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Aprender a aprender y seguir aprendiendo
Artículo de opinión
La formación continua de los recién titulados universitarios y el reciclaje formativo de los trabajadores en activo son dos de los objetivos que persiguen los postgrados y cursos de especialización. Para ello, los títulos propios se distinguen de los oficiales por adecuarse más rápidamente a las demandas del entorno, por dirigirse a un público objetivo más amplio -no sólo a titulados sino también a profesionales en activo- y por aplicar una metodología más práctica.
Adaptar la formación al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (EECS) es uno de los objetivos de las universidades en los últimos años. La orientación de la formación hacia la empleabilidad y la creación de un sistema flexible, comparable y compatible de titulaciones que facilite la movilidad de estudiantes y de titulados en el conjunto de la Unión Europea son los principales ejes que persigue el EECS. La nueva estructura de los estudios universitarios se desarrolla en dos niveles diferenciados: grado y postgrado. Estos últimos tienen como finalidad la profundización de la formación académica o investigadora e incluyen tanto el título de master oficial como el título de doctorado. La pregunta sería qué espacio van a ocupar, en este nuevo escenario, los cursos de postgrados conocidos como propios.
Entre las características principales que diferencian a un postgrado propio de uno oficial destaca el tipo de público objetivo, más amplio en el primer caso, ya que los másters propios van dirigidos tanto a recién titulados como a profesionales en activo. Por otra parte, los títulos propios tienen una mayor carga práctica con una docencia, en su mayor parte, procedente del mundo de la empresa.
A día de hoy resulta casi imprescindible la formación continúa a lo largo de la vida para adaptarse a las nuevas demandas que presenta el mercado laboral. Cinco años de estudios forman al estudiante, le ofrecen un aprendizaje y una formación básica sobre un área de conocimiento concreta, pero no es suficiente para dar respuesta a una carrera profesional. Por ello, es imprescindible seguir formándose y mantener un continuo reciclaje formativo para atender a las necesidades que en cada momento presenta el mercado laboral. La formación de postgrado permite a los profesionales conocer las novedades de su sector o de su ámbito de trabajo de forma más flexible y versátil que los estudios de grado.
En este sentido, los títulos propios tienen un carácter fundamental para los profesionales en activo y futuros profesionales porque se actualizan conocimientos en nuevas tecnologías, nuevas estrategias y ofrecen una especialización y adecuación al mercado de trabajo que se encuentra en continuo movimiento. Frente al proceso de cambio que supone la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior, el papel de los postgrados propios adquiere cada vez más un cariz de formación a lo largo de la vida, bajo el lema de aprender a aprender y seguir aprendiendo, por un lado para los estudiantes del actual plan de estudios como especialización y para los futuros titulados como complemento a la formación reglada.
Con el objetivo de alcanzar estas metas, la Universitat de València está al servicio de la sociedad y en virtud de dar una respuesta rápida y ajustada a las necesidades socioeconómicas cuenta con un cuadro docente con disponibilidad para el acercamiento entre las distintas disciplinas y con relaciones exteriores para configurar los cursos adecuándose a las circunstancias cambiantes, situándose como actor de la sociedad y la economía del conocimiento mundial. Por ello, el postgrado debe adecuarse a este cambio socioeconómico para dar respuesta rápida tal y como demanda la formación continua.
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