En España el número de ocupados se sitúa hoy en 18.645.900 personas, 224.200 menos que en el tercer trimestre del año 2009. En los últimos 12 meses el número de ocupados ha bajado en 1.210.800. Triste record europeo.El número de ocupados crece en los grupos de edad de 50 y más años (39.800 más) y baja en el resto, especialmente entre los más jóvenes, con descensos de 65.600 ocupados en el grupo 16-19 años, de 69.600 en el de 20-24 años y de 50.900 en el grupo 25-29 años.
El número de parados aumenta en 203.200 personas, el último trimestre de 2009, hasta llegar a un total de 4.326.500 personas. El número total de parados se sitúa en 4.326.500, con un aumento de 1.118.600 en los últimos 12 meses. La tasa de paro se sitúa en el 18,83% de la población activa. Otro hito estadístico de España en la Unión Europea.
Por otro lado, en 2009 habrán nacido más de 500.000 niños, una cifra que no se conocía desde hace 25 años gracias a los hijos del baby-boom y de la inmigración. Pero las estimaciones indican que este año es el que tenía más mujeres en edad fecunda y que a partir de ahora irá reduciéndose el número, porque las siguientes generaciones de mujeres en plena fecundidad serán menos numerosas. A partir de 2010 los nacimientos irán descendiendo año tras año. Y la mortalidad seguirá su crecimiento moderado.
En los últimos años, la llegada de inmigrantes ha empujado el crecimiento de la población española. Ellos han sido los responsables casi absolutos de los últimos millones sumados al censo. Pero según la proyección del Instituto Nacional de Estadística, con la crisis, para los próximos 10 años la población inmigrante registrada se reducirá en 600.000 personas cada año.
Todo la anterior provoca una preocupante tasa de dependencia cada vez superior. Cada vez más personas menores de 16 años y mayores de 64 deberán ser sostenidas por una menor población activa, un 20% de la cual, además, ahora está en el paro.
La franja demográfica que experimentará un mayor crecimiento (19%) es la de mayores de 64 años. Serán 1,4 millones de personas más en los próximos 10 años.
Por otro lado, aunque España tiene una de las edades de jubilación efectiva de las más altas de Europa, con una media de 63,5 años, también registra una esperanza de vida de las más altas.
Si miramos las cosas a medio y largo plazo, parece lógico pues, que ya que la esperanza de vida ha aumentado, la vida laboral también crezca.
Parece aún más relevante que se controle y se legisle en contra de las prejubilaciones no deseadas. Creo que el retraso voluntario de la edad de retiro puede ser muy provechoso para las personas que se sientan con ganas de seguir ocupadas si su tipo de actividad lo permite y hasta lo aconseja. Pero también debe estudiarse por qué el sistema laboral español es tan rígido que no facilita la reducción de jornada entre los profesionales de más edad que, seguramente, pueden aportar mucho a sus empresas, pero que ya no están suficientemente motivados para hacerlo en una jornada laboral completa.
Enric Renau
editor
