Dificultades y problemas los hay en cualquier ámbito. Esto no debe hacernos decaer, porque al igual que existen aspectos negativos en todo también en todo existen aspectos positivos que pueden darnos ánimo para continuar. La Orientación Profesional no es una excepción y el diseño de los programas a través de los que trabaja tampoco.
En este artículo realizamos un recorrido por facilidades y dificultades que nos podemos encontrar a la hora de diseñar este tipo de programas en cualquier nivel educativo, pero sobre todo en la Educación Secundaria, puesto que es en este nivel en el que más frecuentemente son usados como forma de mejorar el desarrollo vocacional y profesional de los alumnos. Todas se refieren a los mismos aspectos del diseño de programas. Al final presentamos una tabla que contrapone aspectos positivos y negativos.
1. FACILIDADES
Las facilidades o aspectos ventajosos con los que nos encontramos a la hora de diseñar un programa de Orientación Profesional para los alumnos son en nuestra opinión cinco fundamentales, a los que se pueden añadir otros. Cada uno se refiere a un aspecto importante dentro de ese diseño (Hernández y Martínez, 1996).
1. Análisis de necesidades. Las necesidades para cuya resolución se diseñan este tipo de programas están claras tanto para los encargados de realizar el diseño como para las personas a las que se destinan sus objetivos. Así en el caso de la Educación Secundaria las necesidades se referirán siempre al autoconocimiento, al conocimiento del mundo laboral y formativo, a la elección de itinerarios formativos o profesionalizadores y a la toma de decisiones sobre ellos.
2. Formas de inclusión de los programas. Los programas de Orientación Profesional pueden incluirse en el currículum formativo de los alumnos de muchas maneras, teniendo que optar por una de ellas en el momento de su diseño; de forma paralela, inclusión total, en algunas materias, en tutorías o alguna combinación de las anteriores. La variedad permite actuar de diferentes maneras según las características de cada grupo de alumnos.
3. Recursos materiales. Los centros educativos suelen disponer de materiales de orientación ya estructurados y de calidad comprobada que están destinados a cumplir los objetivos que se propone la Orientación Profesional en cada nivel educativo y cuya concreción deberá incluirse en el diseño del programa realizado con este fin (véase Sebastián, Rodríguez y Sánchez, 2003).
4. Recursos humanos. Aunque los profesionales del centro en un principio pudieran no estar preparados para desarrollar los programas de Orientación Profesional en sus aulas, si así se decidiera, existen buenos materiales para formarles, además de la ayuda de los orientadores de los centros. Partimos de la idea de que a un profesor de Secundaria no se le prepara para hacerlo durante su formación académica, entre otras cosas porque esta es muy heterogénea.
5. Grado de aceptación del programa. La lógica nos dice que esta debería ser total por parte de toda la comunidad educativa debido a que lo que se busca con el programa es el bien de los alumnos en cuanto a su futuro desarrollo profesional y por lo tanto el rechazo no sería comprensible.
2. DIFICULTADES
Estas dificultades que exponemos se refieren a los mismos aspectos del diseño de programas que las ventajas que venimos de enumerar.
1. Análisis de necesidades. Las necesidades que nos parecen tan obvias en el caso del diseño de un programa de Orientación Profesional no son por otra parte fáciles de operativizar en objetivos concretos a cumplir con su desarrollo. Es decir, las necesidades respecto al futuro profesional de un estudiante son claras, pero su transformación en ítems concretos cuya consecución pueda evaluarse después no lo son tanto. Así la necesidad de saber qué estudiar y su resolución, por ejemplo, es muy complicada de traducir al lenguaje de un programa educativo en forma de objetivo específico.
2. Formas de inclusión de los programas. A pesar de disponer de diferentes formas de hacerlo el tiempo en el centro educativo nunca sobra, por lo que se puede dar el caso de optar por fórmulas que no ocupen demasiado pero que no sean las más adecuadas para el grupo concreto con el que trabajamos.
3. Recursos materiales. A pesar de la usual disposición de materiales adecuados para la orientación de los alumnos en los centros educativos en muchas ocasiones nos podemos encontrar con que no se dispone de otros como los informáticos que son necesarios para la tarea concreta de la Orientación Profesional. Esta circunstancia resta por supuesto calidad u operatividad al programa y debe incluirse en su diseño.
4. Recursos humanos. Como dijimos en el punto anterior lo habitual es que los profesores no estén formados en el desarrollo de programas de Orientación Profesional a pesar de la existencia de materiales y profesionales que puedan ayudarles en esa tarea concreta. Evidentemente su formación añade tiempo a la planificación del programa.
5. Grado de aceptación del programa. Aunque todos los alumnos y quienes les rodean se muestren contentos de participar en actividades que les ayuden en su desarrollo eso no quiere decir en ningún caso que sus intereses sean los mismos en todos los casos. Al contrario cada alumno tendrá los suyos, lo que puede provocar dificultades en la adaptación del diseño del programa al contexto concreto.
Otras dificultades reseñables serían los posibles problemas en la elección del tipo de evaluación del programa más adecuado y la forma de establecer que lo que se está diseñando tiene calidad suficiente como para ser ofrecido a la comunidad educativa, aspectos que siempre deben plantearse en el momento del diseño. Además cabe recordar la insistencia de algunos orientadores en seguir utilizando tests que tratan de clasificar a los alumnos según sus gustos o habilidades actuales en determinadas profesiones cuando todavía se encuentran en la Educación Secundaria.
3. TABLA COMPARATIVA DE FACILIDADES Y DIFICULTADES
Haz clic aquí para ampliar
RECURSOS WEB UTILIZADOS
http://www.uv.es/RELIEVE
RECURSOS BIBLIOGRÁFICOS
Hernández, J. y Martínez, P. (1996). Propuesta metodológica para evaluar programas de orientación educativa. RELIEVE, 2 ( número 2).
Sebastián, A., Rodríguez, M.L. y Sánchez, M.F. (2003). Orientación Profesional. Un proceso a lo largo de la vida. Madrid;: Dykinson.