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Conflictividad escolar. Algunas reflexiones e indicios
Artículo de opinión
"Los conflictos que surgen en las aulas escolares son una oportunidad de desarrollo personal para aquellos que los protagonizan; son una posibilidad para mejorar la convivencia del grupo y ofrecen una situación ideal para optimizar la institución en su conjunto” (Martín y Puig, 2002, pág. 4).
La conflictividad escolar es una de las causas más frecuentes de angustia en los centros y uno de los retos al que tienen que responder las organizaciones escolares. Además es importante destacar, tal y como se ha planteado en la cita anterior, que el conflicto no es únicamente inevitable, sino que, además, es necesario para mejorar la vida colectiva de la institución escolar.
Estamos viviendo en un escenario social y educativo que se caracteriza por una gran complejidad y parece evidente que las raíces al problema de la conflictividad haya que buscarlas, entre otras, en el entramado social. Concretamente en aspectos como:
- El incremento de la diversidad en la ESO, al prolongarse la enseñanza obligatoria hasta los 16 años y optar por una escuela comprensiva, etc.
- La inmigración. Nuestro país al incorporarse a la Unión Europea, ha pasado de ser generador de emigrantes a receptor de inmigrantes. Muchas veces, los hijos de los inmigrantes llegan a la escuela y se genera toda una gama de conflictos. La interculturalidad ha de ser un tema directamente asociado a la consecución de un clima de convivencia. La institución escolar ha de potenciar el papel de ser promotora de la cohesión social.
- El cambio tan rápido en nuestra sociedad es fuente más que suficiente para la generación de conflictos (la sociedad de la información, etc.).
- Las exigencias para preparar al alumnado para un futuro cambiante, la aparición de nuevos contenidos escolares, etc.
- El contexto sociopolítico y económico caracterizado por el libre mercado, etc.
- La falta de respuesta escolar adecuada a un determinado tipo de alumnado.
A todas estas problemáticas se le suman otros aspectos que tienen que ver, por ejemplo, con un menor apoyo y sobreexigencia de funciones al profesorado, por parte de la sociedad, delegando en él todo tipo de responsabilidades que anteriormente eran asumidas, en parte, por la familia. Además la falta de valores, la carencia de ideologías sólidas, la debilidad de las creencias, el consumo obsesivo, etc. son otros de los condicionantes que dificultan, también, la convivencia en las aulas.
Ante esta situación hay que añadir también, la falta de formación del profesorado para regular y encauzar positivamente los conflictos en los centros escolares. Prueba de ello es la gran demanda, en estos momentos, de cursos de formación, grupos de trabajo, proyectos de formación en centros, etc. que versan sobre esta temática. No hay más que echar un vistazo a las convocatorias de formación de la Conselleria de Educación y Ciencia de la Generalidad Valenciana, a la planificación del plan formativo de los Centros de Formación, Innovación y Recursos Educativos (CEFIRE) de la Comunidad Valenciana para darse cuenta del interés por esta problemática.
Algunas iniciativas
Como plantea Torrego (2004), la investigación referente a este tema es relativamente escasa y procedente de estudios meramente descriptivos, tanto en el ámbito nacional como internacional. Además, son prácticamente inexistentes los estudios longitudinales al respecto. Algunos de los estudios e investigaciones más relevantes son los elaborados por el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (1997), el informe del Defensor del Pueblo sobre violencia escolar (1999), el estudio realizado por Zabalza (1999) en Galicia, la investigación realizada en Navarra por Hernández de Frutos y Casares (2002), los trabajos de Andalucia de Ortega (1995), el estudio coordinado por García y Martinez (2001) sobre los conflictos en las aulas de ESO en la Comunidad Valenciana, etc. Además, en el ámbito internacional tenemos estudios relevantes realizados por Smith y Otros (1999) y Olweus (1998). Este último estudio ofrece datos pioneros sobre uno de los problemas más actuales y del cuál se están haciendo eco últimamente los medios de comunicación: el Bullying.
Muy recientemente en la Comunidad Valenciana, al igual que en el resto de España, han habido casos que han terminado, incluso, con tragedia originados por el fenómeno Bullying (procesos de intimidación y victimización entre iguales, esto es, entre alumnos compañeros de aula o de centro escolar). Aunque estos casos son puntuales hay que tenerlos presentes para que no vayan a más. De ahí de la necesidad de formar y trabajar en los centros estrategias y vías para encauzar positivamente los conflictos en los institutos.
