Los Ciclos Formativos de Grado Superior (CFGS) han aumentando el prestigio de la Formación Profesional tanto en el sistema educativo como en el mundo laboral. Estas enseñanzas son bien reconocidas entre los empresarios y prueba de ello es el nivel de empleabilidad conseguido por los alumnos que han cursado este tipo de formación. No obstante, la crisis económica ha provocado que muchos alumnos, que se inclinaron por cursar los CFGS con las expectativas de insertarse en el mundo laboral, hayan decidido aumentar su cualificación estudiando en la universidad a la espera de mejores tiempos. La mayor afluencia del alumnado procedente de CFGS a la universidad evidencia la disputa por las plazas con la del alumnado de Bachillerato para el acceso a determinadas carreras en las que la oferta está limitada. Todo lo detallado anteriormente tiene especial incidencia en los CFGS de las familias de Sanidad y Servicios Socioculturales y a la Comunidad.También, conviene recordar que, la FPGS es reconocida en Europa por el MECES (Marco Europeo de Cualificaciones de Enseñanza Superior) como Nivel I, por ello tiene sentido que se reconozcan entre sí las enseñanzas universitarias y las de FPGS a través de las convalidaciones mutuas además de considerar que, para el acceso a ambos tipos de enseñanzas, se requiera el Bachillerato.
Sin embargo aún quedan por superar algunos prejuicios culturales que inducen a polarizar las enseñanzas: académicas frente a profesionales, y que distraen del objetivo, al centrar más la atención en el tipo de enseñanza que en la meta, la cualificación. Estos prejuicios han influido en el nuevo diseño de las PAU para el alumnado de CFGS que desearan voluntariamente subir la nota de acceso a la universidad.
Con el RD 1892/08 se terminaron los cupos en la universidad para los estudiantes de CFGS pudiendo acceder directamente con una nota máxima de acceso de 14 puntos, igual que para los de bachillerato, pero la realidad es que, en muchos casos, no se podían alcanzar y la nota máxima se quedaba en 12 puntos para los alumnos que procedían de CFGS. Posteriormente para resolver este obstáculo se publicó el RD 558/2010 con el objetivo de que los procesos garanticen la igualdad de oportunidades entre los alumnos que deseen superar la nota de acceso permitiéndoles realizar voluntariamente la fase específica a los alumnos de CFGS. El contenido de la fase específica para éstos alumnos se determinaría últimamente con la Orden EDU/3242/2010 dictaminando que los contenidos serán los mismos que para los estudiantes de Bachillerato según las áreas de conocimiento que se detallan en su Anexo, que se tratan de asignaturas cursadas en segundo curso de Bachillerato.
Así pues, con la publicación de esta orden, aparece la polémica que ha llevado a los estudiantes de CFGS a salir a la calle, porque se produce un trato diferenciado que les perjudica ya que la propuesta de los ejercicios de la fase específica no versan sobre los aspectos curriculares de las enseñanzas que ha seguido el alumnado de FP en el último curso. Por otro lado no se ha planeado con la transitoriedad requerida ya que el alumnado que comenzó los estudios de CFGS en el curso 2009/2010 ha visto alteradas negativamente las expectativas de acceder a estudios universitarios cuando se encuentra ya cursando el segundo curso.
Si con esto se ha intentado arreglar los desajustes a favor de los alumnos de los CFGS no sólo no se ha conseguido, sino todo lo contrario, pues todo lo más evidencia la perversión que se produce al estar subiendo mucho las notas de acceso en carreras donde la demanda de estudiantes supera la oferta de plazas.
Existen muchas personas que al término de los estudios de CFGS deciden continuar con estudios universitarios debido a que el mundo laboral no está absorbiendo al mismo ritmo de años anteriores a estos titulados, sin embargo este planteamiento de las PAU no les ayuda a acceder a ciertas carreras universitarias en concurrencia competitiva por las plazas en igualdad de condiciones con otros alumnos que han cursado las enseñanzas de Bachillerato.
Finalmente, habrá que evitar debates estériles entre distintos tipos de enseñanzas y aportar soluciones creativas para arreglar las disfunciones del sistema. Tal vez las soluciones pasen por particularizar las pruebas de la fase específica de las PAU por familias profesionales para el alumnado procedente de CFGS, y alcanzar así los equilibrios en el derecho de igualdad de oportunidades de las personas a la formación para cumplir con sus legítimas expectativas de adquirir la máxima cualificación.
