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Los 4 ejes de la Salud Docente
Artículo de opinión
Es por ello por lo que de forma breve pretendo analizar cuatro aspectos importantes que perjudica de forma evidente la Salud del Docente, lo que considero ejes fundamentales para llevar a cabo su trabajo de forma eficiente. La salud está íntimamente ligada al rendimiento, de tal forma que un docente en perfecto estado de salud y bienestar, rendirá más en su trabajo, con el beneficio que ello conlleva para sus alumnos y para el Sistema Educativo actual.
Los ejes
Aunque depende de la metodología docente, así como de la etapa educativa en la que se encuentren, en muchos casos, la mayoría del tiempo realizan su trabajo de pié. Esta postura obliga al docente a permanecer durante un espacio prolongado de tiempo en una misma posición, desplazarse, realizar giros y flexiones de tronco... posturas todas ellas que llevan consigo la posibilidad de que aparezcan problemas músculo-esqueléticos (como dolores cervicales, en el cuello, la zona lumbar, muñecas, etc...), alteraciones circulatorias (como varices en las piernas) y fatiga física.
Además, la voz es la herramienta profesional del docente, aunque también depende de factores como el ciclo educativo en el que se enseña, la metodología utilizada, la asignatura a impartir o las características individuales de cada uno, en mayor o menor medida la utilizamos, como meros profesionales de la voz que somos, de ahí la posibilidad de que aparezcan las diferentes disfonías en el docente.
Así mismo, el rol del docente en la actualidad no pasa por sus mejores momentos, la sociedad espera del docente que eduque, enseñe, forme, oriente y, por el cambio que se ha producido de unos años a la actualidad, que realice la función que, tradicionalmente, se ha atribuido a los padres y madres. Al igual que el cambio de alumnado que progresivamente se está viviendo, el cambio en el sistema de enseñanza... deriva en una carga mental que puede llegar a provocar estados de ansiedad, estrés, depresión y burnout, entre otros.
1º Eje: La espalda
Los frecuentes problemas músculo-esqueléticos del docente, en concreto, y del cualquier trabajador, en general, se podrían prevenir si se tuvieran en cuenta la importancia de adecuar las posturas de trabajo, de tener una buena actitud corporal, con hábitos posturales correctos y un estilo de vida saludable que incluya realizar ejercicios para evitar este tipo de problemas
Los factores de riesgo más habituales en el sector docente están relacionados con una incorrecta manipulación de cargas, excesiva carga estática y realizar movimientos repetitivos con relativa frecuencia.
Los profesionales de la enseñanza, y particularmente los de infantil, tienen que mover tanto o más peso que cualquier trabajador de cualquier sector, con la agravante de que cuando levanta uno de esos pesos, es un peso delicado que, lógicamente, no se puede romper. Además, las aulas de infantil cuentan con el agravante añadido de que todo el mobiliario está (o debería estar) adaptado a sus pequeños usuarios, con lo que la baja altura de las mesas y de sus alumnos y alumnas, obliga a estar en posiciones forzadas durante un periodo de tiempo más o menos largo y si los educadores no tienen una correcta higiene postural, sufrirán de problemas músculo-esqueléticos, en general, y de espalda en particular, con mayor facilidad.
2º Eje: Las piernas
La profesión del docente tiene la necesidad de estar durante largos periodos de pie o sentado, siendo igualmente perjudiciales. El cansancio en las piernas al final de la jornada, la aparición de dolores en las mismas, sensaciones de hormigueos, o la hinchazón de los pies o los tobillos, son problemas que pueden llegar a aparecer en la vida profesional del docente.
Uno de los problemas que potencialmente está expuesto el docente son las varices, los problemas descritos con anterioridad podrían ser síntomas previos a la aparición de éstas. Dejando de un lado la predisposición genética de cada persona, el principal factor de riesgo para la aparición de varices es el estar largas horas de pie.
3º Eje: La voz
Los problemas de la voz, se presentan como patologías cada vez más frecuentes en el sector docente, debido a que, obviamente para el docente la voz es una herramienta fundamental en su trabajo.
Así en los problemas de voz intervienen multitud de factores tales como la edad, el sexo, los años de experiencia docente, tipo de asignatura impartida (teniendo mayores problemas los docentes que imparten música, educación física e idiomas), nivel de enseñanza al que pertenecen (siendo más habitual encontrar docentes de infantil con problemas de este tipo), el tipo de aula (dado que existen aulas que favorecen o perjudican la expresión oral).
