Los profesionales de hoy son conscientes de la enorme competitividad del mercado y de la necesidad de diferenciarse, más allá de la universidad, con el fin de hacerse un "hueco” profesional. Tanto recién licenciados como profesionales en activo se encuentran en un proceso constante de aprendizaje que les exige dotar a su currículum de un valor añadido. La formación especializada y de postgrado brinda la oportunidad de incorporar ese "plus” a su bagaje académico y profesional, que hoy tanto exigen las empresas.Sin embargo, los criterios de búsqueda para hallar un máster que se adapte a las necesidades del demandante cada vez son más complejos. A la multiplicidad de ofertas formativas, se añade un nuevo filtro que plantea la necesidad de escoger entre un máster oficial y un máster no oficial.
Esta nueva terminología nace en el contexto del Espacio Europeo de Educación Superior, un proyecto promovido por la Unión Europea para homologar los estudios universitarios de los países miembros y favorecer la movilidad de estudiantes y titulados universitarios. Según el Proceso de Bolonia, en el año 2010 habrá tres títulos oficiales post-universitarios: Título de Grado, Título Oficial de Master (hasta ahora inexistente) y el de Doctorado. El nuevo título de máster deberá ser impartido por escuelas, facultades o centros adscritos al pacto y convivirán con los máster actuales. De aquí la duda, ¿master oficial o master "tradicional”?...
Nuestra decisión debe ir más allá de la "oficialidad” o no de un título. Criterios fundamentales como son las expectativas o necesidades que tenemos para completar nuestra formación con un máster -establecer una red de contactos, especializarnos, conocer un sector, hacer prácticas en empresas de prestigio…- deberán guiarnos para dar con la elección acertada.
La oferta que tenemos en ambos casos es amplia y variada: existen programas para recién licenciados, executives, postgrados a distancia, presencial, part-time, full time… Aunque ahora podemos contar con unos criterios unificados para conocer el valor de cada máster, todo depende de las características particulares de cada demandante.
Aquellos jóvenes que tengan muy bien definido el ámbito profesional en el que les gustaría desarrollarse, optarán por un máster específico al finalizar su carrera universitaria. De esta forma, podrán acceder al mercado laboral con una ventaja competitiva respecto al resto de demandantes de empleo.
Sin embargo, para los que todavía no han perfilado con nitidez su futuro profesional, será más recomendable estudiar un postgrado después de un par de años de experiencia profesional con el objetivo de dar un empujón a su trayectoria o reconducir su futuro.
En definitiva, es primordial que elijamos nuestra formación más que por su "oficialidad”, por su capacidad de satisfacer nuestro afán diferenciador, afianzando conocimientos, cubriendo el vacío de práctica del que adolece la universidad, así como preparándonos para puestos de mayor responsabilidad en las empresas.
Por ello, clave fundamental será que el programa y la escuela estén reconocidos en el mundo empresarial. Los departamentos de selección y de RR.HH. tienen un gran papel en el posicionamiento de una escuela o centro, pero hay muchos otros parámetros que determinan la decisión final, como son el profesorado, las instalaciones, los convenios que la escuela o centro mantenga con otras instituciones y la bolsa de trabajo, etc.
Un master no es mejor ni peor, por ser oficial o no oficial, o ¿alguien piensa que un MBA del INSEAD, de la London Business School, o sin ir tan lejos del IESE, ESADE o del Instituto de Empresa van a dejar de ser programas de prestigio a nivel internacional por no ser oficiales?
