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Las redes sociales como recurso para la formación a distancia

Artículo de opinión

Muchos centros especializados en formación online están incorporando las herramientas características del Web 2.0. a sus proyectos educativos, especialmente las redes sociales


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
Año tras año, la formación a distancia se consolida como una de las metodologías más útiles para cursar todo tipo de estudios. El e-learning, en concreto, se ha convertido en una herramienta básica para empresas que persiguen la formación permanente de los trabajadores, para estudiantes que desean compaginar su titulación con el trabajo y para todas aquellas personas que creen que las TIC son fundamentales para la comunicación y el aprendizaje.

Internet evoluciona rápidamente ofreciendo a los navegantes nuevas aplicaciones, servicios, programas y también, nuevas teorías sobre el uso de las TIC. Frente a estos cambios vertiginosos, la formación, especialmente la que se realiza online, debe adaptarse y renovarse.

En otros monográficos ya hemos analizado en qué consiste el denominado Web 2.0. y cómo influye en las tendencias actuales del e-learning, por eso, en el monográfico 213 sobre formación a distancia hemos preguntado a los expertos sobre las redes sociales y su importancia como recurso didáctico.

¿Tiene sentido utilizar las redes sociales como recurso didáctico en la formación a distancia?


El éxito de un curso e-learning recae en la implicación de los profesionales que lo llevan a cabo, no tanto en la tecnología de último nivel: contenidos bien estructurados y el buen diseño pedagógico, buenos tutores que animan los foros, profesorado experto que tiene empatía y consigue que los alumnos se apasionen, sean proactivos y participen.

Al fin y al cabo, se trata de que los usuarios de la formación on-line mantengan el interés y terminen el curso. Hacer frente a la desmotivación es uno de los principales objetivos de los centros educativos, instituciones y empresas que promueven la educación a distancia. Para ello, además de los recursos humanos, la tecnología de e-learning debe ofrecer una implementación simple, costes unitarios bajos, comunicación entre profesor y alumno adecuada, diseño atractivo, aplicaciones de última generación, buena gestión y servicios de valor añadido, como la simulación, los juegos y la interactividad, que enriquecen el e-learning.

Para lograrlo, muchos centros especializados en formación online están incorporando las herramientas características del Web 2.0. a sus proyectos educativos. Una de estas herramientas son las denominadas redes sociales: estructuras sociales virtuales compuestas de personas, organizaciones o entidades, que se mantienen conectadas entre sí y establecen una serie de relaciones (de amistad, parentesco, laborales, por intereses comunes, etc.).

Algunas de las páginas más populares son Facebook, Twitter, Myspace, etc. aunque los centros educativos empiezan a crear sus propias aplicaciones para favorecer la interacción y el intercambio entre sus estudiantes, profesorado y personal.

Segú Paolo Lombardo, director de Documentación y Contenidos de EUDE, existen tres tipos de redes sociales: de propósito general (por ejemplo, Facebook), abiertas para compartir archivos (por ejemplo, Youtube), y temáticas o microcomunidades con un interés específico (por ejemplo, Google Groups). Éstas últimas son las que tienen mayor interés para los formadores, ya que permiten generar un espacio colaborativo entre comunidades de profesionales. Su uso como recurso docente se fundamenta en dos argumentos:

a) Los recursos que proporcionan permiten extender el proceso de comunicación indispensable para el éxito formativo, al facilitar un conjunto de intercambios que no se ve afectado por la distancia ni la temporalidad.

b) Permite cimentar el proceso de gestión del conocimiento, al facilitar los procesos de aprendizaje que moldean los criterios de aprovechamiento académico y profesional.

Así pues, parece innegable que las redes sociales han abierto, como mínimo, nuevas oportunidades de aprendizaje, sobre todo si tenemos en cuenta las teorías que destacan al alumno como centro del aprendizaje, participando activamente en el proceso e implicándose, en lugar de ser un mero receptor de la información.

Las posibilidades que ofrecen las redes sociales como modelo bidireccional de comunicación generan multitud de perspectivas, además, la progresiva democratización de los dispositivos móviles y su capacidad multimedia propician que los proveedores de e-learning adapten sus contenidos y servicios a estos formatos, facilitando el acceso del alumnado desde cualquier lugar.

Pero es importante tener los pies en la tierra. Tal y como muestra Hernán Alfredo Díaz, director de Comunicación de la Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS) en su artículo, es cierto que estas tecnologías ofrecen posibilidades muy amplias, pero no parece que la introducción de estas nuevas tecnologías en el proceso educativo consiga por sí sola transformar una forma de enseñar y aprender muy arraigada.

En conclusión, el cambio en la tecnología y en la forma de utilizarla ha representado también un cambio en las metodologías y en las plataformas que imparten formación a través de Internet. Parece evidente el papel clave de las redes sociales y los aplicativos de última generación en el diseño de cursos de e-learning, pero todavía estamos al inicio del camino. Eso sí, los expertos coinciden en afirmar que la  formación a distancia no debe dejar de lado unas formas de comunicación que repercuten de manera tan evidente en la vida privada del alumnado y que pueden convertirse en una estrategia útil y manejable para facilitar el aprendizaje. De hecho, los centros ya actúan en consecuencia y se mantienen al día de todas las novedades para incorporarlas. Por eso, si queremos conocer el futuro del e-learning debemos estar atentos a la expansión de las redes sociales y a la aparición de nuevas tecnologías.





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