El mercado de trabajo es dinámico y un poco de memoria y de apertura de miras nos iría bien.Un ejemplo de la radicalidad de los cambios lo podemos concretar en la tasa de paro juvenil en España. Ésta sufre unas oscilaciones impresionantes entre 1990 y el año 2010, aunque siempre por encima de la media europea, como muestra éste gráfico de Kiko Llaneras.
Como vemos, en 1993 España tenía un ratio de parados similar al actual y parecido al triste 2010. En cambio, en el año 2005, el desempleo juvenil español se acercó a la media de la zona euro.
Este problema no sólo afecta gravemente a las posibilidades de emancipación juvenil y a su estado vital, sino que repercute directamente en el déficit público y la capacidad que pueda presentar internacionalmente el Estado y su Gobierno para solucionar e problema.
Por otro lado, y a pesar de la contundencia negativa de los datos del desempleo juvenil, hay otro indicador laboral que no podemos olvidar. Según las estimaciones del CEDEFOP, en la Europa de los 27 se prevé la creación de 105 millones de puestos de trabajo hasta el año 2020, básicamente, por reemplazo generacional (85 millones), pero también por la creación de nuevas ocupaciones y por nuevos yacimientos laborales (20 millones).
El envejecimiento de la población activa en España y Europa generará pues, a medio plazo -10 años- un volumen de empleos que se estima difícil de cubrir, si no es con un alargamiento de la edad de jubilación, una anticipación del primer empleo o una nueva ola de inmigración con formación o sin ella.
Todos los sectores necesitarán nuevas incorporaciones, pero las ocupaciones de nivel medio y alto, lo harán de un modo más intensivo. Las tareas de alta y especialmente de media cualificación serán más demandadas, lo que conlleva, en algunos casos, un potencial exceso de graduados universitarios de determinadas disciplinas.
La conclusión de mi editorial es clara. Hoy tenemos un verdadero problema con el paro. En 10 años tendremos otro problema, con el desajuste entre la población activa que se reducirá por la jubilación de la generación nacida en los años 50 y 60 y la falta de profesionales de las siguientes cohortes.
¿Cuales serán los estudios más demandados por el mercado laboral a medio plazo? La mayoría de los que tengan un componente profesionalizador. Y sobre todo los que tengan que ver con los servicios a las empresas, incluyendo los tecnológicos y la información, los servicios no orientados al mercado –educación, salud, servicios sociales- y la logística y la distribución.
Sin olvidar las nuevas profesiones y las nuevas ocupaciones que van apareciendo como setas y que de un modo u otro se van a consolidar en campos tan diversos como las redes sociales, la mediación con la inmigración, las nuevas fuentes de energía o la seguridad electrónica.
Enric Renau
Editor
