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Educación Emocional: una propuesta integrada en el ámbito escolar
Artículo de opinión
Desde la formación inicial de los futuros maestros y en el contexto de la asignatura "El conocimiento emocional del Maestro”, constatamos la necesidad educación emocional desde la más tierna infancia. Proponemos integrar la educación emocional en la etapa de infantil y primaria, desde las actividades cotidianas y curriculares como una parte más de la propia dinámica y realidad escolar. Estamos ante la necesidad de integrar la educación emocional a "realidad escolar”, por acontecer en sí misma, la mejor forma de adquirir y potenciar el conocimiento y crecimiento emocional de la persona, tanto en su dimensión subjetiva como colectiva. Entendemos que la acción educativa no se puede plantear como un producto o como una fórmula a aplicar, por ello proponemos unas líneas de acción integradas en las áreas curriculares instrumentales.
Introducción
Los niños de educación infantil y primaria, nuestros escolares de hoy, son los ciudadanos de mañana, crecerán y desarrollarán sus potencialidades desde una determinada realidad, desde un enfoque docente en concreto y desde una interacción llena de significaciones.
Todo eso a través de unas determinadas formas de comunicación, de abstracción de la realidad, de construcción del conocimiento y de las relaciones personales que se inician y consolidan en la escuela.
Ciertamente cómo dice el dicho, "se hace camino caminando", y esta propuesta quiere aportar, un paso más en la dirección de la consolidación de la educación emocional integrada. Se educa con la coherencia desde las pequeñas cosas, en el día a día, en continuidad y en constancia, con aquello que se dice y también con el ejemplo de lo que se hace y, sobre todo, de cómo se hace.
Las dimensiones emocionales, la gestión equilibrada y la experimentación constructiva de las mismas, requieren una propuesta integrada desde todo aquello que el niño va haciendo, viendo y escuchando. Por ello encontramos interesante hacer una propuesta articulada desde las materias de estilo instrumental. Tradicionalmente, estas han sido las que canalizaban los primeros aprendizajes, por ello también deberían servir en el ámbito del aprendizaje emocional. Todo ello en el "bien entendiendo” que nos referimos a la adquisición de información y también de verdadera formación emocional. Se trata de aprender a ser "persona”, integrando las tres dimensiones, -emoción, acción, razón- de una manera significativa, es decir desde los hábitos y las actitudes.
EDUCACIÓN EMOCIONAL: Una propuesta integrada en el ámbito escolar
La persona se desarrolla de una manera interrelacionada y global. Es la combinación de las tres dimensiones "cabeza-corazón-mano", o dicho de otra forma "razón, emoción y acción" que de manera conjunta, forjan y dan sentido a la subjetividad de cada niño, de cada futuro adulto. Todo eso vendrá determinado en función de las vivencias y experiencias que se pueda desarrollar.
Por todo ello, la escuela tiene un gran potencial en la educación emocional, sobre todo, si es capaz de integrar la educación emocional en lo que ya se está haciendo, en el día a día.
En coherencia con todo lo que se ha comentado, la acción educativa no se puede plantear como un producto o como una fórmula a aplicar, tampoco puede quedar sólo en el terreno de la información y hace falta que sea verdaderamente, formación personal.
Hay que entender que se trata de potenciar el desarrollo de las competencias de la persona como una plena humanización. Eso implica necesariamente, un aprendizaje significativo en las dimensiones emocionales, la posibilidad de poder relacionar los nuevos significados con los previos, e integrarlos de manera constructiva y enriquecedora para cada individuo.
Hay que tener la opción de recibir "imputs" emocionales desde todos los procesos de aprendizaje en que el niño está implicado, para poder experimentarlos, reflexionar e integrar. Sólo de esta manera podremos asegurar que se conviertan en significativos, y además, que generen "outputs" o respuestas constructivas que faciliten la posibilidad de ir hacia el propio autoconocimiento y autoaprendizaje emocional.
De la misma forma que cuando el niño o la niña aprende a leer, y lo hace con una buena motivación para la lectura, tiene acceso a todo uno mundo de significados a través de los contenidos de todas las nuevas lecturas que va efectuando, la educación emocional también es un aprendizaje que se tiene que adquirir a través de las significaciones experimentadas. Esta es la llave para el futuro desarrollo de la persona.
