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Profesores del siglo XX en el siglo XXI: retos y riesgos del 1x1
Artículo de opinión
A primera vista, este año 2011 puede parecer complicado en muchos aspectos. De todas formas, si tomamos la adecuada distancia para analizar convenientemente lo que está ocurriendo, es necesario remarcar que precisamente el momento que nos ha tocado vivir es realmente apasionante. Apasionante dado que pide reinventarse a cada instante; estar muy atento a las propias necesidades del sector educativo en general, y de los maestros y alumnos en particular; tener espíritu pedagógico emprendedor y tener directores de centros con capacidades visionarias para inventar y liderar el futuro. En este sentido, la formación y el acompañamiento de los profesionales de la educación son indispensables, básicos y necesarios, pero no suficientes. Me explicaré: los caracteres chinos de la palabra "crisis" son realmente reveladores y sugerentes, es decir, esconden un doble sentido: por una parte, crisis significa peligro y amenaza; y, por otra parte, crisis significa también oportunidad y ventaja. Siguiendo esta misma línea de discurso está claro que, ante la descomunal crisis económica que tenemos encima, lo más fácil sería "congelarlo" todo y no continuar con "empresas" que inicialmente se perciben de dudosa eficacia pedagógica. Pues bien, todo lo contrario. Es ahora, más necesario que nunca, poner toda la carne en el asador, decidir, arriesgarse y apostar para tirar adelante. Al menos en Cataluña y en el proyecto eduCAT 1x1, hemos hecho lo más difícil. Eso significa, no sólo dedicar esfuerzos e inversiones en la formación de los profesores en ejercicio (es necesario ahora poner el énfasis en mucho acompañamiento al profesorado en el uso pedagógico de las herramientas tecnológicas y en nuevas metodologías), sino tener también una hoja de ruta clara del propio proyecto conducida con un firme liderazgo estratégico y atender de forma solvente los principales inconvenientes infraestructurales de conectividad existentes.
Nuestro alumnado espera que los sepamos preparar para una sociedad que aún no existe; una sociedad incierta y altamente tecnológica. Necesitan de nosotros –maestros– criterio para discernir y seleccionar correctamente la información; necesitan reflexión, uso crítico y ético de los medios tecnológicos y de toda una serie de habilidades diferentes que más bien tienen que ver con la gestión emocional y el trabajo en grupo, que saberse de memoria los ríos de España. Con esto, no estoy diciendo de ningún modo que ni la memoria, ni los contenidos curriculares sean importantes. A lo que me refiero es a una profunda revolución pedagógica que rompe con algunas de las creencias que hasta ahora las teníamos como fijas y duraderas y nos servían para un tipo determinado de sociedad que hoy ya no existe.
Como dice Negroponte, "Quizá lo que sucede en nuestra sociedad es que no son tanto los niños incapacitados para aprender y lo que hay son más entornos incapaces de enseñar de lo que creemos".
Conclusiones del ITworldEdu 2010
Para responder a la pregunta inicial de Educaweb, me referiré a las conclusiones generales del encuentro ITworldEdu 2010 (http://www.itworldedu.com) celebrado el pasado mes de octubre en Barcelona y que pone en contacto profesionales del mundo de la enseñanza y del ámbito tecnológico para buscar conjuntamente soluciones a la implantación de las TIC en los entornos educativos. En este sentido, las conclusiones más destacadas fueron las siguientes:
1. Hemos constatado –por el elevado índice de participación en el evento– un ámbito empresarial tecnológico inquieto, vivo, activo, con ganas de participar y saber del ámbito educativo y de sus necesidades. Por su parte, hemos visto un ámbito educativo que está también muy receptivo a todas aquellas novedades tecnológicas que puedan permitir aumentar el rendimiento y el aprendizaje académico.
2. Hemos comprobado que el ámbito educativo se le debe considerar también como un sector productivo y económico emergente ya que supone y supondrá un motor de negocio y de cambios importantes que van desde el propio sector tecnológico, hasta el energético, pasando por el editorial.
3. Hemos detectado, por parte del ámbito educativo, la insistente preocupación de tener aspectos tecnológicos resueltos y poder utilizar la tecnología aplicada a la educación de la forma más solvente. Se sienten todavía muy a menudo molestias que provienen de las infraestructuras.
4. Hemos constatado también una preocupación latente para encontrar respuestas a saber cuál es finalmente el mejor formato de contenido digital, como debe ser su uso en el aula, como debe ser su distribución y cuál debe ser la óptima interoperabilidad entre plataformas virtuales.
5. Se pone de manifiesto que las nuevas herramientas tecnológicas pensadas para la educación han de permitirnos adaptarnos a un nuevo modelo educativo basado en la autonomía del alumno. Así mismo, se detecta la necesidad de poder individualizar el aprendizaje por medio de herramientas tecnológicas.
6. Hemos comprobado también otra vez que la tecnología, sólo por sí sola pocos cambios metodológicos puede producir, al contrario, amplifica y produce mucho ruido en el aula. Hay que acompañar la innovación pedagógica con apoyo de la tecnología con cambios más profundos. Cambios que interpelan el nervio de la educación y que vienen de la mano de la propia organización escolar, de la propia formación, acompañamiento y actualización de los profesionales en ejercicio y, sobre todo, los equipos directivos y del liderazgo que se ejerce en el centro.
7. Hemos comprobado también que hay que ser valientes y prudentemente atrevidos para experimentar y permitir el error en todos y cada uno de los proyectos que se pongan en marcha con el apoyo de la tecnología. Es necesario que aprendamos del error y encontramos espacios como estos para compartir experiencias, conocimientos y comenzar complicidades pedagógicas entras escuelas, maestros e instituciones educativas.
8. El ámbito educativo manifiesta y expresa que con el proyecto eduCAT 1×1 ya se está empezando a ver una auténtica revolución en las aulas. Es necesario documentar y evaluar todas aquellas experiencias que se van haciendo. Son necesarios protocolos de observación.
9. En este sentido, creemos que hay que avanzar hacia la escuela digital de forma ética, crítica y reflexiva permitiendo salir adelante y retroceder cuando sea necesario, pero no dejando paso a ninguna postura inmovilista y/o paralizante.
10. Todo parece indicar pues, que las buenas prácticas son aquellas que permiten que el alumnado pueda construir, comunicar, conectar, colaborar y compartir socialmente el conocimiento, dada la elevada pericia instrumental de las herramientas tecnológicas y el alto nivel de motivación que tienen.
En conclusión, a mi modo de ver, percibo un sector educativo en "crisis". Un sector educativo que tiene ante sí una gran cantidad de peligros y amenazas con la implantación del proyecto Escuela 2.0 si no se saben dirigir y corregir, pero, sobretodo, con una enorme oportunidad de crecimiento, un gran potencial de cambio y de revitalización de la actividad pedagógica de las aulas que da respuesta a una educación más propia del siglo XXI.
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