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La educación en el tiempo libre: creciendo con la sociedad
Artículo de opinión
El presente artículo quiere ser una aproximación reflexiva al sector de la educación en el tiempo libre en relación a la oferta y la demanda existentes y a sus características en Cataluña. Este territorio es referente por su experiencia y gran tradición en este ámbito. Así, en el marco de la economía catalana, se establece como un sector joven marcado por las transformaciones sociales y la reconversión de viejas necesidades sociales y de nuevas en nuestra sociedad. El envejecimiento de la población, la precariedad del mercado laboral, la llegada de personas inmigradas, los cambios en los modelos de familia, etc. establecen procesos abiertos y dinámicos que operan en nuestro entorno y configuran un marco concreto. En este contexto, el sector de la educación en el tiempo libre ha crecido, desde su base vocacional, asociacionista y ligado al voluntariado y a la atención a niños/as y jóvenes, hasta ser considerado un nuevo yacimiento de empleo.
Estos hechos dibujan bastante la oferta y la demanda actual en el sector de la educación en el tiempo libre y la existencia de ciertos perfiles profesionales. Los resultados del estudio "Detecció i prospecció de necessitats de formació en el sector del lleure educatiu i sociocultural” realizado por la Fundación Pere Tarrés y la UGT, y financiado por el Consorci de Formació Continua de la Generalitat de Catalunya y el Fondo Social Europeo, el año 2006, nos sirve como punto de partida para analizar este tema. Nos sirve porque da información sobre un sector joven, con unas peculiaridades difícilmente cambiables asociadas a su esencia, pero también con un vínculo bastante importante con las coyunturas del entorno. Es el mismo vínculo que lo lleva a estructurarse y desestructurarse, a adaptarse, en definitiva, a la sociedad en la que pertenece.
La oferta y la demanda en la educación en el tiempo libre
La oferta existente se caracteriza para ser muy heterogénea y mostrar una gran diversidad con respecto a los agentes que intervienen, a las actividades que se ofrecen, a los tiempos en los que se ofrecen, a los espacios donde se desarrollan y a los destinatarios. La mercantilización del sector, dando lugar también a un proceso de profesionalización, ha llevado al establecimiento de esta diversidad en la medida en que se mezclan enfoques y finalidades. Iniciativas privadas mercantiles se mezclan con otras de carácter privado pero sin ánimo de lucro e, incluso, con iniciativas públicas, a pesar de que éstas tienen un peso menor. Según el estudio de la Fundación Pere Tarrés antes mencionado, poco más de la mitad de la oferta es de carácter mercantil, y surgida en los años 90, cuando hubo el crecimiento más importante del sector de la educación en el tiempo libre. Muchas de estas empresas son pequeñas, pues el 40% tiene entre 1 y 5 trabajadores/as, y el 54% tiene entre 1 y 10 trabajadores/as.
Esta variedad en la oferta no se explica sin la diversificación de la demanda, muy relacionada con el contexto y con factores diversos de carácter económico, político, social y cultural. La educación en el tiempo libre se ha presentado como una oportunidad de negocio y la demanda se ha construido, no solamente a partir de este hecho, sino también por la existencia de una serie de necesidades de carácter social no cubiertas. La conciliación de la vida familiar, personal y laboral, concebida alrededor de un pilar central, el laboral, adquiere una importante relevancia en este punto. Las familias, y principalmente las mujeres, en sus vidas multifacéticas casi a la fuerza, no pueden asumir todas las funciones necesarias del trabajo reproductivo, y ciertas necesidades sociales de la población requieren ser cubiertas. En este sentido, la educación en el tiempo libre es vista y percibida como una posibilidad para conciliar. Y aparece una nueva dimensión de la educación en el tiempo libre relacionada, sobre todo, con la custodia y guarda de los más pequeños, con los dilemas que esto comporta, ligados, sobre todo, a la base ideológica de este sector.
