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Simulación Clínica en la Práctica Médica
Artículo de opinión
Aunque pueda parecer que está ya todo inventado, no hay día en el cual no se descubra una nueva aplicación que permita al colectivo de la salud disfrutar de mejoras que hasta ahora no eran percibidas como necesarias de ser contagiadas por el mundo IT o bien, que se consideraban demasiado complejas o singulares como para poder ser integradas dentro del mundo de las nuevas tecnologías.
Dentro del área de la salud, la formación podría considerarse una de las áreas menos desarrolladas en entornos tecnológicos. Pero la formación de estudiantes, profesionales de la salud y personal de la industria farmacéutica tampoco se puede aislar del desarrollo tecnológico y desde hace muy pocos años el e-learning se ha convertido en una herramienta básica en la formación continuada de los profesionales de la salud. El avance en las herramientas multimedia, la mejor concienciación para desarrollar contenidos digitales de mejor calidad, el desarrollo de bases de datos de conocimiento para compartir información y la mejora de las infraestructuras de comunicación han sido básicas para poder desarrollar este área.
Pero como en todo desarrollo, todo avanza y la innovación no se detiene. Innovación en herramientas formativas, innovación en métodos educativos, innovación en la forma de interactuar con los alumnos, en definitiva innovación. Esta innovación en el área formativa se puede traducir en un salto cualitativo importante, donde no sólo se tiene por objetivo que un alumno aprenda y se forme, a través de recibir información adaptada a tales fines, sino que podríamos asegurar que nos encontramos en disposición de poder ofrecer también una práctica y un entrenamiento que hasta ahora sólo se podía realizar a través de métodos presenciales.
Pongamos como ejemplo la formación a los alumnos de sexto de medicina, donde diferentes tendencias y escuelas en el entorno médico han adoptado diferentes métodos en la formación práctica de los profesionales de la salud, desde utilizar pacientes reales hasta llegar a contratar a actores para que esta práctica clínica se pudiera experimentar de una forma casi real y observar como los alumnos se enfrentaban a las situaciones comunes en la práctica clínica. Similares ejemplos se podrían emplear en la formación de los profesionales de la industria farmacéutica, donde existe una intensa formación para poder argumentar con el médico los beneficios de un determinado producto, o la enseñanza de nuevas técnicas quirúrgicas, donde se utilizan partes de cuerpos para realizar las prácticas.
Para referirme de una forma clara a esta innovación en la formación pondré el ejemplo de los simuladores de vuelo, los cuales se han venido desarrollando desde hace varios años y que a día de hoy podemos decir que el mismo ejemplo ya es factible en el campo de la formación clínica. Sin este avance en el campo de la aviación, los costes y la alta cualificación profesional se verían claramente afectados de forma negativa. Los simuladores de vuelo son un claro ejemplo de la aportación de métodos prácticos a la formación y entrenamiento de los pilotos. Hago mención no sólo de formación sino de entrenamiento, porque los simuladores no se limitan a formar, sino a entrenar a los pilotos en situaciones que en la práctica real sería casi imposible.
Una hora de vuelo en simulador aéreo cuenta prácticamente lo mismo que una hora de vuelo real. La razón es muy sencilla, los pilotos deben acometer los mismos protocolos que en situaciones de vuelo real, con la gran diferencia, de que se pueden introducir parámetros que complican hasta extremos insospechados la tarea de los pilotos. Estos cambios de parámetros como pueden ser fallos de motor, cambio brusco de dirección y fuerza de viento en despegue o aterrizaje, rotura de alguna parte fundamental en el funcionamiento de la aeronave, etc, buscan preparar al piloto ante casos extremos que se pueden dar en la vida real y que si se produjeran sin la debida preparación, podrían causar daños irreparables, no sólo de pérdidas económicas, sino de vidas. A través de esta práctica virtual se han salvado miles de vidas y sobre todo permiten a los pilotos poder tomar decisiones en segundos, porque se enfrentan a situaciones que ya han practicado antes y las cuales pueden resolver porque han sido entrenados para ello; es más, la simulación ya es básica para el diseño de los aviones, ya que antes de su fabricación los diseños de los aviones se prueban en un simulador de vuelo.
La practica clínica de un médico es muy parecida al ejemplo que hemos puesto de cómo actúan los pilotos. De la correcta decisión en el diagnóstico y tratamiento que realiza un médico depende la vida o la calidad de vida de un paciente. El ejercicio de la medicina es una prueba exigente a la que cada día tienen que enfrentarse médicos de todo el mundo. En cuestión de minutos, a veces segundos, el profesional tiene que obtener la información de la anamnesis, procesarla y tomar decisiones que conllevan responsabilidades médicas, sociales y económicas. Esta situación es extremadamente importante en la mayoría de las especialidades médicas, por no decir todas, donde los pacientes aportan poca información y las decisiones tomadas pueden ser críticas. Hasta ahora este proceso de aprendizaje se realiza en el día a día sobre pacientes reales con los riesgos que ello conlleva, sin mencionar que los datos de esta formación no se recogen de una forma sistemática para poder ser evaluados y poder mejorar no sólo la práctica del médico, sino incluso poder mejorar determinados protocolos de actuación.
Los procesos patológicos están bien definidos y conocidos, así como su tratamiento y pruebas diagnósticas necesarias ¿Por qué no automatizar este conocimiento y enfrentar a los profesionales a pacientes virtuales y no reales para que puedan aprender, sin riesgos para los pacientes reales, de sus errores? ¿Acaso no es igual de importante la simulación en un médico que debe distinguir si un dolor en pecho es un infarto con importante riesgo vital o una simple aerofagia?
El campo de la simulación clínico médica, en el cual nuestra compañía lleva años desarrollando simuladores clínicos, no sólo beneficia al profesional sanitario que lo utiliza o la entidad formadora, con la reducción importante en costes que supone el ahorro de la realización de análisis o pruebas de imagen, sino que puede beneficiar a la sociedad en general, ya que gracias a los datos que se pueden obtener de la práctica clínica de un colectivo, se pueden sacar importantes conclusiones, como conocer si un colectivo esta siguiendo correctamente los protocolos establecidos, realizar estudios de calidad asistencial y económicos de si se están pidiendo las pruebas correctas, o simplemente poder conocer como un colectivo determinado está tratando una determinada patología.
En definitiva, la simulación clínica permite mejorar el proceso de toma de decisiones de un médico, racionalizar mejor la prescripción de pruebas diagnósticas, optimizando los recursos sanitarios y posibilita el error, que ante casos reales tendrían graves consecuencias, preparando al médico para enfrentarse a casos complejos que ya habría practicado en el simulador. La simulación clínica permite mejorar la calidad asistencial gracias a una mejor preparación profesional, posibilita conocer mejor como los colectivos profesionales se enfrentan a determinados casos para la mejora de protocolos de actuación, o conocer mejor los patrones de tratamiento.
Nos encontramos ante un reto similar al de los hermanos Wright cuando crearon la primera máquina voladora y la probaron en Kitty Hawk. Ni ellos mismos conocían el enorme impacto que tendría en nuestras vidas la aviación. Durante estos años hemos desarrollado un simulador clínico médico innovador, que permite simular cualquier patología clínica y cuyas aplicaciones e impacto en el sector estoy seguro serán muchas más de las que se nos pueden ocurrir al día de hoy. Es un nuevo avance en el campo de la formación, la práctica médica y el análisis de la actuación de colectivos médicos.
En el área de la formación en salud no nos podemos aislar de las nuevas tecnologías. Bienvenida sea la innovación.
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