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Pensar en TIC

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Carmen Ninou. Directora del Área de Gestión del Talento del Grupo Randstad
Cuando pensamos hoy en día en el trabajo que realiza un orientador educativo o profesional, se hace muy difícil separarlo de la utilización intensiva de las tecnologías de la información. La acción de orientar implica en sí misma labores tales como las de informar, dirigir, enseñar, coordinar, planificar, comunicar, entre otras muchas, labores éstas que no podemos hoy en día entenderlas como se podían entender hacer 20 años.

Si acudimos a cualquier manual, documentación, artículo que hable sobre las competencias del orientador, entendidas éstas en sentido amplio, y hacemos una lectura rápida de las mismas, podemos caer en el error de que las competencias del orientador se mueven más en un plano humanístico que en un plano tecnológico.

Por el contrario, si leemos detenidamente cada una de las múltiples competencias que conforman la lista de las mismas que propone la AIOEP (Asociación Internacional de Orientación Educativa y Profesional), 11 competencias centrales y cerca de 70 competencias especializadas, nos damos cuenta que el desarrollo de muchas de ellas por parte de los profesionales de la orientación no es posible sin "pensar en términos TIC”.

Intentaré explicar a que me refiero cuando hablo de "pensar en términos TIC”. Durante muchos años las Tecnologías de la Información y la Comunicación fueron herramientas muy especializadas que se usaban en algunas universidades y en los departamentos financieros de las grandes empresas. El paso de los años fue generalizando el uso de estas herramientas que con la aparición del PC se fueron imponiendo en las empresas como herramienta de uso común, hasta que la explosión de Internet ha convertido a las TIC en un elemento más en nuestra vida del que no podemos prescindir.

Es por ello, por esa imbricación que tienen las TIC con nuestra vida actual, con fenómenos que aparecen cada vez con mayor frecuencia llegando a generar cambios en nuestras costumbres, especialmente en las de los jóvenes (Messenger, Facebook, etc.) por lo que creo que los orientadores no deben ver simplemente las TIC como herramientas que les pueden ayudar a realizar su trabajo sino que deben definir su trabajo teniendo en cuenta el universo TIC en el que se hayan sumergidos.

¿Alguien recuerda cuando se fundó Google? Parece como si siempre hubiera existido, no hay día que por una cosa u otra no hagamos alguna búsqueda, y sólo tiene poco más de 10 años de antigüedad, se fundó el 7 de septiembre de 1998. ¿Alguien recuerda que hubo una época en que no existía el correo electrónico? Si hacemos un esfuerzo seguro que sí pero lo tenemos tan interiorizado en nuestra vida cotidiana que sufriríamos si nos lo quitaran.

Pues a eso me refiero cuando digo "pensar en términos TIC”, a tener la capacidad de relacionar los problemas a los que deben enfrentarse en su labor diaria de orientación con un mundo que, cada vez más, no es que use herramientas TIC, es que "es TIC”.

¿Que creo que debe hacer un orientador para poder realizar su labor aprovechando al máximo la TIC? La lista podría ser muy larga pero creo que los aspectos más importantes a desarrollar deberían ser:

- Curiosidad. El fenómeno de las TIC evoluciona a tal velocidad que no es posible dominar toda las herramientas que existen, pero si debemos intentar conocer su existencia, su utilidad y su impacto en la sociedad actual. La base de la orientación está en gran parte en el conocimiento y hoy en día las TIC son una "materia” más que debe conocerse so pena de quedar al margen.

- Amplitud de miras. No desechar ninguna herramienta actual ni futura simplemente porque no la entendamos o la veamos superflua. Hace 3 años poco podíamos imaginar que en el futuro sería tan importante el "networking” tanto a nivel académico como profesional o personal y en cambio hoy en día Facebook a nivel global y otras herramientas de networking a nivel profesional se están demostrando importantísimas. Cierto es que muchas también fracasan con el paso del tiempo, pero intentemos no prejuzgar su utilidad.

- Experimentación. Para poder realmente "pensar en TIC” se deben utilizar las distintas herramientas. La auténtica forma de valorarlas es mediante su utilización. ¿Podría la creación de un grupo en Facebook ayudar a un grupo de personas a cohesionarse? ¿Creamos un foro o un blog sobre un tema de nuestro interés que ayude en nuestras tareas de orientación? ¿Podemos orientar hoy en día en aspectos laborales sin haber utilizado nunca un portal de empleo?

- Benchmarking. Intercambiar información con otros compañeros de profesión, ya sea de experiencias del uso de herramientas TIC o del tipo que sean. El uso de Internet pone hoy en día a un click de distancia a cualquier profesional ubicado en cualquier parte del mundo, y eso debe aprovecharse.

Podríamos seguir con una lista más amplia, pero creo que aplicando estas simples recetas, podemos llegar a conseguir que las TIC se incorporen de una manera paulatina en el quehacer diario del profesional orientador, al que pueden ayudar de una manera "silenciosa” a orientar su trabajo dentro de la dinámica del mundo actual.

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