesoramiento en la OUAD ya antes de su ingreso en la universidad. Los centros educativos de enseñanzas medias conocen la existencia de este servicio universitario; los tutores, familiares o los propios estudiantes tienen la posibilidad de contactar directamente, solicitando la viabilidad de adaptaciones de espacio, tiempo o materiales en las pruebas de acceso a estudios universitarios. Documentada la necesidad de una adaptación de acceso al currículo, al estudiante con discapacidad se le concede ya en las citadas dichas pruebas de acceso.
Las actuaciones específicas susceptibles de ser realizadas por nuestra institución universitaria y relacionadas con la orientación académica y/o profesional a un estudiante con necesidades educativas especiales son las siguientes:
- Además de facilitar las ayudas técnicas que para el seguimiento de las clases y/o realización de exámenes pueda requerir el estudiante, la O.U.A.D. realiza una valoración pedagógica de las necesidades educativas que puedan implicar alguna adaptación curricular cotidiana -no significativa- o en exámenes. Se realiza un informe en el que se detallan las medidas que se considera favorecerán sus aprendizajes y buen rendimiento académico y, en caso de conllevar adaptaciones de la docencia, se comunica al coordinador de la titulación.
- Se recomienda a estos estudiantes que soliciten el plan tutor, conveniente para cualquier estudiante universitario, pero necesario, a nuestro parecer, en estos casos. El tutor, como perfecto conocedor del plan de estudios que cursa el estudiante con necesidades educativas especiales y en coordinación con la O.U.A.D., puede orientarle académicamente a lo largo de los estudios.
- La Oficina Universitaria de Atención a la Discapacidad proporciona también al profesorado que lo requiere asesoramiento respecto a estilos de enseñanza-aprendizaje, instrumentos de evaluación y otras particularidades referidas a los estudiantes con alguna necesidad educativa especial. Al respecto y entre otras actuaciones puntuales, nuestra universidad editó en una guía de orientaciones prácticas referida a personas con distintas discapacidades.
- La relación continuada con las numerosas instituciones y asociaciones que colaboran con la Universidad, favorece el asesoramiento profesional y la oferta de prácticas o, incluso, de puestos de trabajo destinados a personas con necesidades derivadas de alguna discapacidad. Promovemos y apoyamos seminarios, jornadas y congresos destinados a poner en conexión el ámbito empresarial/profesional y el de la discapacidad en la Universidad, en la confianza de que estas iniciativas facilitan la inserción laboral de los universitarios con alguna discapacidad.
- Entendemos que la Universidad de Zaragoza, como reflejo de una sociedad más sensibilizada y ocupada por el bienestar y calidad de vida de todos los ciudadanos, no podría obviar la responsabilidad social de planificar y desarrollar prácticas más inclusivas con todos sus estudiantes y, especialmente con aquellos que presentan necesidades educativas especiales.