Perfiles profesionales de la educación en el tiempo libre
En este marco, existen unos perfiles profesionales que se derivan del origen histórico pero que se han complementado con otros debido a las demandas del contexto y al proceso de profesionalización del sector. El 1er Conveni col-lectiu del sector del lleure educatiu i sociocultural del 2005 en Cataluña asentó las bases por reconocer la existencia de este sector económico, para delimitar ámbitos funcionales, regularizar condiciones laborales e identificar perfiles profesionales. A pesar de esto, fue un primero paso, dificultoso por las complejidades del sector, pero con carencias relacionadas con muchas indefiniciones que no quedaron resueltas. Este convenio señalaba la existencia de unos 15.000 trabajadores aproximadamente del sector en el año 2005. El estudio de la Fundación Pere Tarrés y la UGT contabiliza 11.957 trabajadores en el 2006.
Los perfiles de estos trabajadores y trabajadoras son diversos. Un dato a resaltar es que una gran mayoría está conformada por mujeres, ya que el tipo de trabajo va vinculado a papeles sociales, construidos simbólica y tradicionalmente asociados al género femenino. De hecho uno de los perfiles que originó este proceso de profesionalización, y la configuración de la educación del tiempo libre como un yacimiento de empleo, es el formado por mujeres mayores de 45 años que se insertan en el mercado de trabajo con cursos de formación ocupacional, tales como el de monitora de comedores. Otro perfil es el de jóvenes estudiantes que trabajan mientras estudian, siendo el trabajo que desarrollan una ocupación y no una profesión (lo que resta valor al trabajo desarrollado, no precisamente porque no sea importante). Dentro de este perfil hay que distinguir entre el joven vinculado ya al mundo asociativo de la educación en el tiempo libre, que puede tener un espíritu más vocacional, y el joven desvinculado de este tipo de asociacionismo juvenil. Otro perfil es el de personas inmigradas extracomunitarias, dedicada a trabajos indirectos, como los de mantenimiento o cocina. Este perfil, según el estudio referenciado, es minoritario. Y por último, hay que destacar un perfil que proviene de la tradición de la educación en el tiempo libre, también minoritario, conformado por personas de media edad que llevan más de 15 años trabajando y, en último término, ocupan cargos de gestión y de gerencia. Muchos porque han montado pequeñas empresas a partir de experiencias anteriores vinculadas a la educación en el tiempo libre.
Condiciones laborales y formativas
La mayoría de las personas contratadas se compone de jóvenes de entre 16 y 35 años (el 65% según datos presentados en el estudio mencionado); y mujeres, que hacen intervención, con tareas muy intensivas y jornadas generalmente parciales, trabajando con y por las personas. Sin embargo, el hecho de que su trabajo no goce de reconocimiento social, sumado a la alta competitividad existente y a la tipología de las actividades desarrolladas (como son las colonias o los casales o campamentos urbanos), contribuye a que las condiciones laborales no sean demasiado positivas, y más bien precarias, dándose altos niveles de temporalidad, jornadas parciales, alta rotación o salarios bajos.
A todo eso, hay que añadir la indefinición formativa asociada a los perfiles profesionales. Más allá del monitor/a o director/a en el tiempo libre, hay otros perfiles, como el/la tallerista, el director/a de programas, el coordinador/a de proyectos, el animador/a sociocultural o el informador/a, que quedan recogidos en el último Conveni col-lectiu del lleure educatiu i sociocultural para los años 2008-2010. En ningún caso, hay claridad en los itinerarios formativos necesarios y se diluye la frontera entre formación básica y continua. Para hacer una buena gestión o intervención se piden conocimientos específicos y/o generalistas y competencias más concretas y/o transversales asociadas a la atención de las personas en marcos diversos (educación ambiental, talleres en centros cívicos, actividades extraescolares, casales, etc.). Las necesidades formativas de los trabajadores/se de este sector, por lo tanto, varían según su perfil profesional, el colectivo que atienden y el marco donde desarrollan su trabajo. En este sentido, la formación debe poder afrontar la diversidad de situaciones en las que se encuentran los y las profesionales de la educación en el tiempo libre.
Tanto la oferta como la demanda del sector de la educación en el tiempo libre están sujetos a aspectos estructurales de nuestra sociedad, pero también coyunturales. Políticas llevadas a cabo desde los poderes públicos, como la sexta hora escolar en primaria en Cataluña, o coyunturas como la actual de crisis financiera y económica a nivel mundial seguramente intervienen en las dinámicas que estructuran este sector económico, joven y con muchos retos de futuro.
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