Los niveles elevados de ruido no sólo dificulta el desarrollo normal de la clase, sino que también obliga al profesorado a forzar la voz para hacerse oír, esto junto a una mala calidad del aire ambiental provocada muchas veces por la exposición al polvo de tiza favorece para la aparición de trastornos de la voz.
Entre las posibles fuentes de ruido que pueden existir en el aula nos encontramos con alumnado que hablan en clase sin importarles que el profesor este impartiendo su asignatura, otros docentes o alumnos/as de otras clases, movimiento de mobiliario, ruidos externos al colegio, etc… fuentes de ruido que se podrían controlar en menor o mayor medida.
4º Eje: La mente
Consideración especial merece el estrés laboral. Este tipo de alteración está adquiriendo mayor relevancia en los últimos años, puesto que se está convirtiendo (si no lo es ya) en un problema social y de salud pública, y que afecta directamente a los profesionales de la enseñanza.
Son diversas las causas de aparición de estos problemas en el sector docente, entre las cuales destacan, la sobrecarga de tareas, alumnado con bajo nivel de motivación, clima de convivencia en los centros escolares, aumento de la responsabilidad docente delegada por las familias, conflictos escolares, la adopción de responsabilidades y la toma de decisiones importante (trabajamos con niños y niñas y su futuro depende, en parte, del docente), ambiente laboral inadecuado (exceso de ruido, insuficiente iluminación, temperatura e instalaciones inadecuadas, sobre-ocupación de las aulas...), deterioro en las relaciones entre docente-alumnado, docente-padres y docente-docente, lo que fomenta un clima de convivencia inadecuado, la ausencia de reconocimiento social en esta profesión...
Destacamos el bournout, concepto por todos conocidos, se caracteriza por un pronunciado desgaste después de llevar desempeñado un trabajo durante un determinado número de años. En opinión de la psicóloga Carmen Vázquez, para que una actividad sea enriquecedora desde el punto de vista psicológico, debe darse varios factores: "que sea motivante, que no sea repetitivo, que haya intercambio de valoración emocional y que exista reconocimiento, y normalmente, en las actividades laborales del profesorado, no suelen darse ninguna de esas cuatro características”, esta frase resume enormemente lo que le puede estar ocurriendo a algunos docentes en la actualidad.
Engrasando los ejes
Comenzaremos proponiendo medidas preventivas, a modo de engranaje de los cuatro ejes de la Salud Docente, con los problemas en la espalda, aunque se particulariza en la misma, también se pueden dar en otras partes del cuerpo como muñecas, hombros, cervical... pero por ser el más común nos centraremos en ella.
El docente se encuentra en un centro de trabajo que por lo general, y sobre todo cuánto más inferiores sean las edades del alumno, es inadecuado para el docente. Mesas y sillas pequeñas, alumnado de baja estatura, lo que favorece las inclinaciones y flexiones de tronco del profesorado.
Como hicimos referencia al principio del artículo, se tiene la creencia que un trabajador convenientemente formado e informado, debería de tener menos posibilidades de sufrir problemas músculo-esqueléticos, por tanto estos docentes necesitan de una formación en higiene postural para paliar este tipo de problemas, ya no sólo de manipulación de cargas sino también de posturas forzadas.
Así mismo, los periodos descanso-trabajo influyen en la carga física del docente, por lo que se debe de dar mayor importancia a las pausas en el trabajo, siendo estas pausas proporcional al esfuerzo realizado, para lograr la recuperación física, el desgaste físico docente también fomenta la aparición de este trastorno músculo-esquelético.
En cuanto a los problemas en las piernas, se debe de evitar el estar de pié de forma permanente y alternar la posición de pié con la de sentado, así mismo no permanecer estático (tanto de pié como sentado) puesto que reduce la circulación sanguínea de las piernas.
Además el llevar una dieta equilibrada (controlado el exceso de peso), evitar temperaturas ambientales elevadas (produce una dilatación en las venas favoreciendo la aparición de varices), realizar ejercicio físico regularmente y descansar con las piernas elevada, son beneficiosas para prevenir problemas en las piernas.
