El Departament d'Educació de la Generalitat de Catalunya ha propuesto iniciar el curso escolar 2010/2011 el 7 de septiembre, una semana antes de lo previsto, e interrumpir las clases durante una semana a finales de febrero. La nueva orden ha sido trasladada al Consell Escolar de Catalunya, antes de ser aprobada definitivamente.Otra de las novedades del nuevo calendario escolar es que se suprime la jornada intensiva durante las dos últimas semanas de curso y también en las fechas que algunos colegios programaban voluntariamente (como por ejemplo, el último día de clase antes de Navidad). Además, el 7 de enero (el día siguiente a la festividad de Reyes) dejará de ser festivo.
Los docentes tendrán que permanecer en el centro educativo hasta el 7 de julio, una semana más que ahora, con la finalidad de recuperar la semana festiva de febrero. El Departament prevé que esta semana pueda servir para organizar el próximo curso.
La semana de vacaciones en febrero es una de las reformas que ha provocado más polémica. El Departament establece que coincida con los carnavales, es decir, en 2011 se realizará entre el 28 de febrero y el 3 de marzo o bien, entre el 7 y el 11 de marzo; mientras que en 2012 se calcula que se celebrará entre el 13 y el 17 de febrero o bien, entre el 20 y 24 de febrero. El director de cada uno de los nueve servicios territoriales será el encargado de de decidir las fechas.
De momento, no hay consenso en cuanto a quién se ocupará del alumnado durante esta semana de vacaciones. Fuentes de Educació han precisado a los medios de comunicación que dejarán en manos de los ayuntamientos y las asociaciones de padres de alumnos la organización de actividades extraescolares, aunque la Generalitat ofrecerá apoyo económico.
Ante esta situación, los sindicatos de docentes USTEC-STEs, CCOO, ASPEPC-SPS y FETE-UGT han exigido a la Generalitat que retire su propuesta de reforma del calendario escolar y han convocado a maestros y padres de alumnos a participar el próximo 11 de diciembre en concentraciones de protesta.
Los sindicatos consideran que estas medidas y especialmente la semana festiva en febrero, "empeoran las condiciones de trabajo del profesorado", además de dificultar su cumplimiento en muchas escuelas.
La indignación sindical ante la propuesta de reforma del calendario escolar se ha traducido en una amenaza de convocar una nueva huelga en los centros educativos si el departamento que dirige Ernest Maragall "no modifica la actual política educativa" y no retira esta propuesta.
