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TICompetencias de los Orientadores

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Efraín Soto Bañuelos. Coordinador del Centro de Psicopedagogía y Orientación Vocacional de la Unidad Académica Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas (México)
De inicio considero pertinente esbozar un contexto en el cual enmarcar las políticas educativas internacionales desde las que se intenta llevar tanto a estudiantes, docentes e instituciones educativas a un paradigma basado en competencias las cuales permitan homologar lo que se realiza en cualquier parte del mundo y permita a estudiantes y docentes la movilidad entre instituciones y países, así como permita a docentes y escuelas acreditarse o postularse como "de calidad” y de esa forma asegurarse recursos económicos y materiales, para el caso de las escuelas, y al menos mantener el empleo en el caso de los docentes.

El Proyecto Tuning que inicia en Europa y eventualmente llega a América es la piedra angular de dicho sistema basado en competencias, lo que lleva a que en primer lugar los docentes, ahora facilitadores, deban contar con ciertas competencias que les permitan transmitir a los estudiantes los conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para contar con competencias genéricas y específicas.

Trasladando el argumento anterior al ámbito de la orientación, se debe partir por pensar al orientador como un elemento fundamental dentro de la estructura escolar general, esta apreciación se vicia cuando el orientador participa en la comunidad escolar como docente de alguna asignatura no relacionada con los ámbitos de intervención en orientación, o bien cuando cumple funciones tales como pertenecer a la administración de la escuela (rector, director, secretario, etcétera); así pues, el orientador cumple tareas específicas dentro de la estructura educativa y ese rol no debe empañarse u opacarse por actividades diferentes a las de orientación.

Considerando las 11 Competencias Centrales y las 10 especializadas (diagnóstico, orientación educativa, desarrollo de la carrera, counseling, información, consulta, investigación, gestión de programas y servicios, desarrollo comunitario y empleo) aprobadas por la Asamblea General de la AIEOP en septiembre de 2003 (http://www.iaevg.org), que por sí mismas son una lista de requisitos muy complejas de reunir en un solo orientador, se suman las ICT Skills for Guidance Counsellors (www.ictskills.org).

En esa lista de competencias TIC's se pueden encontrar actividades que por de foult realizamos en nuestra vida cotidiana como enviar y recibir correos electrónicos y mensajes instantáneos vía teléfono móvil; o bien la búsqueda de páginas web para apoyar a los estudiantes en su proceso de elección de carrera profesional y algunas más, pero lo que en este espacio pretendo enfatizar es la dificultad que encierra el hecho de "capacitar” a los orientadores en el uso de las tecnologías ya que sólo las generaciones que estén egresando en estos momentos de alguna carrera profesional relacionada con orientación tiene conocimientos más precisos del uso y manejo de las tecnologías, pero muchos de esos egresados tardarán en incorporarse al mercado laboral o si tienen suerte tendrán que remar contra la corriente que seguramente encontrarán en su espacio laboral acerca del poco valor que se les da a las tecnologías usadas en la orientación educativa ya que la generación de orientadores que ahora nos encontramos en las instituciones somos de una etapa anterior a la masificación y uso cotidiano de, por ejemplo, las computadoras personales o el uso de Internet.

Por definición, el orientador debe ser un agente de cambio, un profesional que busque la innovación académica y tecnológica, que tenga a la mano respuestas y alternativas para la resolución de problemas, que sea eje confluyente de opiniones de los distintos actores escolares y sociales. Es parte de su naturaleza estar en constante búsqueda de métodos, de técnicas, de herramientas que le lleven a realizar de manera eficiente su labor. Los antónimos del orientador son la pasividad, la tranquilidad, el anquilosamiento, sus sinónimos son la movilidad, la creatividad, la solución.

Por todo ello es que considero importante que los orientadores seamos conscientes del papel que nos toca jugar en el espacio educativo y ello nos lleve a buscar la preparación, la formación continua, aun en temas que desconocemos y que incluso en ocasiones rechazamos por temor o frustración, en el caso de haberlos conocido bajo una mala experiencia.

Las diferentes y variadas competencias con el uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación me parecen de suma importancia para su implementación ya que los estudiantes que ahora están en las aulas nacieron rodeados de estos medios tecnológicos, para ellos no son ajenos, extraños, son su forma de vivir y de contactar con el mundo, incluso es probable que tengamos mejores resultados si tenemos las tecnologías como medio e incluso como pretexto para comunicarnos con los estudiantes.

Para mayores referencias y profundización en el tema, consulta: http://blogs.cibersociedad.net/tic_orientacion_educativa/
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