El verano termina cuando los hijos e hijas de muchas familias reemprenden sus estudios. Ya no quedan excusas para los adultos que pretenden alargar el período transitorio ni para los estudiantes.Los deberes de estío finalizados. Los nuevos libros bien forrados para que aguanten todo el curso. Ropa de deporte nueva porque han crecido respecto al año pasado.
Es una tradición a la que estamos acostumbrados y que también implica, para los adultos, los primeros atascos de tránsito, la reorganización de los horarios y la conciliación de la vida laboral y la familiar.
En las primeras sesiones informativas los progenitores nuevos observan y escuchan atentamente para no perderse el mínimo detalle. Las madres y los padres más experimentados participan de la reunión con la sensación de formar parte de una comunidad que lleva años compartiendo la satisfacción de ver crecer a sus hijos ya (pre)adolescentes.
Este año, el principal tema de debate han sido las medidas para prevenir la gripe A. Me parece positiva la actitud de no exagerar el problema potencial y no cerrar las aulas si existen más de tres casos por clase. Parece más relevante la sensibilización hacia la higiene y la prevención que no la actitud radical hacia una posible pandemia que no provocará, ni por asomo, más muertes en el mundo que la gripe normal o la tuberculosis.
También podemos esperar que este curso que empieza sea el de la entrada de la digitalización en los colegios e institutos a partir del programa Escuela 2.0, que abraza los proyectos ya realizados en algunas comunidades autónomas. De momento parece que este Programa es más de inversión tecnológica y de formación que no de adaptación de los contenidos de toda la vida a la lógica de Internet, lo que complicará el uso real en las aulas. Pero la apuesta parece importante.
Finalmente la sorpresa: una cierta estabilidad. No hay grandes cambios legislativos que provoquen el volver a empezar desconcertado de cada año. Parece que se ha calmado el ambiente y que si se mantienen los esfuerzos, iremos incorporando a muchos exalumnos que habían desertado de las aulas en época de vacas gordas y atrapando a nuestros vecinos en porcentaje de alumnos y de población que consigue obtener estudios secundarios postobligatorios (CFGS o universitarios).
Enric Renau
Editor
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