La primera es clara: un 11% de las PIME podrían estar perdiendo negocio a causa de barreras de comunicación. Las empresas europeas pierden pues un volumen significativo de negocio por la falta de profesionales con competencias lingüísticas.
El estudio, realizado entre 2000 empresas exportadoras de 29 estados europeos encontró cuatro elementos de la gestión lingüística que están relacionados con unos resultados de exportación satisfactorios: tener una estrategia lingüística, contratar hablantes nativos, contratar personal con competencias lingüísticas y utilizar traductores e intérpretes. Podrían producirse beneficios muy significativos en el conjunto de la economía de la UE si todas las PIME exportadores pusiesen en práctica estas técnicas.
La segunda conclusión también es potente. El inglés es una lengua clave para obtener acceso a los mercados de exportación. Sin embargo, resultados de la encuesta sugieren que la situación es mucho más compleja a la hora de triunfar en cada país. El inglés es la lengua mundial, pero el ruso es ampliamente utilizado en la Europa del Este como a lengua franca (juntamente con el alemán y el polaco). El francés se utiliza para comercializar en muchas zonas de África y el español en Latinoamérica. Esto, por lo que se refiere a las lenguas europeas. Aparte, dentro de cada país es bueno comprender la lengua propia para comercializar los productos o servicios para a llegar a los clientes finales y para reforzar las relaciones empresariales a más largo plazo. Ya sea con los chinos o indios, ya sea con los catalanes o finlandeses.
Enric Renau Editor
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