Según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada en julio de 2009, 808.500 jóvenes entre 16 y 24 años están sin trabajo. ¿Por qué cree que los jóvenes tienen tantas dificultades para encontrar trabajo?En situaciones de grave crisis económica como la actual las empresas frenan sus procesos de contratación, e incluso, se ven obligadas a reducir sus plantillas para afrontar las dificultades. Ello perjudica a los jóvenes de dos formas. Por un lado, les dificulta acceder a los escasos empleos que se crean, y por otro, son los primeros que se quedan sin empleo por el tipo de contrato que suelen tener. Además, los jóvenes tienen las dificultades tradicionales derivadas del ajuste de sus cualificaciones a las necesidades del tejido productivo, ya que las tecnologías y los medios de producción evolucionan generalmente más rápido que el sistema educativo y formativo.
¿Qué competencias deberían potenciar los jóvenes para favorecer su empleabilidad?
Hay una que es fundamental: aprender a aprender, estar en constante relación con las nuevas técnicas, conocimientos, habilidades y procedimientos asociados a las nuevas tecnologías y a un entorno en continuo cambio. La duración de los conocimientos adquiridos es actualmente muy corta. Es necesario despertar en los jóvenes la ambición por saber más, conocer más, en todo tipo de trabajos y profesiones. También hay que fomentar el conocimiento de idiomas, la movilidad internacional, la capacidad para adaptarse a entornos de dificultad creciente, resolver problemas con imaginación, en suma, aportar esa capacidad para hacer cosas nuevas, la innovación, que tienen los más jóvenes.
¿Qué importancia tiene la orientación académica y profesional en el desarrollo y adquisición de estas competencias?
Es fundamental. Hay que revisar en profundidad todos los procesos que existen actualmente en materia de orientación profesional y educativa, avanzando hacia su integración y coordinación. La orientación debe ser integrada. No se puede diferenciar entre estrategias educativas y profesionales, ya que ambas convergen en un enfoque de aprendizaje a lo largo de la vida como el que establece la Unión Europea. Los orientadores laborales tienen que aprender las técnicas y métodos que utilizan los educativos y académicos. A su vez, éstos deben conocer las demandas del tejido productivo, las necesidades de las empresas y las tecnologías y estar en contacto permanente con el mundo real del trabajo.
¿Qué acciones están llevando a cabo desde la FSVE para incrementar las posibilidades de inserción laboral de los jóvenes sin experiencia laboral?
La FSVE está apostando por la selección técnica como método principal de trabajo en sus procedimientos de gestión de las ofertas de empleo que nos trasladan las empresas. Entendemos que este procedimiento, en la medida que identifica con detalle las competencias requeridas para los puestos y las cualificaciones que ofertan los trabajadores, es el más adecuado para facilitar el acceso de los jóvenes al mundo laboral. También estamos reforzando los sistemas de orientación ya que somos conscientes de lo mucho que hay que hacer en este campo. Hemos firmado convenios con la Asociación de Jóvenes Empresarios para ayudarles a mejorar en los procesos de selección del personal de sus empresas y mantenemos continuamente bases de datos informativas sobre ofertas de empleo accesibles a los más jóvenes.
¿Han detectado nuevas necesidades de orientación y formación generadas por la situación económica actual?
En efecto. En este momento, una vez aprobado el Real Decreto 1224/2009 de 17 de julio de reconocimiento de las competencias profesionales adquiridas por la experiencia laboral en desarrollo de la Ley 5/2002 de las Cualificaciones y la Formación Profesional, hay que prestar mucha atención a la demanda social que se va a producir en relación con este dispositivo fundamental del sistema nacional de cualificaciones. También tenemos que informar y orientar a empresas y trabajadores sobre el nuevo Marco Europeo de Cualificaciones que entrará en vigor el próximo año y el siguiente y que permitirá un referente único para títulos y certificaciones a nivel europeo. Estas dos actuaciones, con independencia de la situación económica actual, son fundamentales para el futuro de los trabajadores españoles.
