La formación inicial y permanente del docente, así como la implicación y la actitud que mantenga en el aula con el alumnado, es más determinante para alcanzar el éxito educativo que la inversión de las administraciones o que las clases no sobrepasen un determinado número de alumnos por profesor (ratio).
Esta es una de las principales conclusiones que se pueden extraer de la intervención en el Parlamento de Andalucía del coordinador del informe PISA y jefe de la división de análisis educativos de la OCDE, Andreas Schleicher, quien fue invitado por todos los grupos parlamentarios para cerrar el ciclo de sesiones del grupo de trabajo creado para debatir sobre la formación del profesorado en la comunidad.
Para Schleicher, el dinero no es garantía de éxito, ya que los informes realizados por la OCDE demuestran que "ni el dinero invertido en educación es la garantía del éxito educativo ni un contexto social desfavorable es garantía de fracaso". En cuanto a la ratio, Schleicher ha destacado que un aula con pocos alumnos no conlleva que el docente esté más implicado con ellos.
Según ha explicado Schleicher, en España y Andalucía se han producido en los últimos 30 años "mejoras impresionantes" en lo que a educación se refiere pero "la calidad sigue siendo un área con mucha posibilidad de mejora". No en vano, el último informe PISA de 2009 demuestra el alumnado tiene grandes capacidades para "memorizar hechos y datos "pero no para extrapolarlos" a la vida real, que es lo más importante".
Por otro lado, Schleicher considera que es necesario que el trabajo del profesorado se valore "como el de un trabajador del conocimiento", tal y como ocurre en los países con mejores índices educativos. Es decir, "que el papel del docente no se defina como el de un mero transmisor de contenidos prefabricados, sino como el de alguien al que se le dan unos objetivos muy definidos, que es lo que los estudiantes deberían poder hacer al final del curso, y que tiene libertad para enseñarlo con los métodos que elija".
A juicio de Schleicher, uno de los "problemas" del sistema educativo español en este sentido es que es "muy prescriptivo, donde se detalla mucho el currículo, los contenidos y los métodos". Además, considera que sería más beneficioso para el profesorado que los recién titulados entraran a trabajar en un colegio o instituto bajo la supervisión de los docentes más expertos, como ya ocurre en países como Finlandia o Shangai, con excelentes resultados académicos.
