Por un lado, partiendo de esa premisa, las redes sociales pueden convertirse en canales de comunicación entre escuela, sociedad y familia, que contribuyan a crear una institución abierta, actualizada y partícipe de las características de la sociedad y sus problemas. De lo que se trata es de aprovechar los vínculos que genera el uso de redes sociales para fortalecer la interacción entre las instituciones educativas y el resto de agentes sociales. De esta manera, se conseguirá ofrecer una ayuda a los alumnos para conocer las oportunidades del mundo laboral, educativo, de ocio y a desarrollar destrezas para tomar decisiones de cara a organizarse la propia vida profesional (Rodríguez Moreno, 1992).
Por otro lado, las redes sociales pueden emplearse como herramientas de gran potencial para facilitar el aprendizaje. Desde esta perspectiva, hay que señalar que nos encontramos en una sociedad caracterizada por el constante flujo de información donde el aprendizaje no se basa en la apropiación de conocimientos, sino en un proceso de construcción del conocimiento entre el alumnado y su entorno. Hoy en día «aprendemos conectando los conocimientos ya existentes, mientras creamos, deconstruimos y reconstruimos los nuevos»1.
Las características de esta sociedad de la información han exigido un replanteamiento del concepto de educación como un proceso por el cual la persona adquiere una serie de competencias clave que le van a permitir adaptarse de modo flexible a un mundo que está cambiando con rapidez y muestra múltiples interconexiones. Dos de estas competencias clave destacadas por el Parlamento y el Consejo Europeo son, en primer lugar, la competencia digital, basada en el uso de ordenadores para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar información, así como para comunicarse y participar en redes de colaboración a través de Internet; y, en segundo lugar, la capacidad de aprender a aprender, es decir, la habilidad para iniciar el aprendizaje y persistir en él, para organizar su propio aprendizaje y gestionar el tiempo y la información eficazmente, ya sea individualmente o en grupos.
En este sentido, poder contar con el potencial interactivo de las redes sociales en esta construcción del conocimiento es el primer paso para que los alumnos entren en contacto con las tecnologías de la información como herramientas didácticas y construyan su entorno personal de aprendizaje (en inglés Personal Learning Enviroment, PLE).
Los PLE son sistemas que permiten a los alumnos gestionar su propio aprendizaje empleando las herramientas, los servicios y las conexiones que nos ofrece la web 2.0. Este sistema se basa en los principios del conectivismo (Siemens, 2006) que defiende el aprendizaje como un proceso por el cual se van conectando nodos y fuentes de información y donde es necesario nutrir y mantener las conexiones para facilitar el aprendizaje continuo.
La construcción de un PLE permite, por un lado, crear una red de intercambio que facilita el aprendizaje permanente y autónomo y, por otro lado, la adquisición de competencias digitales comportando un valor añadido en el mercado laboral, en el ámbito de la cohesión social y de la ciudadanía activa al aportar flexibilidad, adaptabilidad, satisfacción y motivación.
Para ilustrar con un ejemplo el proceso de construcción de un PLE podemos apropiarnos de los cinco indicadores que Waters2 considera necesarios en este trabajo. Estos son:
a) Crea una cuenta en Twitter.
b) Inicia tu propio blog.
c) Suscríbete vía RSS a otros blogs.
d) Comienza a usar servicios de marcadores sociales.
e) Únete a alguna comunidad en NING.
En definitiva, integrar un PLE en el aula exige un esfuerzo por parte del profesorado para organizar las actividades de manera constructiva. Hay que tener en cuenta que las actividades deben girar en torno a:
- La búsqueda y filtración de la información de interés. Para ello, se cuenta con numerosas herramientas como son los buscadores, la suscripción en alertas de correo, el empleo de servicios de suscripción de RSS, el intercambio de opiniones en redes sociales, la participación en foros, chats, blogs, etc.
- La organización de la información obtenida empleando para ello marcadores sociales, lectores de blogs, podcasts o videocasts entre otros.
- La generación y publicación de nuevos contenidos para compartir con la comunidad, con las herramientas de creación de blogs, redes sociales, etc.
Como resumen de lo anterior, debemos decir que las posibilidades que ofrecen las redes sociales en la educación son muy amplias pero están poco exploradas y requieren de un importante ejercicio de análisis y reflexión sobre cómo usarlas. Sería necesario investigar este campo para analizar las características y potencialidades de estos medios en el proceso de enseñanza-aprendizaje y apoyar la formación del docente en el uso de las tecnologías.
Notas al pie:
1.- Antonio Delgado PLE: La nueva plataforma de la web educativa
2.- http://theedublogger.com/
Bibliografía
CASTELL, M.: La nueva revolución rusa, Madrid, Editorial Sistema, 1992.
DELGADO, A.: «PLE: la nueva plataforma de la web educativa», [en línea] <http://edumorfosis.posterous.com/ple-la-nueva-plataforma-de-la-web-educativa-2>.
Entornos personales de aprendizaje/social Learning: «PLE» [en línea] <http://tallerple.wordpress.com/1-ple/>.
Parlamento Europeo y Consejo de la Unión Europea: Recomendación del parlamento europeo y del consejo de 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, [en línea] <http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2006:394:0010:0018:ES:PDF>.
RODRÍGUEZ MORENO, M. L.: Enseñar y aprender a tomar decisiones vocacionales, Madrid, Dirección General de Renovación Pedagógica, 1992.
SIEMENS, G. (2006): «Knowing Knowledge», [en línea] <http://www.elearnspace.org/KnowingKnowledge_LowRes.pdf>.
WALTERS, S.: «The Edublogger», [en línea] <http://theedublogger.com>.