Nuestro mercado laboral continúa presentando los mismos problemas que con anterioridad al inicio de la crisis: segmentación del mercado laboral, altas tasas de temporalidad en la duración de los contratos, precariedad de condiciones laborales, dificultades de jóvenes y desempleados de larga duración para acceder al mercado laboral, falta de adecuación de las competencias profesionales a los perfiles demandados por las empresas, etc. (ver los Programas Nacionales de Reformas de 2005 y 2011 en sus respectivos apartados referentes al empleo). A estas dificultades hay que añadir que desde 2008 se han destruido más de un millón de puestos de trabajo en el sector de la construcción, lo que nos deja un amplio colectivo de trabajadores con necesidades específicas de recualificación, que debido al pinchazo de la burbuja inmobiliaria y a la contracción del sector de la construcción previsiblemente no volverán a encontrar un trabajo de características similares al último que ocuparon durante los años de expansión económica.
La Comisión Europea, en el documento "Agenda de nuevas cualificaciones: una contribución europea hacia el pleno empleo" [Comunicación de 23-11-2010 COM (2010) 682 final], recoge las perspectivas de empleo para el año 2020. Entre ellas se prevé una disminución en 12 millones los empleos de escasa cualificación que demandará el mercado laboral así como el aumento en la demanda de empleos de alta cualificación en 16 millones. En consecuencia, se puede entender que estamos ante la necesidad urgente de mejorar la cualificación de todos esos trabajadores que actualmente carecen de las competencias necesarias para mantener sus empleos a corto y medio plazo, de lo contrario el desfase entre la demanda y la oferta de cualificaciones nos llevará al aumento en las tasas de desempleo y a una merma en la competitividad de los países de la UE.
Estas mismas previsiones determinan que la demanda de especialistas en el ámbito técnico con perfiles de ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas aumentará considerablemente al igual que aquellos empleos relacionados con el campo de la innovación, las TIC, la ecología y la sanidad. La Comisión Europea estima que para 2015 habrá una demanda sin cubrir de profesionales en el sector de las TIC de entre 384.000 y 700.000 empleos, así como para 2020 podría haber una carencia de cerca de un millón de profesionales en el sector sanitario y aproximadamente un millón de investigadores en el campo de la innovación.
Ante esta situación los países del ámbito de la UE se enfrentan a una serie de retos en materia de empleo si quieren lograr tasas de empleo cercanas al 75% y cumplir con los objetivos marcados para el año 2020 por la propia UE en su estrategia de empleo:
- Lograr que los sistemas de educación y formación ofrezcan una mezcla adecuada entre competencias transversales y específicas con el objeto de conseguir una adaptación real a las demandas del mercado laboral.
- Conseguir una mayor colaboración entre el mundo laboral, educativo y formativo tomando como referente y eje vertebrador las competencias profesionales.
- Dotar de una mayor transparencia al funcionamiento del mercado laboral, superando enfoques tradicionales en los procesos de selección de los recursos humanos que muy habitualmente se basan en la medición exclusivamente de cualificaciones formales, lo que en algunas ocasiones lleva a infrautilizar y desechar el talento de las personas.
- Fomentar la movilidad geográfica para optimizar la demanda y la oferta de empleo tanto en ámbito nacional como en el ámbito de la UE.
Pero después de leer estas líneas, cualquier persona puede preguntarse: ¿Qué puedo hacer para mejorar mi empleabilidad y planificar mi carrera profesional?
A continuación se describen cinco pasos que podemos seguir para identificar cual es nuestra situación actual frente al empleo y como podemos mejorarla:
1) Tenemos que definir uno o varios objetivos profesionales realistas, acordes con nuestra cualificación y situación personal así como con las necesidades del mercado laboral.
2) Una vez definido nuestro objetivo profesional, tenemos que hacer un análisis del mercado laboral. Podemos consultar las ofertas de empleo existentes a través de los diferentes medios disponibles (portales de empleo en internet, anuncios en prensa, bolsas de empleo, agencias de colocación, empresas de trabajo temporal, empresas de selección, ofertas de empleo público, redes de contactos personales y profesionales, etc.). Analizaremos aquellas ofertas de empleo acordes con nuestro objetivo profesional, observando los requisitos y perfiles que demandan las empresas para esos puestos (formación académica, competencias transversales, competencias específicas y experiencia).
3) Después de haber realizado este análisis comparamos nuestro perfil profesional (conjunto de competencias, formación y experiencia) con los requisitos demandados por el mercado laboral que hemos observado anteriormente. Cuando hacemos esto estamos identificando puntos débiles y fuertes de nuestro perfil en relación con el objetivo profesional elegido lo que nos permitirá planificar nuestra carrera de una manera más adecuada.
4) Realizada la detección de necesidades, ¿Qué tengo? ¿Qué me falta?, pasamos a diseñar un itinerario formativo con el objeto de dotar nuestro perfil profesional de la formación y competencias requeridas por las empresas para los empleos que nos interesan. Una vez identificadas nuestras carencias tenemos que seleccionar en que nos podemos formar, que tipo de formación se adapta a nuestras necesidades, situación personal y laboral (formación en el sistema educativo o formación para el empleo), que cursos nos interesan y a donde nos podemos dirigir para realizarlos.
5) Finalmente hay que tener en cuenta que existen diferentes servicios de información y orientación profesional donde podemos encontrar información, asesoramiento y acompañamiento para definir nuestros objetivos profesionales, conocer recursos, herramientas y estrategias para la búsqueda de empleo, diseñar itinerarios formativos adecuados, informarnos sobre los pasos necesarios que hay que seguir para desarrollar una idea de negocio, los procedimientos de evaluación y acreditación de competencias adquiridas mediante experiencia laboral, etc. Estos y otros servicios son ofrecidos por las distintas Administraciones Públicas, Sindicatos, Asociaciones Patronales, Cámaras de Comercio y otras entidades.
Teniendo en cuenta los pasos anteriores y, contando con la ayuda profesional que ofrecen los servicios de información y orientación, podemos planificar nuestra carrera profesional y elegir la formación mas adecuada para alcanzar nuestros objetivos profesionales, adaptándonos a los cambios del mercado laboral con la finalidad de mantener nuestra empleabilidad a medio y largo plazo.