La tasa de técnicos medios de 25 a 64 años de aquí es tres veces menor a la media de los países de la OCDE. Tenemos más graduados que la media y más gente que no supera el nivel equivalente a la ESO.Este desequilibrio del nivel instructivo conseguido explica, parcialmente, el problema del desempleo en España. Mucho tiene que ver la historia para explicarnos lo poco que se desarrolló la formación profesional durante la dictadura franquista y el bajo nivel educativo de la población, mientras en Europa se expandía.
Con la democracia y la implantación de la educación obligatoria hasta los 16 años se crecido de forma desigual, producto de una mala planificación y de una actitud de país "nuevo-rico".
El déficit estructural de graduados medio en España es de 42 puntos respecto a la media de la OCDE. A su vez, los datos apuntan a una sobrecualificación clara entre los universitarios. Un 44% de ellos realizan indefinidamente o durante un largo período de tiempo trabajos por debajo de su nivel de cualificación, con su consiguiente falta de motivación y elevada rotación de personal.
Si además tenemos una de las tasas de abandono escolar más altas del mundo desarrollado, ya tenemos todos los ingredientes para explicar el porqué de la baja tasa de graduados medios
Si miramos hacia el futuro y hacemos caso de varios estudios de la CEDEFOP, en el año 2020 el 50% de los puestos de trabajo exigirán cualificaciones de nivel medio. En una economía intensiva en conocimiento, no sólo en la industria, sino en los servicios e incluso en la construcción y la agricultura y la ganadería, la necesidad de profesionales con una formación básica y una especialización concreta será evidente.
La planificación de la oferta de FP, demasiado pensada para cubrir un volumen de plazas y no para satisfacer la demanda del mercado laboral es uno de los primeros deberes a cubrir. Por ejemplo, siendo conscientes que tenemos una economía de servicios muy mayoritaria y una oferta de FP muy centrada en la industria.
La adaptación del contenido curricular sería el otro gran cambio. La apuesta por la especialización de los centros y de los territorios sería la otra gran apuesta. La autonomía de los centros y su atención a las necesidades de las empresas y la sociedad ayudaría claramente.
Enric Renau
Editor
