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¿Están preparados los profesionales de la educación para asumir la implantación del Plan Escuela 2.0.?

Artículo de opinión

La simple presencia de la tecnología no garantiza un adecuado aprovechamiento de la misma


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
Uno de los proyectos educativos, impulsados en este pasado 2009, que más revuelo y expectativas ha generado es el llamado Plan Escuela 2.0. Aprobado en Consejo de Ministros el 4 de septiembre de 2009, el Plan se pondrá en marcha durante el curso 2009/2010 y, según el palabras del Ministerio de Educación, esta medida tiene como finalidad adaptar al siglo XXI los procesos de enseñanza y aprendizaje, dotando al alumnado de conocimientos y herramientas claves para su desarrollo personal y profesional, fomentando además el capital humano y la cohesión social, y eliminando las barreras de la brecha digital.

Para lograrlo, se prevé dotar a las aulas de entre quinto de primaria y segundo de la E.S.O con pizarras digitales y conexión a Internet y cada alumno dispondrá de un ordenador personal, que usará como herramienta de trabajo en clase y en casa.

Nadie duda hoy en día de la importancia de las TIC en todos los ámbitos de la sociedad, entre ellos el escolar. Fomentar el uso de las TIC en el aula se constituye como una necesidad de adaptar el sistema educativo a una sociedad cambiante y a unas necesidades específicas. Pero, ¿cuál es la mejor forma para hacerlo? ¿Estamos los profesionales de la educación preparados para asumir un plan tan ambicioso como Escuela 2.0.? ¿Qué ventajas y desventajas supondrá su aplicación?

En el monográfico 202 sobre TIC y Educación hemos preguntado a los expertos su opinión sobre todas estas cuestiones y han reflexionado sobre las ventajas y desventajas de la aplicación del Plan 2.0.

Las TIC en el aula y el Plan Escuela 2.0.

La mera presencia ordenadores portátiles, pizarras digitales e Internet en clase no garantiza un adecuado aprovechamiento de la tecnología, pese a que sus posibilidades sean infinitas. Los expertos coinciden en reconocer que las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje y especialmente, sobre la mejora del rendimiento escolar. Tal y como nos muestra Maria del Carmen Rodríguez Zafra, en su artículo, para que se produzcan las mejoras deben tenerse en cuenta una serie de condiciones y/o circunstancias previas:
  • Formación de los docentes
  • Diseño de materiales
  • Planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje
  • Actitud e implicación favorable de la comunidad educativa
  • Asunción de los nuevos roles docentes y del alumnado
De hecho, Pere Marqués explica en su entrevista, no hay ningún estudio generalizable (excepto experiencias concretas realizadas en entornos muy limitados) que demuestre que existen mejoras en el rendimiento académico si se utilizan las TIC en el aula.

Aún así, los expertos señalan que está comprobado que las TIC favorecen que el alumnado esté más motivado, participe más y entienda más la información. Y no sólo eso, el uso de las TIC no se limita a las competencias tecnológicas: el alumnado debe interiorizar unos criterios para manejar el volumen de información que existe en Internet y el profesorado debe ser consciente de la importancia de las TIC como elemento fundamental en la sociedad del siglo XXI.

Por eso, aunque algunos de los autores consultados coinciden en afirmar que antes deberían solucionarse otros aspectos educativos (recursos materiales y humanos, por ejemplo) la llegada del Plan Escuela 2.0. puede generar cambios y favorecer la creación de metodologías innovadoras que permitan un mayor rendimiento académico.

La importancia del rol del docente en la aplicación de las TIC en el aula

La progresiva introducción de las TIC en el contexto educativo supone una redefinición de las funciones docentes y del proceso de enseñanza aprendizaje. Y no sólo eso, también afecta a la organización del centro y sus recursos, la dinámica del aula, la comunicación con la comunidad educativa y la relación con las familias, el rol del alumnado en clase, la innovación en las metodologías didácticas, etc.

Ante esta situación, el profesorado ha de ser capaz de manejar de forma adecuada y pedagógica las TIC y combinar las metodologías tradicionales con formas innovadoras de enseñanza. Además debe asumir que no es un simple transmisor, sino que actúa como conductor del conocimiento, gestionando todos los recursos a su alcance y la forma de administrarlos.

Precisamente, una de las prioridades en la actualidad es resolver de qué forma se aplican las nuevas tecnologías en el aula y cómo se dirige la formación del profesorado para que resulte eficaz en este sentido. Los expertos consultados coinciden en afirmar que la formación del profesorado es fundamental para el desarrollo del Plan Escuela 2.0.

Desde el Ministerio de Educación ya se contempla esta necesidad y se prevén acciones para lograr una mejora en las competencias digitales del profesorado. Pero, tal y como afirma Pere Marqués, la formación debe ser más actitudinal que tecnológica, es decir, el profesorado debe ser consciente que la aplicación de las TIC implica un cambio en la metodología didáctica.

Según Pere Marqués, el principal cambio que introduce el Plan Escuela 2.0. es una modificación del paradigma pedagógico. Las nuevas tecnologías implican un cambio en la forma de impartir clase; ya no sirve un profesor que se centra en una metodología magistral y un alumno receptor que se limita a memorizar; las TIC suponen la llegada del trabajo colaborativo en el aula, la participación activa del alumnado y un nuevo rol para el profesorado.

Por eso, la formación de los docentes no debe ser una mera instrucción basada en programas informáticos, aplicaciones, herramientas y contenidos web. Para Pere Marqués, la formación debe centrar sus esfuerzos en mostrar al profesorado que existen nuevas metodologías, favorecer que se interesen por el cambio y ofrecer modelos sencillos que permitan que cualquier profesor vea que las TIC son asequibles, fáciles y quitan trabajo.

Así pues, respondiendo al título de este artículo, parece ser que todavía existe un largo camino por recorrer, especialmente en cuanto a la formación de los docentes y sobre todo, si nos planteamos un cambio en el paradigma pedagógico. Aún así, gran parte de los profesionales de la educación reciben el Plan Escuela 2.0. con optimismo, a la espera que favorezca los cambios necesarios para mejorar la educación actual y contribuya a la reducción del fracaso escolar.
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