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Masters, postgrados y empleabilidad

Artículo de opinión

En el nuevo escenario que plantea la reforma de Bolonia, los masters, que se incorporarán a la formación oficial, no serán tanto un valor añadido al curriculum como un elemento indispensable u obligatorio para acceder a determinados desempeños profesionales


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Olga Lasaga Mollet. Observatorio Laboral Universitat Abat Oliva (UAO)
Uno de los retos que plantea la reforma universitaria promovida por el proceso de Bolonia, es mejorar la empleabilidad y fomentar la formación a lo largo de la vida profesional. En esta nueva realidad académica, los estudios de master se integran en la formación oficial del alumnado. Ello obliga a replantear el concepto de los estudios de postgrado y su eficacia como herramienta de empleabilidad. En un principio los masters tenían una función de especialización y se dirigían a colectivos de profesionales en activo que buscaban una preparación específica. En los últimos años el número de masters se fue multiplicando y orientando a recién licenciados sin experiencia laboral. Ello provocó una transformación de su contenido y eficacia profesionalizadora, para convertirse en una prolongación, muchas veces innecesaria, de la vida estudiantil.

En el estudio Competencias e inserción laboral (2009) del Observatorio Laboral de la UAO se ha abordado, entre otros temas, la importancia conferida por las empresas a los estudios de master en los procesos de selección. En él mismo se pone de relieve que, tanto en las grandes como pequeñas y medianas empresas, no se valora excesivamente esta formación complementaria. Más de la mitad de las ofertas publicadas en la Bolsa de Trabajo de la Universitat, entre los años 2005 a 2008, no requerían estudios adicionales. Este dato coincide con estudios realizados por la Agencia Nacional de Calidad (ANECA) sobre los aspectos clave en el proceso de selección de titulados universitarios. En los mismos se concluye que la posesión de estudios de postgrado, master o doctorado aparece como uno de los elementos menos determinantes.

En los estudios cualitativos realizados por el Observatorio Laboral de la UAO con empleadores, se detecta que confieren un mayor valor a las competencias personales y sociales que puedan demostrar en el proceso de selección que a los estudios complementarios. Estas competencias se evidencian cuando el recién egresado es capaz de acreditar estancias en el extranjero, prácticas en empresas, actividades de voluntariado o, en suma, cualquier tipo de actividad que, no siendo estrictamente académica, denote una madurez personal.

En el nuevo escenario que plantea la reforma de Bolonia, los masters, que se incorporarán a la formación oficial, no serán tanto un valor añadido al curriculum como un elemento indispensable u obligatorio para acceder a determinados desempeños profesionales. Ello comportará que la orientación conferida a los nuevos masters se aleje del sentido original que tenían, en cuanto qué cursos de especialización. Esta peculiaridad promoverá que los profesionales deban adquirir a lo largo su trayectoria la formación necesaria para construir y consolidar el itinerario profesional.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, las universidades han de diseñar programas de master con un cierto grado de especialización profesional pero garantizando también el desarrollo de las competencias personales y sociales requeridas en el ámbito laboral. Estos masters no agotarán la formación especializada requerida sino que deberán complementarse con otros cursos de posgrado de menor duración pero más vinculados a las necesidades concretas de los distintos puestos de trabajo que se desempeñan a lo largo de una carrera profesional.
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