A través de los boletines y monográficos de Educaweb.com hemos hecho hincapié, en muchas ocasiones, en la necesidad del reciclaje profesional, la formación continua y la orientación académica y profesional durante todas las etapas de la vida. La actual situación del mercado laboral impulsa a muchos estudiantes a capacitarse después de cursar la carrera. La oferta de másters, MBA, postgrados, cursos de especialización, etc. es muy variada y sigue desde líneas de especialización general hasta propuestas dirigidas a cubrir puestos de trabajo concretos.
En cuanto a los trabajadores en activo y las empresas, la mayoría son conscientes que a día de hoy resulta casi imprescindible la formación continua a lo largo de la vida, para adaptarse a las nuevas demandas que presenta el mercado laboral.
La formación continua de los trabajadores: una oportunidad de mejora
La formación continua se ha convertido en un elemento indispensable para todas aquellas personas que quieren mejorar sus perspectivas laborales o en el caso de los desempleados, es una estrategia para recuperar el empleo actualizando los conocimientos o introduciéndose en otro ámbito laboral con más ofertas de trabajo.
Además, los líderes que forman parte de la Unión Europea destacan la formación continua como uno de los ejes prioritarios para frenar el desempleo. En concreto, en una reunión celebrada en marzo de 2009 señalaron como prioritario fomentar el reciclaje formativo de los trabajadores dentro de las empresas, que permitirá que los empleados adquieran nuevas competencias y habilidades que les hagan más valiosos para sus compañías y que incrementen sus posibilidades de lograr otros trabajos en caso de ser despedidos.
En este sentido, los empleadores ya tienen en cuenta la predisposición a cursar formación continua como una competencia valorable. Según Josep Martorell, de la School of Professional & Executive Development de la Universitat Politècnica de Catalunya, actualmente, un currículum excelente o unos estudios de alto nivel no aseguran una ocupación casi de por vida, las empresas buscan profesionales completos e integrales, que asuman la formación continua a lo largo de su trayectoria como un hecho indispensable y beneficioso para su carrera profesional. Reciclando los conocimientos técnicos necesarios y las competencias genéricas y específicas, el profesional será más eficaz en el desempeño de un puesto de trabajo.
Elisabet Juárez y Marisa Repiso de Eurolog Idiomas, coinciden con esta teoría afirmando que en el contexto actual se requieren personas competentes que no pierdan la capacidad de aprendizaje; con la lucidez necesaria para dar respuesta en la mejora de las tareas y que sean capaces de enfrentarse a nuevos desafíos.
Las autoras del artículo defienden que la motivación, la adaptabilidad y la productividad en la empresa se encuentran interrelacionados. Por eso, ofrecer formación continua es uno de los factores que contribuyen a motivar a los trabajadores, favoreciendo su capacidad de aprendizaje, estimulando la creatividad y valorando su progresión profesional.
Así pues, parece innegable la importancia de la formación continua, cuya tendencia para los próximos años pasa por la adecuación a los cambios socioeconómicos, dando respuesta rápida a las necesidades del mercado laboral y contribuyendo a la profesionalización.
¿Qué implicación tienen las empresas en la formación continua de sus empleados?
A pesar que diversos estudios demuestran que la competitividad de las empresas viene determinada, en gran parte, por la formación continua recibida por sus empleados, las organizaciones se ven obligadas a ajustar los presupuestos para adaptarlos a las necesidades económicas actuales.
Según un informe de La Caixa sobre la recesión y el mercado de trabajo en la Unión Europea, en España sólo el 14% de los trabajadores de entre 55 y 64 años recibió algún tipo de formación a lo largo de su vida laboral durante 2007. Cifra reducida si se compara con la de otros países, como por ejemplo Suecia, dónde el 62% de los trabajadores cursaron formación.
Aún así, en 2008, la inversión en formación continua se incrementó un 2,86% respecto al año anterior, tal y como muestra el estudio "El estado del arte de la formación? realizado anualmente por Élogos en colaboración con IESE-CELA. Aunque la inversión por trabajador ha pasado de los 353? a los 370?, por primera vez desciende el número de horas de formación por cada trabajador (de 34 a 32 en las grandes empresas).
Así pues, parece ser que todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a la implicación de las empresas en la formación de sus trabajadores. Según palabras de Enric Renau, la formación continua está financiada, mayoritariamente por las personas particulares. Pocas son las empresas que se implican económicamente, aunque más son las que facilitan la organización del tiempo a sus empleados para poder combinar trabajo y formación.
Queda claro pues, que las empresas deben participar, continuamente, en el proceso de mejora de sus trabajadores con medidas como la formación continua, la innovación, ofreciendo prestaciones y fomentando la vinculación con los proyectos. El reciclaje formativo es fundamental para actualizar los conocimientos, ya que hoy en día evolucionan de forma más rápida y es necesaria una actualización constante.
Por su parte, el trabajador debe tener en cuenta su responsabilidad y mantenerse activo en el proceso de aprendizaje. La formación continua es una actividad en la que se deben involucrar todos los estamentos de la empresa, de esta forma se logrará mejorar la empleabilidad y competencias del trabajador y se conseguirá mejorar los niveles de competitividad y eficacia.
Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
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