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Transiciones, procesos y contenidos digitales: elementos clave para innovar con las TIC
Artículo de opinión
El nuevo énfasis que se da a las tecnologías, las ciencias y los idiomas, a través del acceso y procesamiento digital de la información, con metodologías experimentales, interactivas y significativas y en entornos prácticos multilingües, está determinando grandes transiciones que afectan a la arquitectura y estructura de los centros y a los recursos y equipamientos que deben incorporar y movilizar:
1. DIGITALIZACIÓN: del aula de informática a la informática en el aula
Consigamos un ordenador personal en red por alumno, propio, no compartido; unos contenidos curriculares interactivos excelentes, motivadores, facilitadores y enfatizadores de la experiencia didáctica; y plataformas que posibiliten el desarrollo de la Comunidad Educativa Virtual.
2. SIGNIFICACIÓN: de la enseñanza teórica a la enseñanza relevante y significativa
Pongamos el foco central en la experiencia de aprendizaje del individuo, partiendo de entornos y situaciones tomadas de la vida real, y por ello significativas y motivadoras. Además del contenido expresamente diseñado para tomar la realidad como contexto relevante, es preciso que el profesor guíe, interprete, analice y sugiera para cada alumno aquello que favorece mejor su propio estilo y necesidades individuales de aprendizaje.
3. EXPERIMENTACIÓN: de la enseñanza en el aula a la enseñanza en el taller o laboratorio
De la teoría a la práctica y la vivencia experimental, al conocimiento por el hacer, aprender haciendo (learning by doing). El taller y el laboratorio ahora pueden ser virtuales, no ya como una realidad paralela recreada, con cuatro dimensiones transformadas en dos, sino incluyendo un pequeño taller o laboratorio allí donde se necesita en el momento en que se necesita, a través de animaciones interactivas, simulaciones, juegos, realidad aumentada, etc.
4. MULTILINGÜISMO: Del idioma como asignatura a la asignatura en otro idioma.
Auspiciada por el interés y apoyo de la Comisión Europea, la enseñanza de contenidos horizontales en inglés y sobre nuevas tecnologías es un enfoque de interés creciente en todo el mundo. Los contenidos digitales orientados a la metodología AICLE pueden ser una alternativa económica y factible para la generalización de la metodología sin necesidad masiva de profesores nativos.
Se entiende así la educación como un proceso social de adaptación a una realidad cambiante, que está a su vez en un proceso de continuo cambio. Todo esto, unido a la baja actualización tecnológica media del profesorado y sus necesidades tradicionales, pobremente atendidas en muchos casos, dibuja un panorama de creciente complejidad para afrontar este reto, requiriendo en la medida de lo posible de la interacción con recursos externos, públicos y privados, que faciliten el cambio gracias a procesos de inversión en el sector educativo.
Esto supone para los profesores un profundo cambio cultural y de valores en múltiples sentidos (autoría, autoridad, liderazgo, programación, exposición pública, metodología didáctica, entorno de trabajo estable y organizado, etc). En este marco, parece evidente que al profesor se le está pidiendo demasiado. La educación, que debería ser nuestra apuesta por el futuro y convertirse en el verdadero motor de nuestra época, marcada por el acceso, distribución, gestión, discriminación e interpretación de la información, se está estancando por no responder con rapidez a las demandas de esa realidad cambiante.
Los profesores no deberían estar sobrecargados con tareas de administración o de vigilancia. Estas tareas deben desarrollarlas otros profesionales y, en un futuro inmediato, la tecnología.
Los profesionales deben tener tiempo para la reflexión y la autoformación, así como tiempo y recursos para poder participar en acciones de formación continua.
Las razones del fracaso de las muchas iniciativas de implantación de las tecnologías en el aula desarrolladas hasta el momento llegan, por una parte, del manejo de un lenguaje diferente entre profesores y alumnos (nativos frente a inmigrantes digitales); por otra, de la falta de orientación de los contenidos digitales hacia el profesor. No se trata de convertir el contenido en algo más cercano al profesor (inclusión de más texto en pantalla a la manera de los libros de texto tradicionales o fragmentación en pequeñas piezas o ejercicios que el profesor pueda manejar de forma independiente) ya que esto no nos permite alcanzar el objetivo, que es el alumno. Se trata de llegar hasta el alumno, sí, pero pensando en el profesor como el verdadero mediador y guía del aprendizaje. Si no tenemos esto, no tenemos nada.
Tampoco se trata de dar al profesorado una formación exhaustiva que convierta a los profesores en magos de la tecnología y expertos en los lenguajes de desarrollo, sino de darles las herramientas apropiadas como usuarios habituales que deben ser, de la tecnología pensada para ayudarles a desarrollar su labor.
Sería bueno, como estrategias para mejorar la implicación de los docentes, que estos tuvieran la oportunidad de conocer prácticas eficaces y programas educativos que hayan tenido éxito, a través de la distribución periódica de materiales informativos y de actividades de formación. Otras estrategias podrían ser la evaluación periódica de las necesidades y la información de sus resultados, para identificar todo lo susceptible de mejora y los cambios necesarios para llevarlo a cabo.
El modelo educativo basado en el mundo digital y en las nuevas tecnologías para lograr una mejor integración de la comunidad educativa, permite transformar los roles de los educadores con una mejor evaluación de los alumnos, programación individualizada de itinerarios educativos y el rol de gestión de la relación entre el centro educativo y su comunidad (conexión entre el centro y el exterior).
Hasta la fecha, el profesor adaptaba los libros de texto, ahora con la incorporación de los libros de texto digitales se mezclará la industria editorial tradicional con las empresas de servicios de Internet. Las editoriales digitales aportarán contenidos y liberarán al profesor de cargas anteriores; el contenido digital debe estar programado sobre el 100% del currículo, a través de plataformas con las que el profesor gestione contenidos e itinerarios personalizados.
En suma, es de esperar que, paulatinamente, las conclusiones de encuentros de alto nivel para profesionales de la educación, como ITWorldEdu, vayan dibujado el cambio de paradigma por la progresiva implantación de todas estas mejoras en nuestro sistema educativo.
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