Ante esta situación, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana se ha creado un Laboratorio para la Convivencia que entre los recursos que ofrece están:
- Una web para orientar frente a los conflictos. Web que ofrece información sobre qué es el acoso escolar, las distintas situaciones en que puede darse, cómo actuar ante él y cómo ayudar a quien lo sufre, así como bibliografía sobre este tema. (www.cult.gva.es/orientados).
- Material para el profesorado para poder trabajar la convivencia escolar (talleres, videos, etc.).
- El teléfono de atención al menor que funciona a través de la Conselleria de Bienestar Social (900 100 033).
Concretamente en el mes de Diciembre de 2005 la Conselleria de Educación de la Generalidad Valenciana, elaboró su Primer Plan de Convivencia dirigido a los Institutos de Educación Secundaria (Plan PREVI)
Estas y otras iniciativas cada vez más han de ir en aumento para dar respuesta a esta necesidad apremiante.
Entre algunas de las medidas de carácter organizativo y curricular que han de ser integradas en la cultura del centro para poder servir de marco educativo protector para el tratamiento de los conflictos, destacamos, entre otras, las siguientes:
- Introducir cambios en el currículo escolar, haciéndolo más inclusivo y democrático y reconstruyéndolo en torno a los valores democráticos.
- Favorecer la colaboración de las familias con el centro escolar participando en los procesos de decisión relativos a los temas de convivencia.
- Estimular y consolidar el funcionamiento del grupo-clase, especialmente a través de la elaboración de normas de comportamiento en el aula.
- Revisar y mejorar las estrategias docentes de gestión del aula: interacción verbal y no verbal, discurso docente, estilo motivacional y reacción inmediata a la disrupción.
- Tomar medidas que afronten la influencia del contexto social cercano del alumnado.
- Alcanzar un conocimiento más ajustado del alumnado que permita una mejor respuesta educativa.
- Crear instrumentos y estructuras en el nivel institucional del centro para promover una convivencia más racional y saludable (nuevas comisiones, grupos de mediación, defensor del estudiante, asociaciones, actividades voluntarias, etc.).
- Trabajar con las normas de convivencia en el centro (proceso de elaboración de las normas, procedimientos para su aplicación y procedimientos a seguir cuando son infringidas).
- Crear las condiciones mínimas de seguridad en el centro: seguridad física y respuestas específicas ante situaciones graves.
- Desarrollar en todos los miembros de la comunidad educativa habilidades sociales de comunicación y de resolución democrática de conflictos. (Torrego, 2004; Torrego y Moreno, 2001).
Para concluir creo necesario, también, comentar que los conflictos que se suceden en los centros y su afrontamiento positivo y no violento, constituyen un recurso importante de cambio organizativo, de innovación educativa y de posibilidad de prácticas organizativas emancipadoras, dado que inciden y cuestionan la propia cultura organizativa y las propias estructuras de la institución escolar. Por lo tanto, el conflicto se convierte en un instrumento esencial para la transformación de las estructuras educativas. Apostar por el conflicto en positivo es apostar por la mejora y el cambio de la propia institución escolar.
Referencias bibliográficas
GARCIA, R y MARTINEZ, R. (2001). Los conflictos en las aulas de ESO. Un estudio sobre la situación en la Comunidad Valenciana. Valencia. CC.OO.
HERNANDEZ DE FRUTOS, T. Y CASARES, E. (2002). Aportaciones teórico-prácticas para el conocimiento de actitudes violentas en ámbito escolar. Pamplona. Instituto de la mujer.
MARTIN, X y PUIG, J.M. (2002). "El conflicto: pros y contras.” En: P.LED (Coord.) Resolución de conflictos y mediación en los centros docentes. Temáticos Escuela Española. Madrid.
OLWEUS, D. (1998). Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Madrid. Morata.
ORTEGA, R. (1995). "Las malas relaciones interpersonales en la escuela: estudio sobre la violencia y el maltrato entre compañeros en segunda etapa de EGB”. Infancia y Sociedad, 27-28, pags 192-215.
TORREGO, J.C. (2004). "La gestión de la convivencia desde la perspectiva de centro”. EN: J.M.
MORENO OLMEDILLA, (coord). Organización y Gestión de Centros Educativos. Madrid. UNED.
TORREGO, J.C. Y MORENO, J.M. (2001). Resolución de conflictos de convivencia, Proyecto Atlántida, Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras y Federación de Padres y Madres Giner de los Rios.
ZABALZA, M.A. (Dir.) (1999). "A convivencia nos Centros Escolares de Galicia”. Santiago de Compostela Xunta de Galicia.
SMYTH, P.K. Y OTROS (1999). The Nature of School Bullying: A Cross-National Perspective. London. Routlege.
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