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Las competencias profesionales en el mercado laboral

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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
La Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las cualificaciones y la formación profesional define la competencia profesional como "el conjunto de conocimientos y capacidades que permitan el ejercicio de la actividad profesional conforme a las exigencias de la producción y el empleo".

Según el Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL), la competencia profesional comprende un conjunto de capacidades de diferente naturaleza que permiten conseguir un resultado. Esta competencia está vinculada al desempeño profesional, no es independiente del contexto y expresa los requerimientos humanos valorados en la relación hombre-trabajo.

Hoy en día, ser competente en el campo profesional consiste en saber resolver problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma. No basta con los conocimientos aprendidos en las etapas de formación (universidad, FP, PCPI…), es necesario contar con habilidades, conocimientos y actitudes que permitan desempeñar las tareas propias de una profesión.

Pero, este concepto de "competencias profesionales", ¿se trata de una moda, una forma de visibilizar algo que ya existía, una respuesta a las necesidades del mercado laboral…? En el monográfico 228 sobre competencias profesionales, elaborado con el apoyo del Grup de recerca en Competències, Educació, Tecnologia i Societat (COMPETECS), queremos dar respuesta a todas estas cuestiones con las aportaciones de los expertos.

Competencias básicas y transversales

El mercado laboral ha evolucionado muy rápidamente en los últimos años. Las transformaciones que ha experimentado afectan de forma directa a los tipos de trabajo, a las funciones que desempeñan los empleados, a los perfiles profesionales y a las competencias demandadas.

Teniendo en cuenta este último aspecto, resulta evidente que para desempeñar una ocupación ya no basta con adquirir los conocimientos técnicos y teóricos, también es necesario tener una serie de conocimientos transversales, destrezas y aptitudes que puedan aplicarse a otros empleos y empresas y que permitan resolver los problemas profesionales de forma autónoma y flexible. Estamos hablando de las competencias laborales.

El informe de la "Secretary´s Commission on Achieving Necessary Skills" (SCANS) realizado en EE.UU. en 2009, distingue entre competencias básicas y competencias transversales. Entre las competencias básicas encontramos las habilidades de lectura, redacción, matemáticas, etc.; aptitudes analíticas como pensar creativamente, tomar decisiones, aprender y razonar, etc.; cualidades personales como la responsabilidad, sociabilidad, gestión personal, etc.

Por otro lado, las competencias transversales tienen que ver con la gestión de los recursos (tiempo, dinero, materiales); las relaciones interpersonales (trabajo en equipo, liderazgo); gestión de la información; comprensión sistémica y el dominio de las nuevas tecnologías.

Así pues, tal y como dice Sofia Isus, Directora del Grup de recerca en Competències, Educació, Tecnologia i Societat (COMPETECS), las competencias específicas de una profesión son las que sirven de tarjeta de presentación para entrar en el mundo laboral. El valor añadido de una candidato/a son sus competencias transversales.

¿Qué importancia tienen las competencias profesionales en el mercado laboral?

Como hemos dicho, el contexto socioeconómico ha hecho cambiar las necesidades de las empresas a la hora de buscar el candidato más adecuado. Para José María Ribal, Presidente de la Asociación Open World, este contexto provoca que las empresas dejen de plantearse qué personas son las más apropiadas para determinados puestos de trabajo, para pasar a preguntarse qué mapa de competencias necesita la organización y qué personas aportarán estas competencias de forma satisfactoria.

Según su opinión, el hecho de adoptar un enfoque competencial puede ir unido a un cambio de paradigma en el diseño organizacional, para pasar de querer saber especialmente qué ha hecho una persona y dónde, a indagar, sobre todo, qué puede y quiere aprender a hacer y cuándo.

Pero, aunque cada empresa detecte las competencias más adecuadas para cubrir sus necesidades, existen una serie de habilidades y conocimientos que son ya casi imprescindibles: conocimiento de idiomas, flexibilidad y movilidad, liderazgo y capacidad de trabajar en equipo, responsabilidad y compromiso, manejo de las TIC, comunicación…Estas competencias son las que no se cubren en la mayoría de los casos. De hecho, en un caso concreto como es la Formación Profesional, un estudio realizado por la Cambra Oficial de Comerç, Indústria i Navegació de Barcelona, muestra que las empresas catalanas puntúan con un 5,7 sobre 10 la oferta de FP reglada que se imparte en Catalunya y el el 37% de los encuestados señalan que los programas formativos no se adaptan a las necesidades reales de la empresa.

Teniendo en cuenta qué pide el mercado y qué valoran las empresas, es necesario que los centros formativos adapten su oferta a la evolución del mercado laboral y que los profesionales y estudiantes sean conscientes de la necesidad de adquirir estas competencias. Es importante destacar que la adecuación de las competencias demandadas no debe limitarse solamente a aquellos profesionales que se incorporan en el mercado laboral. El reciclaje es fundamental para las personas que ya cuentan con experiencia laboral.

Formación en competencias

Así pues, en este entorno laboral cambiante, la adecuación de la formación al mercado laboral no es una simple necesidad, sino un requisito imprescindible. Para, Eugenio Fernández López, Técnico del Área de Investigación y Proyectos de la Secretaría de Formación de UGT-CEC, las competencias profesionales son en la actualidad el eje vertebrador en la relación entre los sistemas de educación y formación y los requerimientos de cualificación profesional del mercado de trabajo.

El desarrollo de sistemas de educación y formación flexibles y adaptables a la realidad social y productiva, basados en el reconocimiento, acumulación y transferencia de resultados del aprendizaje y competencias adquiridas en diferentes contextos (formales, informales y no formales) es una realidad que se contempla tanto en las políticas, iniciativas y legislación europea como en la normativa española.

Generalmente se asegura la adquisición de las competencias específicas de cada profesión cuando se obtiene un título Universitario o de Formación Profesional. No sucede lo mismo con las competencias transversales, ya que tradicionalmente la formación se ha preocupado más de los conocimientos que de las habilidades o las actitudes.

La formación debe abarcar también el desarrollo de unas habilidades, del saber hacer, y de una determinada forma de afrontar tareas y responsabilidades en cada ocupación. La sociedad actual pide ahora la visibilidad de estas habilidades y actitudes.

Por eso, la formación, especialmente la formación para el empleo, debe mejorar la calidad y eficiencia en el desempeño del puesto de trabajo, favoreciendo que los empleados conozcan mejor su papel en la organización y sean capaces de ser resolutivos en su actividad diaria. Formar a través de competencias implica sobrepasar la mera definición de tareas y tener en cuenta las funciones y los roles.


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