Aunque no lo parezca, Europa es para la Universidad como un terremoto y un tsunami juntos, aunque a cámara lenta, lo que es peor, porqué dura más tiempo.Un terremoto por que sacude los fundamentos más estables al chocar entre si las placas tectónicas fundamentales de la educación superior como son los límites al acceso a la universidad y el impulso a la movilidad interuniversitaria.
El marco europeo de la formación continua, facilita y fomenta el acceso a la universidad, por ejemplo, desde los grados formativos. Esto es un buen signo de continuidad en el proceso educativo, a partir de pasarelas reales y procesos de información y orientación adecuadas. La selectividad general deja de tener sentido, porque el problema no es filtrar desde el bachillerato, sino promover que más gente crea que vale la pena invertir una parte de su vida en la universidad, aunque sea después de un período de actividad y consolidación profesional. E impulsar políticas de igualdad de oportunidades para que nadie tenga límites de partida.
La apertura radical de las fronteras educativas europeas también facilita la sacudida universitaria. La apuesta por la movilidad y la apertura a nuevos públicos extracomunitarios obliga a fomentar la homogeneización, la acreditación y la evaluación de la calidad y la convalidación de créditos.
Un ciudadano europeo, un profesional o una ama de casa, un jubilado o un trabajador de cualquier industria o una empleado de una empresa de servicios, tenga la edad que tenga y viva donde viva, tiene el derecho y se va a promover que pueda progresar personalmente, académicamente y profesionalmente, si lo desea.
En el momento que este/a europeo/a vaya incorporando píldoras de conocimiento, aprendizajes, cursos de formación y los pueda acreditar de una forma sólida y comparable, las barreras al acceso a nuevos retos formativos van a ser mínimas y, las facilidades a las transiciones, máximas.
He señalado que Europa puede ser como un terremoto para la Universidad. Pero después del temblor de los cimientos llegará la gran ola que lo cubrirá todo, si en lugar de moverse y actuar, el sistema político y gestor universitario, se queda quieto y pasmado.
Enric Renau
Editor
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