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Sociedad de la información y el conocimiento en la búsqueda de empleo: límites y brecha social

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Oscar Martínez Rivera. Educador Social y Psicopedagogo. Profesor de las Escuelas Universitarias de Trabajo Social y Educación Social Pere Tarrés - Universitat Ramon Llull y coordinador del Servicio de Orientación e Inserción Laboral de las EUTSES
El desarrollo social que se ha producido especialmente a lo largo del último siglo y de forma acelerada en las últimas décadas con las autopistas de la información del discurso de Al Gore y que cita Théry (1994), han afectado a todos los ámbitos de la vida de las personas, y no podía ser menos, también al mundo laboral.

No solamente afecta a las nuevas tendencias de negocios y de trabajo sino que también incide en otros ámbitos como la selección de personal. Por ejemplo, esta adaptación al cambio comienza mucho antes de la contratación, en el mismo proceso de reclutamiento de candidatos para un puesto de trabajo que hace la empresa mediante las nuevas tecnologías, tal y como apunta Freeman (2002). Tanto es así que, en algunos sectores, la novedad consiste en efectuar un filtro a través de la red y que, por tanto, los aspirantes han tenido que pasar las "pruebas de selección” implícitas en un tipo de reclutamiento con estas características. Así, quien no es capaz de realizar correctamente los pasos del portal de empleo, sencillamente ya no entra a formar parte de la selección. Y es que aunque Freeman (2000) la considere como pionera y líder, esta metodología tiene sus límites y, algunos, paralelos a los de las autopistas de la información.

Determinados dispositivos web hacen un reclutamiento tan masivo que resultan excesivos para algunos empresarios, pero también es cierto que es más fácil captar a determinados profesionales que sería más difícil de encontrar por canales convencionales. En cualquier caso, sería necesario reflexionar sobre si este filtro de preselección con estas herramientas es siempre correcto o nos dejamos candidatos que podrían cuadrar con el perfil que se busca. Y es que determinados profesionales todavía son buscados de manera más tradicional, o incluso artesanal.

¿Internet permite siempre llegar al candidato ideal?

Detengámonos un momento en la innovación que hace referencia a la relación que se establece entre contratador/a y candidato/a. En este sentido, las competencias profesionales también se amplían (o modifican) y es preciso contar con habilidad para adaptarse a los mecanismos que el empresariado utiliza en la búsqueda de empleados. Y esto, en muchos casos, no solamente se centra en una buena presentación de CV y acceso a Internet, sino a un saber hacer mediante la red: buena redacción, respuesta de emails de forma adecuada y cierta inmediatez… Está claro que para determinados reclutamientos, Internet no sería la mejor manera de captar candidatos cuando hablamos de lugares de trabajo en los que no se utilizan las nuevas tecnologías, a pesar de que no está de menos intentarlo paralelamente a otros métodos más convencionales, pero en estos casos la red se nos queda corta o incluso no nos sirve. En cualquier caso, y aunque parezca arriesgado afirmarlo, es posible que determinados perfiles de candidatos con competencias en creatividad, adaptación a los cambios y en las competencias clave de la Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC), que describe Brödner (2000:47-48), nos los podemos dejar atrás con estos filtrajes de la red. En este sentido, las formas de trabajo y competencias básicas de los trabajadores actuales son nuevas en cuanto a la creatividad, la innovación y flexibilidad o la capacidad de adaptación al cambio, y son elementos clave de la "inversión inmaterial” de la que ya hablaba Caspar (1994:35) en contra de la experiencia y constancia que detallan Vilaseca y Torrent (2003) citados por Ficapal y otros autores (2007:93).

Los contratadores podrían defender esta insuficiencia del sistema on line afirmando que el dominio de ofimática se considera una competencia básica en estos momentos, pero esto no asegura que el trabajador o la trabajadora haya integrado las competencias de la SIC hasta el punto de saber aplicarlas en esta nueva clave (Borghans i Weel, 2004) y que, por tanto, tampoco nos encaje con la oferta laboral.

Acceso masivo a los reclutamientos

Pensando en el caso que nos ocupa, existen empresas líderes en los temas de reclutamiento que pasan a ser utilizadas tanto por grandes multinacionales como por pequeñas empresas. Y éste es el caso, por ejemplo, del portal Infojobs donde, si bien la utilización mayoritaria es de pymes, el 13% son empresas grandes o multinacionales(1). Y en parte, esta es la riqueza de la SIC: un mismo dispositivo, en este caso, puede ser utilizado tanto para un colectivo que, a priori, tendría más acceso a formulas y recursos para hacer reclutamientos, como empresas más pequeñas que pueden llegar a tener verdaderos problemas para gestionar la búsqueda de personal.