Por lo que respecta a los problemas de la voz, la intervención se debe de centrar tanto en las condiciones ambientales del aula como metodológicas o individuales.
En las condiciones ambientales del aula, podemos controlar los ambientes con aire acondicionado o con exceso de calefacción (se recomienda humidificar el ambiente). Cuidar las emanaciones de olores fuertes como podría ser los provocados por productos de limpieza (recomendándose que la limpieza de los aulas se produzcan cuando se termine la jornada y no al principio). Así como la mejora acústica de los espacios cerrados en los centros de nueva edificación.
Cuando el docente levanta la voz para controlar a su alumnado, debería plantearse ¿qué está fallando?, este hecho es un síntoma de que la metodología o la forma de enfocar los contenidos no está funcionando, el docente en este caso necesita estrategias (metodológica, didácticas, resolución de conflictos...) para no tener que recurrir a elevar la voz, dado que no es el mejor ejemplo para que sus alumnos y alumnas se comporten convenientemente en el aula.
Atendiendo a aspectos individuales citaremos las siguientes recomendaciones para cuidar nuestra voz: Llevar hábitos saludables, beber agua durante las exposiciones, no forzar la voz por encima del nivel de ruido ambiental, ni cuando se padecen estados de agotamiento físico o mental, entre otras tantas.
El docente debe prestar atención a los signos de alarma como pueden ser el cansancio de la voz al finalizar la jornada, cambios en el tono de voz, sensación de quemazón...
Sería recomendable que se incluyera una asignatura que aborde específicamente el tratamiento de la voz en los planes de estudio tanto de magisterio como de aquellos otros que formen y/o especialicen al profesorado. No obstante, en muchas CC.AA., desde los Centros de Profesorado y entidades especializadas se realizan actuaciones en este sentido.
Como último eje, y no menos importante, tenemos el problema mental. Es común, ya no sólo en el sector educativo sino en todos los sectores, hacer referencia al término estrés, lo que algunos autores denominan la enfermedad del siglo XXI. Al respecto, este término la Organización Mundial de la Salud define como "el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan el organismo para la acción”, aunque el carácter peyorativo que actualmente tiene en la sociedad esta palabra tal vez se asemeje a la definición aportada por Richard Lazarus "estrés es el resultado de la relación entre individuo y el entorno, evaluado por aquel como amenazante, que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar” Para superar esas formas de estrés negativas (que se deben a insuficientes respuestas) se deben de aportar estrategias para superar dichas dificultades. Por lo tanto cada centro docente en particular, y la administración en general debe de disponer campañas para proporcionar estrategias efectivas para luchar contra esos aspectos estresores.
A lo largo de la reciente historia educativa se han podido observar numerosos cambios en el sistema educativo, en el que muchos profesionales de la enseñanza no se encontraban preparados o debidamente formados, careciendo de estrategias que le ayuden a sobrellevar esos cambios, como por ejemplo, la introducción del alumnado con nee en las aulas, la transición entre EGB y ESO o la introducción de las nuevas tecnologías en las aulas. El Sistema Educativo debe prever esos cambios y dotar a su cuerpo docente de suficientes competencias, habilidades y estrategias para afrontarlos, siendo fundamental para prevenir problemas de estrés y, conseguir un buen rendimiento del docente y aumentar calidad de vida.
Las acciones preventivas pueden ser de dos tipos: centradas en el individuo (entrenar a los sujetos para mejoren sus recursos y habilidades para controlar y manejar el estrés) o centradas en la organización (poner en marcha programas concretos de reducción del estrés en el trabajo).
A las empresas se les exige el cumplimiento de una serie de medidas como pueden ser Evaluación de Riesgos de los puestos de trabajo y cumplimiento de medidas preventivas, formación e información de los riesgos del puesto a los trabajadores, reconocimientos médicos periódicos, etc... exigencias, muchas de ellas, que se tienen algo abandonadas cuando hablamos del sector educativo... ¿por qué? un docente...¿no es un trabajador más?, ¿acaso el docente no está expuesto a riesgos? Hemos visto que sí, y sólo hemos expuesto cuatro ejes, ¿por qué no se empieza a paliar los problemas de este sector, o si se está haciendo ¿por qué no se está teniendo los resultados esperados (sólo hay que ver los datos de absentismos que se reflejan), son preguntas que dejo en el aire para que cada uno reflexione.
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