Partiendo de esta consideración, esta propuesta de educación emocional quiere desarrollar tres líneas de acción integradas desde las áreas curriculares instrumentales que se corresponden con las dimensiones acción, emoción y razón.
Líneas de acción
Pensamos que es interesante definir tres líneas de acción que correspondan a tres áreas escolares, integradas desde cada una de ellas. Las dos primeras hacen referencia al área de lengua y de matemáticas respectivamente. La tercera, se contempla desde las tutorías de aula, así como desde los ejes y temas transversales de la escuela.
1. Emoción y palabras:
- Si es a través de las palabras que damos sentido a las propias emociones, y si éstas se convierten en el motor de nuestras relaciones, está claro que hay un gran potencial desde el área de lengua.
- Hay que aprender y vivenciar la relación entre las palabras y las emociones. Eso implica también el aprendizaje de las relaciones entre gestión emocional y comunicación.
- Palabras como empatía, el respeto, el diálogo, el autocontrol, la comunicación, la discusión las encontramos representadas de manera mucho obvia en la escuela. Hace falta que se conviertan en significativas también en la propia gestión emocional de cada niño/a.
- Se quiere promover la reflexión conjunta y generalización, a partir de la relación entre el lenguaje y el pensamiento.
2. Emoción y razonamiento:
- A partir de la relación entre la lógica y la abstracción y su potencial valorativo se potencian las relaciones entre matemática y autoestima.
- Matemática recreativa y motivación de la matemática.
- Comunicación auditiva, visual y cenestésica a la matemática.
- Dinámica de grupos y matemática.
3. Emoción y acción:
- Los hechos y acontecimientos cotidianos, la propia acción en el aula y de la escuela como elemento para experimentar y vivenciar una gestión emocional constructiva y equilibrada.
- Potenciar aquellas experiencias que, desde las relaciones del entorno escolar, favorezcan la posibilidad de desarrollar una equilibrada gestión emocional.
- La experiencia compartida permite generalizar sobre la resolución del conflicto.
- Es de gran importancia que los centros desarrollen la convivencia, de hecho cuando un grupo tiene un buen clima de relaciones, detrás habrá un trabajo de tutoría serio y eficaz. La tutoría tiene que ser abierta en el sentido de incluir todos los temas que se vean necesarios en función de la actualidad y el contexto inmediato.
- Conocer el potencial del conflicto como una herramienta de crecimiento y conocimiento personal y colectivo.
- Foros para explicar, compartir y reflexionar sobre los conflictos, (entre los propios niños, dentro del aula, con las familias, etc.).
- En cualquier grupo es muy importante la estrategia o norma que se utiliza para tomar las decisiones (votaciones, consenso, etc.) ya que de eso dependerá la rentabilidad y la satisfacción del grupo.
- Para que una persona pueda llegar a sentirse auto-realizada tiene que pasar por la necesidad de pertenencia, de amor, necesitado y también social, etc.
Reflexión final
Es indiscutible la importancia que tiene la dimensión emocional en la formación del futuro ciudadano. Pero, ciertamente, eso requiere la máxima coherencia en las propuestas educativas, es decir, con lo que se hace de forma cotidiana y en continuidad. La mejor prevención para una sociedad más sana y más justa empieza por una educación que estimule la gestión emocional equilibrada, la sensibilidad moral y el buen criterio para poder afrontar los problemas subyacentes de vida en sociedad, el autoconocimiento emocional, la resolución positiva de los conflictos.
Se trata de enseñar a los niños a tener una buena autoestima, a expresar sus sentimientos, a escuchar y ser escuchados, para poder resolver sus problemas de manera asertiva y constructiva.
Si desde la escuela se potencia el aprendizaje más importante en la vida de todo ser humano, el de aprender a ser "persona", integrando las tres dimensiones -emoción, acción, razón-, se estará dotando al niño/a para resolver con éxito la mayoría de los conflictos humanos de cada día. Es fácil constatar que en muchas ocasiones tienen un origen en el hecho de no conocerse suficientemente, a uno mismo, y de no haber sido capaz de generar la mejor versión de la propia persona.
Con esta propuesta queremos ir más hacia allá de las dimensiones relativas al papel tradicional de la escuela situándonos en una visión global y comprometida de sus funciones con la educación del futuro ciudadano de una sociedad que necesita y aspira ser mejor, más justa y equilibrada.
Eso requiere una verdadera educación emocional integrada desde la primera escolarización.
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