El control de estos reclutamientos, pese a la utilización externa de una empresa que utiliza la red, lo puede ejercer en buena parte el empresario/contratador puesto que puede hacer el diseño del perfil de los candidatos, de los mínimos, de los máximos, y de todas las características que quiera de manera más o menos personalizada. Fijémonos cual puede ser el potencial de una propuesta de este estilo, a parte de por las más de 149 millones de páginas visitadas en un mes, si tiene como clientes también, precisamente a ETTs y consultorías(1).

Incluso, en la actualidad se llegan a hacer reclutamientos de personal, yendo mucho más allá, mediante empresas de búsqueda de candidatos en el espacio virtual Secon Live. Habrá que estar atentos a la evolución de estas propuestas.

Brecha social de estas metodologías

Y es que la utilización centralizada de Internet para la búsqueda de empleo y para el reclutamiento de personal, así como para otras áreas de la vida, se convierte en marginalidad para las personas que tienen acceso limitado a la red, así como para las personas que no saben sacarle suficiente partido, tal y como explica Castells (2001:275-303). Por tanto, en este sentido es necesario el desarrollo de programas educativos que acerquen las nuevas tecnologías a estos sectores, de tal manera que se encuentren en igualdad de condiciones que aquellos que sí tienen acceso.

Pero no solamente hace falta acercar las personas a las tecnologías sino, por el contrario, general acercamiento de las tecnologías a los colectivos de personas con especial vulnerabilidad. En este sentido, se hace necesario una apuesta por la tecnología aplicada a la acción social, o Tecnología de la Esperanza citada por Martínez y Planella (En prensa).

Y es en este aspecto, tal y como citaba Martínez (2005), la adecuación y la adaptación a la sociedad de la información cada vez toma más partido en cuanto a marcar estas diferencias. La orientación profesional debe asumir un papel equilibrador e igualador de todos los sectores sociales para evitar una fractura todavía mayor que llegue a extremos donde poco se pueda hacer más tarde. Así pues, la corrección de desigualdades sociales es, sin duda, una de las características del orientador en la actualidad, tal como describe Isus (2000).

Las tecnologías de la información y la comunicación, en este caso, todavía están lejos de conseguir una substitución de otras metodologías de búsqueda de empleo donde la presencia física de la persona es absolutamente imprescindible. Aunque existen autores que profetizaban un uso masivo de Internet para muchos aspectos de la vida cotidiana, tal y como explica Lévy (1998:171-178) y otras referencias, cuando hace lo que él denomina "Crítica de la sustitución”, en realidad todavía estamos lejos de alcanzar esa predicción y no queda claro hasta qué punto en algún momento llegaremos a alcanzarla.

Así pues, hay que agradecer a las nuevas tecnologías la ayuda que suponen los dispositivos web para el reclutamiento y la selección de personal, pero no deberemos olvidar las limitaciones de la utilización de estas, y la fragmentación que todavía, a estas alturas, pueden provocar si no son utilizadas junto con otras posibilidades complementarias.

Bibliografía:
BORGHANS, L.; WEEL, B (2004): "Are computer skills the new basic skills?”. Labour Economics, vol. 11. Issue 1.

BRÖDNER, P (2000) El futuro del trabajo en una economía basada en el conocimiento. A: (AAVV) Economía y trabajo en la sociedad del conocimiento. Ed. Fundació CIREM: i Institut Català de Tecnologia: Barcelona.

CASPAR, P (1994). La inversió immaterial. Taleia.

CASTELLS, M (2001) La galaxia internet. Reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad. Ed. Areté. Madrid.

FICAPAL, P;LLADÓS, J; TORRENT, J i VILASECA J (2007) "Treball en xarxa i teletreball: cap a una nova tendència global del treball” a: AAVV. El treball a la societat del coneixement. Ed. UOC: Barcelona

LEVY, P (1998) La cibercultura, el segon diluvi?. Ed. Proa - UOC. Barcelona

FREEMAN, R (2002) The Labour Market in the New Information Economy.. Discussion Paper, 0558. Centre for Economic Performance (CEP).

MARTÍNEZ, O; PLANELLA, J. (En prensa) Pedagogia i tecnologia de l'esperança. L'educació social i les noves formes tecnològiques d'acompanyament. A: Quaderns d'Educació Social, número 11. Ed. Col-legi d'Educadores i Educadors Social de Catalunya.

MARTÍNEZ, O (2005) Orientación y fractura social. Apuesta por la igualdad de oportunidades.
https://www.educaweb.com/EducaNews/interface/asp/web/
NoticiesMostrar.asp?NoticiaID=877&SeccioID=1192 [consulta: 29 setiembre 2008]

ISUS, S (2000) La orientación profesional en el siglo XX: características generales, en Echevarria (coord.) Orientación profesional

THERY, G. (1994) Les autoroutes de l'information. La Documentation française: París

Notas al pie:

Según publican en su dosier de prensa: http://comunicacion.infojobs.net/pfw_files/cma/contenidos/
Dossier_de_Prensa_InfoJobs_agosto_2007.pdf [consulta: 28 de setiembre 2008]
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