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El e-Learning como vía de conciliación de la vida laboral y personal

Artículo de opinión


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Rosa Cabedo Gallén. Doctoranda del Departamento de Lingüística Aplicada a la Ciencia y la Tecnología de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid
El mayor uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) está cambiando la forma en que las personas perciben y se enfrentan a la tecnología. Las organizaciones deben adaptarse a éste nuevo entorno en el menor tiempo posible, lo que trae consigo una nueva forma de organizar el trabajo. El conocimiento se ha convertido en uno de los elementos más valiosos en la toma de decisiones y el capital intelectual se encuentra compuesto por diversos activos intangibles, entre ellos la formación.

La introducción de las TIC en la educación supone un cambio del concepto del espacio-clase. La ubicación física donde se desarrolla el proceso de aprendizaje de los alumnos en la sociedad industrial deja paso a un espacio mental en el que se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje formado por los diferentes espacios físicos del ordenador del tutor y de los alumnos.

Las TIC son un apoyo imprescindible a los requerimientos del mercado laboral que facilitan el aprendizaje a lo largo de la vida (lifelong learning) por parte tanto de profesionales como de la población adulta en general. Las organizaciones deben comprender que lo realmente importante es investigar la forma en que se deben explorar las capacidades de aprendizaje y autoformación de los trabajadores, para de esta manera lograr ser flexibles ante un mundo inmerso en permanentes cambios.

El sector de la formación para adultos, el aprendizaje para toda la vida ya mencionado y el aprendizaje que abarca a todos los aspectos de la vida (lifewide) pueden verse beneficiados por el apoyo y aplicación del e-Learning. El acceso a la información y el conocimiento son piezas claves en el desarrollo de la competitividad y la formación es la llave para afrontar los retos que van a aparecer en el camino de su consecución. La aplicación de las TIC en el ámbito empresarial ha revolucionado su modelo productivo y lo hace más eficiente, y en los hogares está suponiendo también una auténtica revolución en la forma de empleo del tiempo de ocio o en las relaciones sociales.

Si analizamos la modalidad formativa del e-Learning desde el punto de vista de la conciliación de la vida personal y laboral, determinados aspectos deben ser considerados como específicos frente a la formación presencial. Por citar alguno de ellos, hacemos mención a la autonomía y la autogestión del tiempo y/o espacio a lo largo del proceso de aprendizaje. El aprendizaje autónomo es una de las competencias que se requieren y desarrollan con la práctica del e-Learning y que exige por parte del alumno altas dosis de disciplina y dedicación.

El alumno se encuentra condicionado por circunstancias profesionales, personales y familiares que influyen directamente sobre su comportamiento, llegando incluso a poner en peligro el éxito de una acción formativa e-Learning clasificada de excelente a priori. Por lo tanto, las estrategias de aprendizaje deben considerar estas particularidades para poder reaccionar en función de las necesidades de los alumnos.

Factores psicológicos como la sensación de aislamiento pueden provocar un descenso de la motivación en el alumno. Así mismo, costes económicos de la acción formativa (en caso de no ser asumida por la organización), irrupción de la vida familiar y/o los problemas tecnológicos son algunos de los desencadenantes de los abandonos en el e-Learning.

La enumeración y la combinación idónea de ciertos factores de éxito y de fracaso para un contexto e-Learning orientado a profesionales que persiguen la conciliación entre su vida laboral y personal puede servir de punto de inicio para las organizaciones a la hora de afrontar un proyecto e-Learning.

El e-Learning es una modalidad educativa flexible, una alternativa válida a la enseñanza presencial para aquellos alumnos que disponen de poco tiempo. La realización de un curso en cualquier momento (anytime) y en cualquier lugar (anywhere) se considera una de las ventajas más importantes del e-Learning. Sin embargo, la interacción por medios síncronos trae consigo la obligatoriedad de comunicación en un periodo de tiempo determinado fijado para ello, y la combinación con métodos presenciales (b-Learning) fija un lugar determinado y un horario predefinido.

