Como sucede con la mayoría de ocupaciones y estudios, la sociedad tiende a crear estereotipos que no se aproximan a la realidad común.En el ámbito de la arquitectura, se tiende a considerar al profesional como un artista que convierte sus ideas en edificios más o menos emblemáticos y únicos. Con estereotipo llegan a la Universidad la mayoría de estudiantes.
Sin embargo, aunque la profesión de la arquitectura, con todas sus especialidades, tiene mucho de aplicación artística al mundo de la construcción, la realidad es mucho más compleja y diversa, mucho menos artesanal y más "industrial”.
La arquitectura moderna requiere y aporta apoyo a muchas otras actividades profesionales vinculadas con la construcción, el urbanismo y la planificación de las ciudades y la gestión del medio ambiente, con el interiorismo, el diseño, la tecnología e incluso el derecho, la sociología y la economía. El nuevo plan de estudios así lo refleja y la evolución de los estudios hacia Bologna (grado generalista y máster especialista) es la causa.
La industrialización de la arquitectura y su mayor interconexión con otras actividades profesionales no hubiera sido posible sin la incorporación de herramientas informáticas, no sólo para proyectar y construir edificios y espacios arquitectónicos, para la actividad de cálculo y diseño, sino también para gestionar las empresas y despachos profesionales, comunicarse con sus clientes, gestionar los presupuestos y la relación con la administración y el entorno.
En este sentido, las TIC y, en particular, los programas informáticos, permiten hacer mejor el trabajo al/la arquitecto/a, aunque también fomentan los procesos de estandarización y la presión productiva entre unos profesionales que, posiblemente, aspiraban a ser artistas y vivir más lentamente.
Enric Renau
Editor
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