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¿Qué beneficios tiene para los centros educativos, las empresas y las personas a nivel individual aplicar la educación emocional?

Artículo de opinión


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Carlos Hué García. Psicólogo y Doctor en Ciencias de la Educación
La educación emocional es definida por el Dr. Bisquerra de la Universidad de Barcelona como aquel proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello, se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se plantean en la vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social (Bisquerra, 2000: 243)(1)

Siguiendo lo que afirma esta definición el beneficio principal de aplicar la educación emocional para los centros educativos, las empresas y las personas será el aumento de su bienestar personal y social.

Ahora bien, ¿por qué es necesaria hoy más que nunca la educación emocional? En la definición que nos propone Bisquerra se analizan los dos elementos básicos del desarrollo integral de las personas: el cognitivo y el emocional. Sin embargo, el ser humano del que es privativo el pensamiento racional comparte con los animales las emociones. Quizá, ese desprecio de la parte animal del ser humano, es lo que ha llevado a la civilización occidental a ignorar y despreciar el mundo emocional. Incluso en el terreno de la psicología científica existió en el último cuarto del siglo XX un cierto desprecio del estudio de las emociones y sentimientos a favor de corrientes y posiciones científicas de tipo cognitivo.

El modelo actual de educación emocional se fundamenta en las aportaciones científicas de Salowey y Mayer que definieron en 1990 la inteligencia emocional como aquella competencia para conocer y regular las emociones propias y las de los demás. No obstante, fue la publicación en 1995 de Daniel Goleman (2) Inteligencia emocional el libro que dio a conocer a la opinión pública la importancia que para la felicidad y la realización personal tiene la inteligencia emocional. Hasta ese momento se hablaba de cociente intelectual C.I. como signo de éxito personal y social. Sin embargo, Goleman demostró cómo el éxito depende mayoritariamente de la inteligencia emocional en aproximadamente un 75%. Así, todos conocemos compañeros y compañeras de estudios que eran muy inteligentes, pero que luego no han tenido el mismo éxito vital que otros menos inteligentes, pero más "listos”. Precisamente, con este adjetivo se señala un conjunto de competencias emocionales como autoestima, asertividad, empatía o liderazgo, que comentaremos a continuación. En los últimos años, son muy importantes las aportaciones de Damasio (3) especialmente sobre las denominadas "neuronas espejo” que están en la base de la comunicación humana, la empatía y del amor.

Pero vamos a centrarnos sobre los beneficios que la educación emocional tiene para estos tres grupos: centros educativos, empresas y personas en general.

Respecto a los centros educativos el aprendizaje de los alumnos y alumnas de competencias emocionales va a permitirles alcanzar un mayor desarrollo personal, un aumento en su aprendizaje y una mejora en la convivencia en las aulas. En la actualidad, los Reales Decretos que desarrollan la Ley Orgánica de Educación recogen en su Anexo el desarrollo, entre otras, de competencias para las relaciones interpersonales, para la autonomía personal y para aprender a aprender. La educación emocional se está desarrollando preferentemente en las tutorías de aula o en programas específicos de mejora de la convivencia. En este sentido, es de destacar el trabajo que desde hace años lleva a cabo el GROP, un grupo de investigación de la Universidad de Barcelona. Para la preparación de los docentes se están llevando a cabo cursos de formación del profesorado en todos los niveles educativos, desde la educación infantil hasta la universidad a través de los Centros de Profesores y Recursos de todo el país, así como de los Institutos de Ciencias de la Educación de Universidades españolas como pueda ser la de Zaragoza o Murcia.

En relación con las empresas los beneficios de la educación emocional son evidentes. El desarrollo de las competencias emocionales de los directivos hace tiempo que viene siendo objeto de estudio de los programas Master y en la formación de los ejecutivos, ya que favorecen su competencia en la capacidad para resolver problemas, para adaptar los programas a la demanda, para evitar los conflictos en la empresas o para incrementar su capacidad de liderazgo. Por otra parte, en noviembre de 2007 ve la luz el proyecto TREIN, un proyecto europeo integrado por nueve países de la Unión Europea que ha desarrollados dos productos interesantes para difundir la inteligencia emocional en la formación para el empleo: un Manual de Buenas Prácticas, y una Guía para el desarrollo de las competencias emocionales en los trabajadores europeos. Estos dos productos pueden hallarse en la web:

Finalmente, relativo a todas las personas independientemente de adscripción a ningún grupo u organización, el aprendizaje emocional tiene unos beneficios manifiestos. Las personas tenemos miedos, sentimientos de culpa, tendencia a la depresión, actitudes agresivas que nos perjudican y que deseamos eliminar. Por otra parte, también, querríamos aprender a planificar mejor nuestro tiempo, a desarrollar nuestra autoestima, asertividad o autocontrol, así como incrementar nuestra empatía y conseguir de las personas que nos rodean el cariño y apoyo que nos haga sentir bien. Pues bien, todas estas competencias emocionales se desarrollan en la educación emocional. Precisamente, en este sentido, se vienen impartiendo cursos en programas de educación permanente destinados a la mejora en el manejo de las emociones y sentimientos de la población en general a través de centros culturales como el de Ibercaja, en Zaragoza. A este tipo de cursos asisten juntas personas con un doctorado y sin estudios primarios, personas muy jóvenes junto a personas jubiladas, trabajadores y desempleados, y por supuesto, hombres y mujeres con competencias emocionales muy diferentes. Todos ellos tienen algo en común: sufren y disfrutan de las mismas emociones y sentimientos y aprenden a mejorar su competencia respecto de sus emociones y sentimientos.

Recientemente se ha presentado el primer método sistemático publicado en España para la educación emocional de todo tipo de personas. Se denomina Método de pensamiento emocional inspirado en el modelo de Daniel Goleman y que consta de siete competencias emocionales. Las cuatro primeras, conocimiento propio, autoestima, autocontrol y motivación, referidas a uno mismo. Las tres últimas, conocimiento del otro, valoración de los demás y liderazgo, referidas a la relación con los demás. Este método consta de un conjunto de ejercicios que deben realizarse a lo largo de al menos siete meses, para conseguir incrementar nuestra competencia emocional.

La realidad se impone. Cada vez es mayor en número de medicamentos utilizados en nuestra sociedad en busca de una pretendida felicidad que sólo es posible encontrarla en el desarrollo de las competencias emocionales propias en relación con nosotros mismos y con los demás. Por ello, cada vez se hace más necesario introducir la educación emocional en los centros educativos, en las empresas, y, a través de la educación permanente, en la población en general.

NOTAS AL PIE:

1. Bisquerra, Rafael (2000) Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.
2. Goleman, Daniel (1997) Inteligencia emocional. Barcelona: Kairos.
3. Damasio, Antonio (2005) En busca de Spinoza. Barcelona: Crítica.
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