El propósito de un buen programa de movilidad docente debe de ser el de incentivar la participación de los docentes en eventos académicos o pasantías de investigación, tanto de larga como de corta duración, en instituciones académicas del exterior, para fomentar el alto desarrollo académico de los docentes y que ellos mismos sean los agentes activos encargados de establecer y fortalecer los vínculos con instituciones académicas internacionales.
Por tanto, este tipo programas persiguen el favorecer e incentivar la movilidad del profesorado, mediante la realización de estancias en el extranjero, las cuales van encaminadas a la actualización de los conocimientos o el aprendizaje de nuevas técnicas y métodos para la docencia o la investigación; al mismo tiempo, servirán para establecer nuevos vínculos académicos, o para fortalecer los ya existentes, entre las instituciones de origen y destino, propiciando una colaboración regular y permanente entre docentes e investigadores y entre instituciones.
Los objetivos, en general, de un programa de movilidad docente son:
- Enriquecerse de los conocimientos y la experiencia del personal académico de instituciones de Educación de otros países.
- Fomentar el intercambio de competencias y experiencia sobre métodos pedagógicos.
- Perfeccionar el conocimiento y uso de lenguas extranjeras
- Animar a las instituciones de Educación a que amplíen y enriquezcan la variedad y el contenido de los cursos que oferten.
La formación en el extranjero debe considerarse siempre una excelente oportunidad para obtener numerosas e importantes ventajas. Junto a los beneficios que aportan a tu currículum y a tu persona en general, la estancia en un centro extranjero ayuda a ampliar los objetivos formativos, recursos y metodología. Además, permiten aprender idiomas, algo muy importante, sobre todo si el país de destino es de habla inglesa. Actualmente el inglés es el principal vehículo de comunicación en el mundo científico, por lo que su conocimiento y perfeccionamiento favorecerá una mayor proyección. El dominio de este idioma facilita la comunicación con los homólogos internacionales y contribuye a la difusión de nuestros trabajos. Las estancias en centros extranjeros también brindan la oportunidad de conocer otras estructuras organizativas de trabajo. Esto puede ser relevante, ya que se pueden incorporar visiones distintas a nuestros lugares de trabajo como áreas de mejora.
Marcharse a estudiar al extranjero es una experiencia cada vez más valorada en el mercado laboral actual. Muchas son las opciones y posibilidades, por lo que es muy importante concretar bien qué tipo de proyecto formativo se quiere llevar a cabo. Gracias a estos programas los docentes podrán intercambiar experiencias y conocer otros modelos de enseñanza, de manera que las estancias en el extranjero, siempre y cuando estén bien planificadas, resultarán altamente positivas.
En definitiva, la experiencia de ampliar la formación en el extranjero siempre será altamente enriquecedora. Por eso creo que se debería facilitar y potenciar la salida de docentes a instituciones de otros países, pues es una forma de enriquecer la formación de la que en un futuro se beneficiaría el sistema educativo. La formación especializada en centros extranjeros puede suponer un gran esfuerzo y puede que incluso las dificultades económicas sean importantes, pero los beneficios superaran con creces estos costes materiales. El crecimiento personal y científico debe estimular a los docentes a salir fuera de España y conocer otros sistemas educativos, con otras costumbres, dinámicas y recursos, en aras de una formación de calidad y con el valor añadido de enriquecer aún más nuestra cultura.