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La crisis de las vocaciones científicas
Artículo de opinión
En el monográfico 166 sobre Biología y Ciencias del Mar hemos querido conocer mejor estos estudios universitarios y sus salidas profesionales. Nuestro planteamiento original era indagar sobre si existe una crisis de vocaciones científicas entre los estudiantes de secundaria y bachillerato y conocer las iniciativas que se realizan para potenciar el conocimiento de la biología y el medio ambiente.
Pero, durante el desarrollo de este monográfico hemos podido comprobar que las opiniones al respecto de los expertos no indican una grave crisis de vocaciones científicas, sino que, quizás, el sistema educativo, los centros e instituciones y el profesorado no saben cómo afrontar la orientación académica y profesional en el ámbito científico-técnico.
¿Realmente existe la crisis de vocaciones científicas?
En 2004, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología(FECYT) encargó un estudio para comprobar si realmente existe una crisis de las vocaciones científico-técnicas entre los jóvenes. El informe, presentado por Jesús Zamora Bonilla, del departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la UNED demostró que, si bien en secundaria el porcentaje de alumnos que eligen "ciencias” ha disminuido un 6%, al llegar a la universidad se da el efecto contrario: las carreras de humanidades y ciencias sociales experimentaban una disminución del 6% de matriculados en 2004.
El informe parece desmentir la idea de que existe una grave crisis de vocaciones científico-técnicas, por lo menos en el periodo comprendido entre la enseñanza secundaria y el comienzo de los estudios universitarios.
Frente a este planteamiento, expertos en la materia como Santiago Hernández, Decano de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, consideran que sí existe una disminución del interés de los jóvenes por las carreras científicas, debido en gran medida, a que el sistema educativo no se preocupa de incentivar estas vocaciones y de presentar las asignaturas de ciencias como saberes apasionantes. Según su opinión, una política educativa que incentiva la curiosidad, las habilidades y la necesidad de explicar y resolver problemas tendrá más éxito que una que se basa en superar obstáculos para acceder a estudios superiores.
Algunos expertos señalan que la carga excesivamente teórica de los currículums de ciencias en la enseñanza secundaria y una metodología poco activa dificultan la comprensión de los conceptos científicos y no favorecen el interés por estas materias. Además, la dedicación y esfuerzo que requiere una carrera científica frente a la inmediatez y rapidez de resultados que ofrecen otras carreras provoca que los jóvenes no sientan especial interés por las ciencias.
De esta forma, aunque podemos decir que nos encontramos frente a datos contradictorios a la hora de determinar si existe o no una crisis de vocaciones científicas, está claro que la motivación del alumnado hacia estas materias ha decaído en los últimos años a favor de otras carreras.
Curiosamente, esta situación choca con los datos que indican que faltan científicos. El Ministerio de Educación y Ciencia calcula que en los próximo 4 años será necesario que se incorporen al sistema de ciencia y tecnología unos 50.000 científicos e ingenieros.
Por suerte, existen iniciativas públicas y privadas que se llevan a cabo para fomentar el interés por la ciencia entre los jóvenes. En el monográfico de Biología y Ciencias del Mar de Educaweb.com podemos encontrar buenos ejemplos de estas prácticas.
La situación profesional de los licenciados en Biología y Ciencias del Mar
Como hemos visto, una de las principales dificultades a las que deben hacer frente los licenciados es la dificultad para encontrar un empleo y la indefinición del perfil profesional de estos estudios. Según la información de los colegios profesionales, los titulados en Biología están capacitados para ejercer las actividades las siguientes áreas:
- Investigación básica y aplicada
- Docencia
- Gestión, calidad y producción en el campo de las ciencias de la vida, especialmente en microbiología, bioquímica, fisiología, sanidad humana y animal, mejora genética, alimentación, biotecnología, ecología, gestión de recursos naturales y medio ambiente (control de contaminaciones, potabilización del agua).
Además, la Biología tiene muchas aplicaciones que han aparecido en los últimos años relacionadas con las nuevas tecnologías: ingeniería genética, biotecnología, bionanotecnología, biología celular-molecular, genómica, metabolómica, proteómica, microbiología, ecología, bioconservación…
Pero, a pesar de todas esta variedad de salidas profesionales, los licenciados se quejan de la precariedad laboral (especialmente en el ámbito de la investigación) y de la dificultad para encontrar un puesto de trabajo. Concretamente, la Conferencia Española de Decanos de Biología (CEDB) constata que el problema general del paro en los licenciados españoles afecta de forma grave a los biólogos. Para mejorar la situación, el colegio propone una reflexión en la que participen todos los sectores implicados en el problema: profesores, estudiantes, profesionales, etc. y recomienda mejorar la calidad docente y la formación continua del biólogo.
El CEDB también considera que las 25 facultades que imparten el título de licenciado en Biología son más que suficientes para atender la actual demanda social de biólogos en España. La prioridad que tienen desde la Conferencia es la lucha por la calidad de la licenciatura y no por el incremento de nuevos centros que impartan Biología.
En cuanto a las salidas profesionales de la Licenciatura de Ciencias de Mar, Santiago Hernández, considera que se está ofreciendo una imagen de las salidas profesionales del mundo universitario que no se corresponde a la realidad.
Según su experiencia, el porcentaje de titulados que acceden al mundo laboral es alto, especialmente aquellos que continuaron su formación y se especializaron.
Así pues, la principal conclusión que se puede extraer de todo esto es que, quizás el principal problema al que deben enfrentarse los estudios científicos no es la crisis de vocaciones si no la imagen de precariedad laboral que existe una vez finalizados los estudios. Muchos jóvenes se interesan por las ciencias durante el bachillerato pero deciden cursar unos estudios universitarios con más salida profesional una vez han terminado la selectividad.
Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
redac@educaweb.com
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