Una de las posibilidades de la modalidad de aprendizaje e-Learning es el fomento de un ambiente de colaboración. Esta es una manera de desarrollar en los alumnos una serie de competencias sociales, de comunicación, de pensamiento crítico, de liderazgo, de negociación, e interpersonales. Sin embargo, también se pueden desarrollar, de forma paralela, actitudes de rechazo a la propia instrucción debido a una sobrecarga de obligaciones y a una sensación de pérdida de flexibilidad, considerada esta como una de las principales características y factores de éxito del e-Learning.

La autonomía de gestionar el espacio físico y/o el tiempo dedicado al estudio son dos aspectos muy valorados por los profesionales. Las ausencias del trabajo por cuestiones de formación suponen un coste para las organizaciones, y no todas disponen de personal que pueda cubrir estas ausencias temporales. Por esta razón, la flexibilidad en cuanto a horarios y del lugar puede decirse que es un factor importante para muchas organizaciones. En un entorno empresarial en el que las cuentas de resultados tienen mucho que decir se debe tomar en consideración un Return of Investment (ROI) seguro. Desaparecen de las organizaciones los costes originados por los desplazamientos de sus empleados, las dietas, la propia formación, etc. Sin embargo, si el número de alumnos es pequeño no tiene por qué ser más económico que la enseñanza presencial.

La consideración de una pedagogía no adecuada puede dar al traste con un proyecto e-Learning. Los elementos multimedia, como herramientas didácticas que son, sirven de apoyo a lo largo del desarrollo del proceso de aprendizaje, y deben ser integrados de manera que faciliten los objetivos didácticos de la acción formativa. La metodología de evaluación se le debe plantear al alumno inicialmente de manera clara y concreta: cuándo y cómo va a realizarse. La ausencia de cualquiera de estos elementos puede generar en el alumno sentimientos de aislamiento y de pérdida de tiempo ante el incumplimiento de sus expectativas iniciales, que se traduce en una pérdida de motivación y posibilidad de abandono de la acción formativa.

Al pensar en factores de éxito, inmediatamente nos viene a la mente una buena gestión tutelar con la misión de prevenir la sensación de aislamiento y mantener la motivación del alumno. Determinados alumnos acusan la ausencia de comunicación corporal existente en la educación presencial y que debido a la separación espacial y temporal no es posible con el e-Learning. Lograr un ambiente que propicie la interacción entre el docente y el alumno requiere de un trabajo intenso en tiempo y en dedicación a través de una comunicación tanto en tiempo real (síncrona) como independiente del tiempo (asíncrona).

Una gestión integral de soporte al alumno, no tan sólo relativa a aspectos técnicos, sino también a cuestiones didácticas y administrativas tiene como resultado que el alumno se sienta respaldado tanto a nivel formativo como institucional. No recibir una retroalimentación adecuada o simplemente no recibirla es otra de las causas de abandono. La ausencia de soporte y de servicios, así como la ausencia de habilidades técnicas que puede hacer que el alumno se autoexcluya y se generen en él sentimientos de rechazo.

El índice de abandono mínimo es un factor inicialmente de éxito. Sin embargo, lo recomendable para realizar una mejora continua sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje es investigar sobre las razones de los abandonos.

A modo de resumen, podemos afirmar que todos los factores citados anteriormente pretenden ayudar y acompañar al alumno a lo largo de la creación de su proceso de aprendizaje, y así mismo deben considerarse los factores psicológicos que rodean a dicho proceso. Queda mucho trabajo por realizar para conocer los factores de riesgo y dedicarles esfuerzos y recursos para superarlos, lo cual supone un punto crítico para el futuro del e-Learning.

Como conclusión, decir que las organizaciones deben profundizar en nuevas vías que permitan la conciliación de la vida laboral y personal, y el e-Learning convenientemente gestionado puede convertirse en una solución en cuanto a la formación. La construcción de un proyecto formativo e-Learning se debe apoyar sobre características tales como la flexibilidad, tan necesaria a la hora de complementar la formación con las obligaciones profesionales y familiares, y una acción tutorial que acompañe al alumno a lo largo de todo el proceso formativo. Por otra parte, comprender el contexto tanto profesional como personal del alumno es una actitud proactiva por parte de las organizaciones cara a afrontar los potenciales factores de fracaso de un proyecto e-Learning, tales como la sensación de aislamiento o la ausencia de motivación y que en la mayoría de las ocasiones desemboca, como ya hemos apuntado, en un abandono de la acción formativa.
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