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¿Cómo preparar a opositores sin que éstos se desanimen?
Artículo de opinión
Tenemos que considerar que el opositor debe acometer la tarea con la convicción de que puede conseguir una plaza, siendo fundamental el trabajo constante, voluntad y optimismo para conseguir su propósito.
Durante este arduo camino, las academias deben ofrecer a sus alumnos la posibilidad de una formación no sólo académica sino también humana, es decir, a lo largo de este camino, el alumno se va a ver sometido a situaciones de ansiedad, nerviosismo, mucha información en sus manos difícil de organizar, puesta en marcha de habilidades oratorias. Situaciones en las que en ocasiones el alumno no sabe cómo afrontarlas. Es por ello que las academias deberían ofrecer a sus alumnos además de las clases magistrales en las que se presentan cada uno de los temas que constituye la especialidad a la oposita el alumnado, ayuda psicopedagógica cómo afrontar la oposición. De tal manera que se trabajasen los factores que condicionan al alumnado a seguir un proceso sin ansiedad y normalizado.
A la hora de organizar una clase el profesorado debería conocer el estado psicológico en el que se encuentra el alumnado para poder adaptarse a sus necesidades. Como bien sabemos, la ansiedad-tensión en dosis suficientes puede activar nuestro organismo y dar lo mejor de nosotros mismos, pero si no es controlada puede provocar angustia, nervios, desconcentración y por tanto alteraciones a dos niveles: mental (por ejemplo: pensamientos negativos) y corporal (tensión muscular). Para reducir los factores físicos (por ejemplo, alteraciones en la respiración), factores cognitivos (como pueden ser los pensamientos negativos), factores psicológicos (por ejemplo, baja autoestima, poca seguridad en sí mismo) y factores conductuales (como pueden ser temblores) se podrían organizar talleres en los cuales se ofreciese la opción de participar en diversas técnicas que redujesen dichos factores y facilitasen el estudio del alumno (por ejemplo, técnicas de respiración, relajación, etc.)
Igual de importante es que el profesorado de la academia parta de los conocimientos previos que tiene el alumnado adaptando el contenido a las necesidades del alumnado. Contando siempre con un temario que esté actualizado y conectado con la actualidad (normativamente y con la práctica), además de estar estructurado y cohesionado internamente.
La organización del temario por bloques o por temáticas puede facilitarle la labor al opositor que se encuentra con mucha información dispersa que en ocasiones no sabe muy bien donde situarla.
A la hora de llevar a cabo de la preparación de pruebas orales (como es el caso de las oposiciones de docentes de infantil, primaria o secundaria), es necesario trabajar la comunicación verbal y no verbal, cómo organizarse a través de guión. El profesorado de la academia sirve de juez, al igual que el resto de compañeros que pueden a través de crítica constructiva valorar las exposiciones-simulacros que realicen los alumnos a la hora de presentar su unidad didáctica o la programación de un plan de orientación y acción tutorial (en el caso de los docentes).
Desde las academias deberían facilitarse recursos de ampliación o cómo conseguirlos, de forma que el alumno pueda personalizar los temarios que se les entrega.
Una herramienta muy útil a la hora de preparar a los opositores es beber de la propia experiencia de los opositores veteranos y emplear dichas experiencias en las dinámicas de clase.
Hacer uso de examen-simulacro facilita al alumnado ponerse en situación y adelantarse a la situación que vivirá dentro de unos meses, en el cual tenga que enfrentarse a elegir entre varios temas para proceder a su redacción o la contestación de varias preguntas tipo test (dependiendo de las oposiciones a las que nos refiramos) o en la realización de la exposición oral (si hubiese).
No obstante, es imprescindible averiguar si los alumnos conocen en qué consiste una oposición, cuáles son sus fases, qué nos vamos a encontrar, en qué consiste un concurso-oposición, cómo se obtienen méritos, etc. Y ofrecerles una información clara sobre todo el proceso y el alumnado sepa a qué se enfrenta desde los comienzos de este proceso, de manera que no se encuentre con sorpresas y la situación "le supere”.
Por tanto, las academias deberían considerar la formación como una formación integral en la cual no sólo se transmitiesen conocimientos teóricos, sino que se adaptase a las necesidades del alumnado, conociendo de dónde parten (cuáles son sus conocimientos previos, qué experiencias conoce) y qué situación psicológica emocional atraviesa. Pudiéndoles ofrecer talleres paralelos que sirvan para superar ciertos miedos, inseguridades y ansiedades que durante el arduo camino del opositor pueden aparecer.
En definitiva, si queremos una formación de calidad en los futuros opositores habrá que apostar por una formación integral del individuo en todos sus aspectos.
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