La actual situación del mercado laboral impulsa a muchos estudiantes a capacitarse después de cursar la carrera. La oferta de másters, MBA, postgrados, cursos de especialización, etc. es muy variada y sigue desde líneas de especialización general hasta propuestas dirigidas a cubrir puestos de trabajo concretos.
En cuanto a los trabajadores en activo y las empresas, la mayoría son conscientes que a día de hoy resulta casi imprescindible la formación continua a lo largo de la vida, para adaptarse a las nuevas demandas que presentan los puestos de trabajo.
Los profesionales de la educación también necesitan formación permanente para hacer frente a la realidad cambiante de las aulas y a las nuevas competencias que se requieren para el ejercicio de su profesión. En el monográfico 215 sobre formación continua hemos preguntado a los expertos cuáles son los principales retos de la formación continua del profesorado y qué importancia tiene dicha formación en la carrera profesional del docente.
¿Es necesaria la formación permanente para los profesionales de la educación?
Nadie duda de la importancia de la formación continua en cualquier ámbito profesional. Reciclarse y mantenerse actualizado es fundamental y especialmente en el mundo educativo, cuyos profesionales, además de estar al día en cuanto a conocimientos, deben hacer frente a situaciones que demandan atención, concentración y que a menudo suponen estrés laboral.
Esta necesidad de actualización constante hace que la formación se entienda como un proceso a lo largo de toda la vida. En este sentido, Ana Iglesias, Directora de Coordinación Pedagógica del Centro de Estudios Adams, afirma que la formación debe ser permanente porque no todas las competencias que se necesitarán en el ejercicio profesional pueden proporcionarse en la formación inicial.
Pero la importancia de la formación continua no sólo radica en la adquisición de nuevas competencias. Antoni Giner, psicólogo, orientador y coach, reconoce en su entrevista que la formación continua es necesaria por que:
- Da respuesta a las necesidades actuales: la realidad cambiante de las aulas precisa nuevas estrategias. La formación continua permite conocer las transformaciones en TIC, las innovaciones pedagógicas, los conceptos y estrategias, etc.
- La formación a distancia supone una mejora a nivel personal. La formación continua puede contribuir a mantener el equilibrio entre la vocación y las dificultades que se presentan cada día (especialmente todas las derivadas del burn-out), ofreciendo al profesional estrategias para hacer frente a las situaciones difíciles.
- La formación continua es la base de la investigación y la innovación en educación. Según Antoni Giner, la formación continua, la investigación y la innovación no se pueden separar de la investigación-acción, siendo esta un pilar esencial, tanto para la mejora de la docencia como para la mejora de la sostenibilidad.
La formación continua también necesita un reciclaje permanente. No sólo en cuanto a los conocimientos relacionados con un área en concreto de la docencia, sino también en cuanto a la metodología didáctica y muy especialmente al uso de las TIC.
Los expertos consultados señalan una serie de retos a los que debe hacer frente la formación continua dirigida a docentes:
- El primer aspecto que es necesario mejorar es la detección de necesidades, del propio centro, del equipo docente o del profesional individualmente. Es fundamental adaptar la formación continua a las necesidades reales del colectivo. Si se ofrecen cursos que no tienen una aplicación real en el día a día no sirven de nada.
- El profesorado debe estar al día sobre cómo se mueve el alumnado al que educa: sus gustos y aficiones, su forma de expresarse, su lenguaje, sus inquietudes, etc. Es necesario plantearse cómo la formación continua puede proporcionar herramientas al docente para entrar en este mundo.
- En los últimos años, los cursos sobre Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) dirigidos a profesorado son algunos de los más demandados. Los docentes se han dado cuenta de la necesidad de alfabetizarse digitalmente, especialmente con la implantación del Plan Escuela 2.0., y requieren formación actualizada en esta línea.
- La evaluación es otro de los desafíos que tiene la formación continua. No sólo se trata de evaluar la formación permanente recibida, sino también de aportar herramientas que permitan al docente la autoevaluación de su trabajo.
- Por último, es importante tener en cuenta que las personas que imparten la formación deben ser profesionales, dominar la materia a impartir y ser conscientes del perfil de alumnado que tienen delante, para adaptar los conocimientos a sus necesidades.