Gracias a sus ganas de cambiar el mundo y sin muchos recursos pero con mucho empuje e ilusión, Enric Renau, sociólogo, y Montserrat Oliveras, psicóloga, crearon en 1995 DEP Instituto, entidad privada que se estructuró en dos áreas: la orientación académica y profesional y la investigación sociológica.
En el año 1998 nace Educaweb, con el objetivo principal de hacer llegar los servicios de orientación al mayor número posible de estudiantes y profesionales, centros educativos, universidades e instituciones del sector. La evidente necesidad no cubierta de información y asesoramiento en estudios y profesiones, fue el motor de la creación de esta herramienta online.
A lo largo de más una década de trayectoria de Educaweb, Enric Renau ha escrito editoriales semanales en los boletines y monográficos, mostrándonos su perspectiva y haciéndonos partícipes de su análisis del mundo de la educación, la formación y del trabajo. Sus aportaciones, a veces intensas, a veces irónicas, a veces metafóricas, pero siempre lúcidas, nos han hecho reflexionar y profundizar en todas las cuestiones que se plantea el mundo de la educación.
Leer sus editoriales es descubrir qué preocupa a los profesionales de la orientación y la educación y comprobar que hay temas recurrentes que año tras año se repiten sin solución. También ha expresado qué nos ilusiona y hacia dónde avanzamos: nuevos retos, nuevas dificultades y nuevos proyectos.
Tal y como él nos recordaba recientemente, hay que reaccionar. Con los pies en la tierra y no viviendo de sueños inalcanzables. Trabajando, luchando y aceptando que la realidad puede cambiarse.
Gracias por tu liderazgo, perseverancia y optimismo omnipresente.
Equipo de Educaweb
Equipo de Educaweb
Como homenaje reproducimos su editorial del 21 de diciembre de 2010:
Hace ya más de once años que tengo la oportunidad de felicitar a los lectores de esta publicación el año nuevo y las navidades. Releo las editoriales publicadas en otras ocasiones y me doy cuenta de que ciertos valores y determinadas percepciones relacionadas con el mundo educativo y el de la formación se mantienen constantes. Hay otros aspectos coyunturales que han pasado de moda y nuevos fenómenos que aparecen. Y también hay grandes tendencias que van tomando fuerza.
Cuando escribía en 1998, reclamaba mayor atención a la educación por parte de la sociedad, de los responsables políticos y de las instituciones públicas y privadas. Ahora, en 2010, la educación está en la agenda política, social, mediática y empresarial.
Hace una década, el diagnóstico educativo estaba encima de la mesa, pero no era una prioridad. Primaban más las inversiones inmobiliarias, las "stock options" de las empresas puntocom y la revolución de la telefonía móvil.
Hoy, no hay receta política, ni gurú, ni think tank que se precie que no quiera reducir el fracaso y el abandono escolar, fomentar el talento y la apuesta por la economía del conocimiento y el acercamiento de la formación profesional y la universidad al mundo laboral y la sociedad.
Pero ésta ha sido, en parte, una década perdida.
No lo digo tirando la toalla. Soy consciente que el crecimiento económico acaecido hasta 2007, el consiguiente crecimiento de la población infantil y juvenil basado en el aumento de la natalidad y, por encima de todo, en la inmigración y la incorporación de la mujer en el mercado de trabajo han cambiado por completo esta sociedad.
En este 2010, con la crisis, con el record de paro y la destrucción de empresas, la formación ha cobrado un protagonismo como excusa de los problemas o como solución.
La educación y la formación han pasado de tener un papel secundario a un protagonismo principal en nuestra sociedad y en las políticas públicas.
Pensando ya en el 2011 me atrevo a expresar públicamente dos deseos.
El primero sería conseguir que todos los actores que puedan intervenir en la mejora del sistema educativo, en su transformación en los aspectos deficitarios que hemos ido señalando a lo largo del año, alineen sus intereses para dedicar los (pocos) recursos y la fuerza de voluntad a la mejora. Que rememos todos en el mismo sentido y con el timón bien dirigido.
El segundo deseo pasaría por dar a la orientación académica, profesional y laboral el empuje que se merece como respuesta a las incertidumbres de alumnado y familias y como apoyo a cualquier persona que en el ámbito profesional quiera mejorar, cambiar de trabajo o encontrarlo.
Enric Renau
Editor